A seis semanas de su entrada en el número 10 de Downing Street, Liz Truss ha renunciado este jueves como primera ministra de Reino Unido, cediendo así a la presión de los tories para que abandonara el cargo tras el fracaso de su política económica. «Dadas las circunstancias, no puedo llevar a cabo este mandato que me hicieron en el partido. Le acabo de notificar al Rey que renuncio como líder del partido conservador», ha explicado Truss, la jefa de Gobierno más breve en toda la historia del Reino Unido.
Las concesiones de Truss en su última semana no fueron suficientes para salvar su puesto. El pasado viernes, dio su brazo a torcer con el polémico plan fiscal, valorado en más de 60.000 millones de euros, que preveía un drástico recorte de impuestos sin renunciar al gasto público y, como medida adicional, sacrificó al autor del plan, su ex ministro de Economía y Finanzas, Kwasi Kwarteng, para sustituirlo por Jeremy Hunt.
En esta misma línea, Truss reconoció que el plan inicial fue «más lejos y más rápido» de lo que el mercado esperaba y anunció una rectificación radical de algunas de las medidas más polémicas, como la congelación del impuesto de Sociedades, que finalmente sí preveía subir al 25% en 2023, tal y como como había fijado su predecesor, Boris Johnson. Pero la turbulencia política en el Ejecutivo británico llevó a Truss contra las cuerdas. Este miércoles, la ministra del Interior de Reino Unido, Suella Braverman, presentó su dimisión, tras saltarse los protocolos de seguridad al enviar desde su correo electrónico personal «parte de un compromiso político» sobre migración a otro parlamentario.
Se abre la vacante para elegir ahora al sucesor de la primera ministra y podría tratarse del traspaso de poder más rápido en Reino Unido: se prevé que las elecciones del partido conservador se produzcan en el plazo de una semana para decidir al nuevo líder de los tories. En este sentido, Graham Brady, presidente del comité 1922 del grupo en la Cámara de los Comunes, encargado de organizar las elecciones internas, detalló que se concluirá el proceso de elección del nuevo líder para el 28 de octubre y que será posible por tanto que haya un nuevo jefe del Gobierno antes de el 31 de este mes.
Rishi Sunak, titular de Economía durante la pandemia de coronavirus y contendiente de Truss en las primarias de verano, se perfila como favorito para convertirse en el nuevo primer ministro británico. Sunak alertó durante la campaña electoral conservadora que los planes fiscales de Truss iban a desplomar las finanzas del Reino Unido.