Ana Sánchez Arjona
Lo decía el propio Antonio Garamendi, sin pelos en la lengua, que prefería negociar con la ministra de Trabajo. “El Ministerio de Seguridad Social está muy poco en la realidad”. Así que, y a pesar de que el acuerdo de esta quinta prórroga de los ERTE ha sido de todo menos cómodo de alcanzar, se ha impuesto la tesis de Yolanda Díaz, y también la del presidente del Gobierno. Ninguno de los dos estaba dispuesto a que nada empañara la buena senda que hasta ahora mantiene la fluida relación entre Trabajo, sindicatos y patronal. Díaz ha tendido todos los puentes, incluso ha prescindido de dar respaldo, una vez más, a su compañero de Gobierno para evitar el naufragio, y lo ha conseguido.
La negociación de la prórroga de los ERTE ha sido todo menos cómoda. A pesar de estar cerrada desde hacía casi una semana lo que depende de la gestión del Ministerio de Trabajo, los cambios para bonificar la reincorporación de los trabajadores en ERTE frente a las ayudas para quienes van a seguir con el empleo total o parcialmente suspendido, los que defendía José Luis Escrivá, han dificultado hasta el último momento la consecución de un acuerdo.
Porque lo decía el propio Antonio Garamendi que prefería negociar con la ministra de Trabajo. “El Ministerio de Seguridad Social está muy poco en la realidad… la ministra de Trabajo entiende la preocupación que tienen tanto los empresarios como los sindicatos”.
Cinco acuerdos con la patronal y los sindicatos, en el tiempo de descuento, pero a tiempo porque el Gobierno ha logrado finalmente el apoyo de los agentes sociales al modelo de ERTE de la era Covid que funcionará desde el 1 de junio al 30 de septiembre
Finalmente, y como suele ser habitual en estos casos, la prórroga de los ERTE se ha acordado, in extremis, es verdad, pero se ha llegado a un acuerdo. Dicen que con la intervención del propio Pedro Sánchez.
Parece que la negociación se desbloqueó el miércoles después de que el presidente del Gobierno mantuviera una conversación telefónica con el líder de la CEOE, Antonio Garamendi. Pero la mediación clave fue la de la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, a pesar de haber cancelado su agenda por motivos de salud. La ministra de Trabajo había respaldado a la patronal y los sindicatos cuando reclamaban con insistencia no introducir modificaciones en la regulación sobre los ERTE en vigor entre febrero y mayo de este año.
Y dicen que Yolanda Díaz ha puesto más empeño que nunca, si cabe, tras el episodio de la presentación de Conpymes. La asistencia de la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo a la presentación oficial de Conpymes, la plataforma empresarial que aspira a disputar a CEOE y Cepyme un puesto en el diálogo social con Gobierno y sindicatos ha sido interpretada por las patronales como una “medida de presión”.
Díaz acudió al acto acompañando a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, una presencia que los empresarios consideraron un apoyo explícito a organizaciones que cuestionan su representatividad en el diálogo social.
Evitar el naufragio
Pero la ministra, ni el Gobierno estaban dispuestos a que este asunto empañara la buena senda que hasta ahora mantiene la fluida relación entre Trabajo, sindicatos y patronal. Así que, Díaz ha tendido todos los puentes, incluso ha prescindido de dar respaldo, una vez más, a su compañero de Gobierno y evitar el naufragio.
Así que, cinco prórrogas, cinco acuerdos con la patronal y los sindicatos… en el tiempo de descuento, pero a tiempo porque el Gobierno ha logrado finalmente el apoyo de los agentes sociales el modelo de Expediente de Regulación de Empleo Temporal de la era Covid que funcionará desde el 1 de junio al 30 de septiembre. Con una nueva oferta del ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, sobre la mesa, la CEOE dio por superadas sus reticencias sobre el nuevo esquema de exoneraciones de cuotas e hizo posible que CC.OO. y UGT se sumaran sin problemas al acuerdo. El real decreto ley con las condiciones de los ERTE para los próximos cuatro meses para casi 600.000 trabajadores ha sido aprobado apenas un par de días antes de que expirase el anterior acuerdo. Al igual que la extensión de las prestaciones para los autónomos.
“Si se quiere, el acuerdo siempre es posible”, señalaba Díaz cuando comparecía ante los medios tras el Consejo de Ministros extraordinario, y tras recuperarse de los problemas de salud. Según la titular de Trabajo se ha prorrogado “el mejor y mayor esquema de protección social”, y aunque ha reconocido desavenencias internas en el seno del Gobierno acerca del nuevo formato, se ha felicitaba por haberse puesto de acuerdo “en lo fundamental: salvar vidas, empresas y trabajadores”.
La pequeña victoria de Escrivá
Se puede interpretar que, en la letra pequeña del nuevo marco de bonificaciones, que las sube para las empresas que saquen a sus trabajadores del ERTE, se encuentra el triunfo del ministro de Seguridad Social.
No se puede decir que sea exactamente un reparto salomónico porque Antonio Garamendi se ha apuntado el tanto muy importante: que las exoneraciones se vayan muy cerca del cien por cien de la cotización en todos los casos.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de la Seguridad Social mostraba su confianza en que esta sea la última prórroga necesaria y que, a partir de octubre, el regreso a la normalidad previa a la crisis sea prácticamente completa.
Escrivá ha detallado que el coste de mantener los ERTE será de unos 850 millones de euros y ha indicado que el Gobierno ha decidido “no ahorrar dinero” presentando una fórmula que incentiva la reactivación laboral.
De tal manera que, en el caso de los llamados sectores ultraprotegidos, se incluyen unas exoneraciones mayores para los casos de los trabajadores que se reincorporen a la actividad: del 95% para las empresas con menos de 50 trabajadores y del 85% para las que tienen 50 o más en los meses de junio, julio, agosto y septiembre.
Para aquellas empresas que mantengan a los trabajadores suspendidos, habrá una exoneración del 85% en junio, julio y agosto y del 70% en septiembre si la empresa tiene menos de 50 trabajadoras. En el caso de contar con una plantilla de esa magnitud, o superior, las exoneraciones serán del 75% en junio, julio y agosto y del 60% en septiembre.
El pacto también modula la cobertura de cuotas de las empresas sujetas a un ERTE de limitación o impedimento. En el ERTE por impedimento, la empresa se ve obligada a cerrar. En el ERTE por limitaciones la empresa solo restringe su actividad, pero no cierra
De esta forma, en las empresas de menos de 50 trabajadores, la exoneración de cuotas por ERTE de limitación será del 85% en junio y julio, y del 75% en agosto y septiembre. Si la empresa tiene 50 empleados o más, la exención será del 75% en junio y julio y del 65% en agosto y septiembre.
En el caso del ERTE por impedimento a raíz de medidas administrativas, las empresas tendrán una exoneración en sus cotizaciones a la Seguridad Social durante el periodo de cierre y hasta el 30 de septiembre 2021, que será del 100% de la aportación empresarial durante el periodo de cierre si tienen menos de 50 trabajadores y del 90% si tienen 50 trabajadores o más.
Autónomos
En paralelo el Gobierno ha pactado con las principales asociaciones de autónomos, como ATA y UPTA, la prórroga hasta finales de septiembre de la prestación por cese de actividad para los trabajadores por cuenta propia.
Sobre los autónomos, la principal novedad es que se incluyen exoneraciones de las cuotas a la Seguridad Social para todos los trabajadores por cuenta propia que han estado protegidos en el periodo anterior durante los próximos cuatro meses.
En el caso de la prestación extraordinaria por suspensión de actividad, dirigida a aquellos trabajadores autónomos con una suspensión temporal de toda su actividad por decisiones de las administraciones se eleva al 70% de la base mínima de cotización.
A su vez, el autónomo con ingresos bajos quedará exonerado de pagar las cuotas a la Seguridad Social.