El líder del PP, Pablo Casado, se ha despedido del Congreso en un tono solemne, en medio de la crisis interna que vive el partido, en un discurso que ha cosechado un aplauso de la bancada ‘popular’. En su respuesta, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha garantizado que no adelantará las elecciones generales porque el PSOE «tiene sentido de Estado» y no aprovechará la «debilidad» de su adversario político.
Un día después de la dimisión de Teodoro García Egea, su secretario general en el PP, y la convocatoria de un congreso extraordinario del partido, Casado entró en el pasillo de la Cámara rodeado por una nube de periodistas y flanqueado por Ana Pastor, Cuca Gamarra, Ana Beltrán, Pablo Montesinos y Antonio González Terol.
Fuentes de su entorno anunciaron minutos antes que iba a asistir a la sesión de control al Gobierno por «obligación como jefe de la oposición y respeto a la sede de la soberanía nacional», según han asegurado fuentes de su entorno, que han subrayado que iba a estar a la «altura de las circunstancias, aunque el contexto sea difícil».
Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, desde el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros. Todo para servir a España y a la causa de la libertad», ha dicho Casado, en un discurso que ha leído y alejado de la tensión de otras sesiones de control y por el que ha recibido un aplauso de su grupo parlamentario.
En su réplica, Sánchez ha afirmado que, pese a la «discrepancia política» que se ha manifestado «en muchas sesiones de control», deseaba a Casado «en lo personal, lo mejor». Ha afeado al PP haberse «instalado en la descalificación constante, negando un principio democrático esencial como es la propia legitimidad y la existencia de este Gobierno…”.