Ana Sánchez Arjona ■
El Ejecutivo rubricará la legislatura con tres Presupuestos Generales del Estado aprobados. Estos últimos, los de 2023, que acaban de salir rumbo al Senado para su ratificación, tras su aprobación en el Congreso, llegan en un contexto económico muy complicado lo que ha supuesto una rebaja en las estimaciones de crecimiento hasta situarlas en el 2,1%, previsión optimista para algunos organismos económicos, como el Banco de España o la OCDE, ajustadas y coherentes con el actual escenario para el Gobierno. Lo cierto es que las cuentas reflejan un techo de gasto récord superior en un 1,1% al de 2022 del que a partidas sociales se van a destinar seis de cada diez euros y de los que, la mitad, servirá para pagar las pensiones y las prestaciones por desempleo.
Los Presupuestos para 2023 salen rumbo al Senado para que la Cámara Alta ratifique su aprobación en el Congreso de los Diputados.
El Gobierno superaba el último obstáculo para cerrar las últimas cuentas de la legislatura, apenas 48 horas antes de su convalidación en el Congreso. EH Bildu y el Ejecutivo de Pedro Sánchez llegaban a un acuerdo para que la formación diera su apoyo a la ley por el que el texto va incluir la prórroga al límite del 2% para la actualización de las rentas de alquiler en 2023 y al alza del 15% en las pensiones no contributivas.
Los Presupuestos Generales contemplan el nuevo impuesto a las grandes fortunas a partir de un patrimonio neto de 3 millones, la subida del impuesto de las rentas del capital a partir de 200.000 euros o la del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas
Lo cierto es que estamos ante un unos Presupuestos que recogen el mayor techo de gasto de la historia (198.200 millones de euros) y unos ingresos récord que superarán los 307.000 millones de euros gracias al comportamiento de impuestos como el IRPF, el IVA o Sociedades.
La tramitación de las cuentas públicas llega en un contexto económico muy complicado. Esto ha provocado que el Gobierno haya rebajado el 2,1% el crecimiento para el próximo año, una estimación optimista para algunos organismos económicos, entre ellos el Banco de España o la OCDE, que señalan al año 2024 como el de la recuperación de los niveles previos a la pandemia. “Son unas estimaciones prudentes y realistas en un contexto volátil, donde algunos organismos pronostican que algún socio europeo entre en recesión”, señalaba la ministra de Hacienda durante la presentación de las cuentas.
Gasto récord
Las cuentas reflejan un techo de gasto récord de 198.221 millones, superior en un 1,1 % al de 2022. El gasto contiene una inyección a la Seguridad Social de 19.888 millones, un 8,1 % más con la intención de sostener el sistema a medio y largo plazo.
Se contempla, además, la actualización de las pensiones con el IPC, de alrededor del 8,5 %, la subida del salario de los funcionarios de entre un 8 % y un 9,5 % a lo largo de los tres próximos ejercicios; incremento del 6,6% de la partida destinada a servicios públicos como la sanidad y la educación. Del 6,8%, 600 millones para dependencia o la mejora en la prestación de desempleo.
En total, al gasto social van a parar seis de cada diez euros de los que la mitad servirá para pagar las pensiones, el paro y los intereses de la deuda.
Los dos partidos del Gobierno de colación han pactado el desarrollo de una Ley de familias que recoge una prestación de crianza de 100 euros al mes para familias con menores de 0 a 3 años y que tiene en cuenta a familias monomarentales, con dos hijos, que se contemplará como categoría de familias numerosas.
Además, se va a mantener la gratuidad de los trenes de Cercanías, Rodalies y Media Distancia y se extenderá a 2023 el conocido como bono joven del alquiler.
También subiran las inversiones. Concretamente, el incremento para las denominadas inversiones reales será del 33 %, lo que la convierte en «la partida que más crece de todo el Presupuesto», señalaba la ministra.
Lo que se destina a las infraestructuras, será de un 6,8 % más hasta los 11.764 millones, un gasto que correrá a cargo, en un 65 %, del presupuesto nacional y el resto a cargo de los fondos europeos: la partida más importante será la de infraestructuras de ferrocarril, con más de 5.500 millones de euros.
En concreto y sobre los Next Generation, los presupuestos prevén una dotación 25.168 millones procedente de las ayudas de Bruselas, a las que se añadirán lo recibido este año y el anterior que todavía no se han ejecutado.
A juicio de María Jesús Montero, España es la economía «más avanzada» en cuanto a la recepción de fondos. «Ahora tenemos que pisar el acelerador”
Recaudación en máximos
Los Presupuestos de 2023 prevén una mayor recaudación tributaria del 7,8% lo que representa 18.812 millones de euros más que el año pasado, hasta un total de 263.781 millones en ingresos. “Esto nos va a permitir” explicaba la ministra, “sostener el gasto público para hacer frente a la escalada de precios y al menor crecimiento”.
Subirán los ingresos procedentes de todos los tributos: la recaudación por impuestos directos alcanzará los 145.872 millones de euros, un 8,4 % más que en 2022, mientras que los ingresos por impuestos indirectos crecerán un 6,8 %, hasta los 114.745 millones. Se estima un alza del 7 % de la recaudación tanto del IRPF (hasta los 114.123 millones) como del Impuesto sobre Sociedades (27.519 millones). El IVA, por su parte, recaudará un 5,8 % más, hasta los 86.085 millones, mientras que los impuestos especiales ingresarán un 8,3 % más, hasta los 22.288 millones. Sin embargo, los ingresos no tributarios se reducirán un 2,7 %, hasta los 44.654 millones de euros.
Estamos ante una partida que contempla el paquete fiscal que ha anunciado el Gobierno en el que se establece el nuevo impuesto a las grandes fortunas a partir de un patrimonio neto de 3 millones, la subida del impuesto de las rentas del capital a partir de 200.000 euros o la del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas.
Visto bueno de Bruselas a las cuentas, pero con una advertencia:
las medidas anticrisis deben dirigirse a los más vulnerables
Bruselas avala los Presupuestos, pero con matices. La Comisión da el visto bueno a las cuentas presentadas por el Ejecutivo para el próximo año al mismo tiempo que subraya que se ajustan «a las orientaciones» emitidas el pasado mes de julio en las que pedían mantener una política fiscal “prudente”. Celebra además la Comisión que el aumento del gasto público se sitúe por debajo del crecimiento potencial del PIB a medio plazo.
Sin embargo, no todo ha sido buenas palabras. Desde Bruselas han advertido al Gobierno de que las ayudas excepcionales para enfrentar la crisis energética: deberán estar dirigidas solo a aquellos hogares más vulnerables y a aquellas empresas con más exposición a las consecuencias de la guerra de Ucrania.
La prórroga de las medidas anticrisis que están en vigor y la aprobación de otras nuevas, a juicio de la Comisión, podrían reflejarse en «un mayor crecimiento en el gasto corriente», del déficit y, también, de la deuda pública.
“Es importante que los Estados miembros centren dichas medidas en los hogares más vulnerables y las empresas más expuestas, preserven los incentivos para reducir la demanda de energía y las retiren a medida que la presión de los precios de la energía disminuya”, especifica Bruselas.
Desde el Ejecutivo, por su parte, se muestran satisfechos con el veredicto de Bruselas. “Es una buena noticia que la Comisión Europea haya avalado el proyecto de presupuestos que está a punto de pactarse en el Congreso de los Diputados. Eso significa que las cuentas están dentro de la horquilla de las previsiones que la propia Comisión maneja para nuestro país”, aseguraba María Jesús Montero.