El primer Gobierno de coalición desde la Transición democrática ha experimentado sus primeros cambios de gran calado en la cúpula del Ejecutivo como consecuencia de la salida voluntaria del hasta ahora vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, para concurrir como candidato de su formación a las elecciones autonómicas anticipadas de Madrid el 4 de mayo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía el martes por la tarde para anunciar los cambios que ha decidido realizar en el Gabinete, potestad que le corresponde solo a él aunque le obliga el reparto de poder sellado en el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, después de la salida de Iglesias.
La salida de Iglesias del Ejecutivo ha dado paso a una remodelación del Consejo de Ministros en el que Nadia Calviño acaba por consolidar todo el poder económico del Ejecutivo
“Deseo agradecer el trabajo del vicepresidente segundo saliente el trabajo del último año”, ha declarado Sánchez, asegurando que las modificaciones mantienen “intacto nuestro acuerdo de Gobierno”.
Finalmente, Sánchez ha ascendido a la titular de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, a la vicepresidencia segunda del Gobierno, condición que había impuesto a Podemos para admitir que Yolanda Díaz, que pasa a ser vicepresidenta tercera, pudiera conservar la cartera de Trabajo.
De esta forma, la salida de Iglesias del Ejecutivo ha dado paso a una remodelación del Consejo de Ministros en el que Nadia Calviño acaba por consolidar todo el poder económico del Ejecutivo. Aunque Calviño, como presidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos –que preside en su ausencia la titular de Hacienda, María Jesús Montero– ya tenía de facto el control de todas las decisiones del ámbito económico, el nuevo organigrama galvaniza este poder al situarla solo por debajo del propio Sánchez y de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, de ámbito político.
Tras los pulsos planteados por el líder de Unidas Podemos, Calviño deberá lidiar previsiblemente con Díaz como cabeza visible de las reivindicaciones que pueda plantear la formación morada en el seno del Gobierno de coalición, pero se evita tener a una ministra de corte económico por encima en el escalafón del Ejecutivo y por debajo en la Comisión.
Mayoría de mujeres
El primer elemento de fricción en el horizonte, que ya lo fue en el pasado entre Iglesias y Calviño, es la reforma laboral, que Trabajo quiere llevar más lejos que Economía. Su negociación con los agentes sociales se retomó este martes, sin avances.
En paralelo, el presidente del Gobierno ha nombrado a Ione Belarra, hasta ahora secretaria de Estado de Agenda 2030, como nueva ministra de Derechos Sociales, mientras que el cargo que venía ejerciendo recaerá en Enrique Santiago, secretario general del PCE.
Sánchez ha destacado que los tres nombramientos recaen sobre mujeres que han ejercido una “destacable” labor en “los peores momentos de la pandemia”, con actitud “resolutiva” y actitud “constructiva” como “fórmula para los grandes consensos”.
“Hasta el momento contábamos con un Ejecutivo paritario, hoy contamos con más mujeres. Las mujeres tenían ya un peso específico, desde hoy es mayor, más decisivo. Cuatro mujeres ocupan las cuatro vicepresidencias del Gobierno. Son cuatro mujeres capaces, competentes, ejemplares, intachables. Este es el único Gobierno del mundo con cuatro mujeres vicepresidentas”, ha subrayado Sánchez.
El Ejecutivo ya había sufrido algunos cambios después de que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pasara a ser el candidato socialista en los comicios catalanes del 14 de febrero, lo que llevó a sustituirle en le cargo por Carolina Darias, que a su vez trasladó la cartera territorial a Miquel Iceta. En aquella ocasión, sin embargo, los movimientos son habían afectado a las vicepresidencias.