Ana Sánchez Arjona ■
Quienes optan por un seguro de salud privado buscan sobre todo una mejor atención y, especialmente, menores tiempos de espera. Conceptos que están en cuestión por la avalancha depacientes descontentos con la situación del sistema público y la elevada oferta de las pólizas de bajo coste. Los datos están ahí. En España hay, según las últimas cifras disponibles, 11,5 millones de personas que han contratado un seguro privado de salud, un máximo histórico que ha hecho que se convierta en un sector al alza en el que el empleo ha crecido un 8% desde 2018 y donde la facturación ha batido récords en 2022, con más de 10.500 millones de euros. Estamos ante una explosión de acceso ilimitado a consultas a precios muy bajos, y “esto no es beneficioso para nosotros, porque si hay algo por lo que nos eligen es por una cuestión de calidad y de accesibilidad”, señalan desde el sector.
“Si la sanidad pública sufre, la sanidad privada va detrás”, lo dice Javier Padilla, médico de atención primaria y diputado de Más Madrid en la Asamblea.
Los datos están ahí. Quienes optan por un seguro de salud privado buscan una mejor atención y, sobre todo, menores tiempos de espera. En concreto, el Barómetro Sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas refleja, tras encuestar a los ciudadanos por los seguros sanitarios privados, dos motivos relevantes por los que se contratan este tipo de seguros: evitar largas esperas para pruebas y consultas, y tener acceso directo al especialista. “Es decir, la gente acude a la sanidad privada para by-passear elementos de la sanidad pública, no para sustituir a esta”, explica Javier Padilla.
En 2022, las empresas de sanidad privada ingresaron 10.600 millones de euros por pólizas de salud. Una subida interanual del 7% respecto a 2021, que no se apreciaba desde 2007, y que supone un récord histórico en términos absolutos
Aspectos que están en cuestión por la avalancha de pacientes descontentos con la situación del sistema público y la elevada oferta de las pólizas de bajo coste.
De tal manera que la cada más creciente afluencia de usuarios en un estrecho margen de tiempo tiene como resultado tiempos de espera desconocidos hasta el momento en este sector.
Asegura Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española, ASPE, que se aprecia una explosión de acceso ilimitado a las consultas y a precios muy bajos… “y esto no es beneficioso para el sector, porque si hay algo por lo que nos eligen es por una cuestión de calidad y accesibilidad”. Matiza que, aunque en la privada no se utiliza la frase como tal de ‘listas de espera’ porque el usuario puede elegir si lo atiende otro médico, sí están observando cierta saturación.
Porque la sanidad privada, tal y como está desarrollada aquí en España, “no podría sobrevivir a un deterioro importante de la sanidad pública”. “Incluso en regiones como la Comunidad de Madrid, donde un 40% de la población tiene algún tipo de seguro sanitario privado, no existe una infraestructura que pueda aguantar el tsunami de demanda que le viene encima”, señala Padilla para añadir que, cuando eso ocurre en un modelo low-cost, lo que hacía de ‘barrera’ al acceso a los seguros privados, el coste, deja de ser de repente una barrera capaz de frenar el aumento de la demanda de consultas, y entonces aparece otro elemento para racionar la asistencia sanitaria: las listas de espera”.
Detrás de esta situación están los porcentajes. Los datos recopilados en 2021, fecha de la que procede la información más reciente, en España había 11,5 millones de personas que han contratado un seguro privado de salud. Son cifras que marcan máximos y que han hecho que se convierta en un sector al alza y en el que, el empleo ha crecido un 8% desde 2018 y donde la facturación ha batido su récord histórico en 2022, con más de 10.500 millones de euros, según la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, Unespa.
La patronal atribuye el éxito a unos precios muy competitivos, al uso recurrente que se hace de ellos y a la oferta de «coberturas complementarias como la asistencia bucodental».
Y es que, alrededor de la cuarta parte de los españoles paga un seguro privado y los usuarios totales rondan el 34% si se tienen en cuenta las derivaciones desde el público y los servicios de pago.
En Madrid, Cataluña y Baleares, al menos un 31% de sus ciudadanos tiene contratado este tipo de seguros, según Unespa. Unas cifras que precisa la patronal, son algo más abultadas por un mayor número de empresas y trabajadores públicos que pueden acceder a la sanidad privada a través de mutuas aseguradoras como MUFACE o ISFAS y que suponen el 14% del total de los asegurados de España.
Facturación en máximos
En 2022, las empresas de sanidad privada ingresaron 10.600 millones de euros por pólizas de salud. Una subida interanual del 7% respecto a 2021, que no se apreciaba desde 2007, y que supone un récord histórico en términos absolutos debido a un crecimiento de la contratación y también por la subida de las cuotas.
Los últimos datos que se desprenden del Análisis de Situación de la Sanidad Privada que elabora el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, es que los seguros privados suponen en torno a un tercio del gasto total de la sanidad.
Explica el informe que cada ciudadano que acude a los servicios públicos pero que dispone también de sanidad privada, genera un ahorro mínimo para el sistema público de 560 euros.
Pero este comportamiento de alternancia va cada vez a menos y el filtro de entrada a la sanidad privada es cada vez menor. “Quien tiene seguro, acude desde el principio a la privada”, señala Carlos Rus lo que representa ya un problema en el servicio de urgencias. Respecto a los conciertos con el Sistema Nacional de Salud, el presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española, destaca un tímido descenso en 2022 aunque confía en que se recupere a lo largo de 2023.
Explica, además que, los problemas del Sistema Nacional de Salud se han agravado tras la crisis sanitaria y considera necesario que el Ejecutivo tenga en cuenta todos los recursos disponibles para dar una solución “flexible” a estos problemas. “Sin la colaboración público-privada no es posible reducir este año las listas de espera”.
En junio de 2022, el ministerio de Sanidad impulso un proyecto de Ley para consolidar la Equidad, Universalidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud con la intención de “blindar la sanidad pública”. El texto, que está en espera de debate parlamentario, busca cambiar la ley General de Sanidad de 1986 y determinar que los conciertos con el sector privado solo puedan firmarse “de forma excepcional, justificada y motivada”, y cuando no sea imposible la prestación directa de este servicio por el Sistema Nacional de Salud.
Los médicos de familia de Madrid ponen fin a la huelga: subidas de sueldo y límites a la sobrecarga asistencial
Javier Padilla explica que hay regiones como la Comunidad de Madrid que se encuentran ahora en una especie de crisis global con difícil salida: “los gobernantes deterioran la sanidad pública, aumentando las listas de espera incluso en Atención Primaria, expulsando a los pacientes hacia la privada; mientras tanto, la privada no puede absorber la carga de clientes que le llegan y empieza a generar largas listas de espera para racionar la asistencia sanitaria, comportándose como una sanidad pública deteriorada pero sin ser gratuita en el punto de asistencia”.
Crisis global con difícil salida que llevó a los médicos de atención primaria a la huelga que mantenían desde el pasado noviembre de 2022.
Pero ya se acabó porque los sanitarios y la Consejería de Sanidad acaban de firmar un acuerdo definitivo que supone el final a la huelga en atención primaria.
Entre los puntos pactados, se ha acordado una subida de sueldo de 450 euros para estos profesionales y poner coto a las listas de pacientes agendadas en todos los centros de salud de la región, una de las principales exigencias de los médicos para limitar la excesiva carga de trabajo.
Otro de los acuerdos alcanzados son los incentivos para los médicos y pediatras que tienen horario de tarde, un turno que, por defecto, se ofrece a los residentes cuando acaban su formación.
La consejería también se ha comprometido a solucionar la sobrecarga de trabajo ya que es frecuente que algunos médicos tengan que atender a más de 50 pacientes al día, incluso 60. Así que, a partir de ahora se podrá un límite a las agendas de 30 pacientes más 4 de urgencia en medicina de familia, y 20 pacientes más 4 de urgencia en pediatría.
Los médicos voluntarios serán los que atiendan a ese excedente de pacientes, y pasarán a cobrar 50 euros la hora extra y no podrán sobre pasar las cuatro horas de más al día. Estos médicos podrán atender a seis pacientes por hora con una dedicación mínima de 10 minutos por persona.
El resto de puntos recogidos en el acuerdo ya habían sido negociados e incluyen: mejoras en la burocracia, facilitar recetas en las farmacias a personas no dadas de alta en el sistema o que conforme vayan saliendo las siguientes plazas, ya no haya turnos fijos de mañanas o tardes puras, sino turnos mixtos