Ana Sánchez Arjona ■
El Gobierno ha asumido el impacto de la guerra en la economía española. Recorte de casi tres puntos en las previsiones de crecimiento para este año desde las estimaciones publicadas el pasado mes de septiembre. Hasta el último instante ha esperado Nadia Calviño para presentar la revisión del cuadro macro. Ante los periodistas, la vicepresidenta primera ha reconocido que los trabajos para definir las nuevas cifras han estado marcados por la intensa incertidumbre provocada por la invasión de Ucrania, por la persistencia de la pandemia y por los problemas en las cadenas de suministro globales. “Y en este contexto”, señala, “se han desarrollado en base al principio de máxima prudencia». Máxima prudencia que le ha llevado a optar, finalmente, por dejar la previsión de PIB para 2022 por debajo de la barrera psicológica del 5%. Eso sí, tanto Calviño como la ministra de Hacienda han querido destacar la parte positiva de este complicado escenario: el “comportamiento que está teniendo el mercado de trabajo, uno de los pilares de la recuperación económica”.
Vuelco a las previsiones económicas. La guerra de Ucrania impacta en la gran cifra del cuadro macro que ha revisado el Gobierno: el PIB previsto para este año se recorta hasta el 4,3% frente al 7% de las estimaciones anteriores publicadas del pasado mes de septiembre.
La drástica rebaja de casi tres puntos obedece principalmente al frenazo económico por la crisis de suministros global y, especialmente, por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, un conflicto que ha puesto patas arriba el escenario internacional.
Las cifras actualizadas que ha presentado por Nadia Calviño coinciden para este ejercicio con las de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que preveía el mismo escenario de crecimiento para este año, es decir del 4,3%.
Según la vicepresidenta económica y la ministra de Hacienda, tanto el nuevo cuadro macroeconómico como la senda de déficit incluida en el Plan de Estabilidad están marcados por la alta incertidumbre derivada de la guerra
Según han anunciado en rueda de prensa la vicepresidenta económica y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tanto el nuevo cuadro macroeconómico como la senda de déficit incluida en el Plan de Estabilidad están marcados por la alta incertidumbre derivada de la guerra. “Todos los gobiernos y organismos internacionales están revisando a la baja sus previsiones de crecimiento y al alza las de inflación”.
Para Calviño, las nuevas previsiones del Ejecutivo se alinean con las proyecciones más prudentes del conjunto de los analistas y organismos internacionales también respecto al crecimiento previsto en 2023. En este sentido, el Gobierno estima un avance del PIB del 3,5% para el ejercicio que viene que será del 2,4% para 2024 y del 1,8% para 2025. España, de esta forma, lideraría el crecimiento de las principales economías europeas, según ha recordado Calviño citando las cifras de organismos como el Fondo Monetario Internacional.
En cuanto en cuanto a las expectativas de déficit, el Gobierno confía en cerrar el año 2022 con un saldo fiscal negativo del 5%, por debajo del 6,8% registrado en 2021 y del 10,1% de 2020. “En 2022 siguen suspendidas las reglas fiscales europeas, una decisión que nos ha permitido amortiguar los efectos de la pandemia”, ha señalado Mª Jesús Montero. Sin embargo, «esto no implica que merme la responsabilidad del Gobierno con su compromiso con la estabilidad presupuestaria». Por eso, según avanzó la titular de Hacienda, el déficit bajaría al 3,9% en 2023, al 3,3% en 2024 y al 2,9% un año después. Cabe recordar que las reglas fiscales, cuya reforma está debatiéndose en el seno de la Unión Europea, marcan actualmente el límite del déficit en el 3% del PIB.
La contención del déficit, junto al avance del PIB, permitiría a España reducir la deuda pública en 2022 hasta el 115,2% del PIB. A partir de aquí, caería al 112,4% en 2023, al 110,9% en 2024 y al 109,7% en 2025.
Tanto Calviño como Montero han destacado la parte positiva que para la economía española supone el “comportamiento que está teniendo el mercado de trabajo, uno de los pilares de la recuperación económica”. Según las proyecciones del nuevo cuadro, la tasa de desempleo cerraría este año en el 12,8% para bajar al 11,7% en 2023, al 10,6% en 2024 y al 9,6% en 2025. La tendencia positiva derivada de las medidas estructurales puestas en marcha, como la reforma laboral, permiten crear más empleo y que, además, “sea de mejor calidad”, ha añadido Montero. “En el mes de marzo, más del 30% de los contratos registrados fueron indefinidos. Esta tendencia no solo se mantiene, sino que se acelera en el mes de abril”, ha adelantado Calviño.
“No descarto ninguna sorpresa positiva para la economía española, pero nuestro escenario macroeconómico se está basando en un escenario de prudencia”.
Acorde con otras estimaciones
El reajuste a la baja por parte del Ejecutivo se suma a una cascada de revisiones que han ido llegando en las últimas semanas desde diferentes organismos y analistas, tanto nacionales como internacionales. El FMI estimó recientemente para este ejercicio un crecimiento del PIB del 4,8%, mientras que para 2023 situó el avance en el 3,3%. Se trata de recortes de un punto y medio punto respecto a sus anteriores previsiones.
El propio Banco de España, igualmente, situó su estimación en el 4,5%, si bien en medio de la actual incertidumbre y desconfianza generada por la guerra en Ucrania llegó a advertir que si esta crisis se prolongaba en el tiempo no sería descartable que se volvieran a revisar las estimaciones, sin descartar incluso una posible recesión. Por su parte, la Airef fijó su estimación en el 4,3% en línea con lo anunciado por el Gobierno
Otras entidades privadas han dejado sus proyecciones por debajo del 5%. CaixaBank Research estima que la economía española crezcerá este año el 4,2%, mientras que BBVA espera un avance del 4,1% mientras que el más optimista es el Panel de Funcas, con una tasa del 4,8% interanual.
La inflación penaliza el gasto y la economía sólo crece el 0,3% entre enero y marzo
La escalada de los precios a máximos golpea a la economía española que crece solo un 0,3% en el primer trimestre del año, lo que supone 1,9 puntos menos sobre el 2,2% del cuarto trimestre del año pasado.
Y lo hace en menor medida como consecuencia de una cada vez más pronunciada incertidumbre internacional, escenario que ha hundido el consumo de los hogares un 3,7%. Es la mayor caída desde los peores tiempos de la pandemia, en el segundo trimestre de 2020.
Este débil comienzo del año en materia económica se produce tras las cifras con las que cerró 2021, cuando el PIB repuntó un 5%, el mayor alza en 21 años pero, ni más ni menos que 1,5 puntos menos que la previsión del 6,5% del Gobierno, tras haber cerrado el cuarto trimestre con un avance del PIB del 2,2%, un ritmo más lento por la caída del consumo familiar.
Sin embargo, la variación interanual del PIB se sitúa en el 6,4% al compararse con el primer trimestre de 2021, marcado por la pandemia, frente al 5,5% del trimestre precedente, gracias a una contribución de la demanda nacional de 3,3 puntos, cinco décimas inferior a la del cuarto trimestre, frente a la aportación de 3,1 puntos de la demanda exterior, 1,3 puntos más que el trimestre pasado.
Y precisamente, en la demanda nacional se apoya el freno que ha sufrido la economía española porque, la demanda nacional cedió 1,2 puntos, tras bjar el gasto en consumo final un 2,3%, frente al alza del 0,6% anterior.
Además, la confianza de los consumidores se ha visto afectada de lleno por el agravamiento de la crisis energética y la guerra de Ucrania. De hecho, el INE ha informado también de que las ventas del comercio minorista se desplomaron en marzo un 5,5%, su mayor caída en más de un año.
Al mismo tiempo que el INE publicaba los datos de Contabilidad Nacional, Eurostat publicaba que el Producto Interior Bruto se incrementó un 0,2 % en la Eurozona y un 0,4 % en la Unión Europea en el primer trimestre del año, lo que supone una ligera ralentización.
En ambos casos el avance trimestral del PIB fue una décima menor que en los últimos tres meses de 2021 y
en comparación interanual, la economía creció un 5 % en el área de la moneda única y un 5,2 % en el conjunto de los Veintisiete.
Entre los países de la UE cuyos datos estaban disponibles, el mayor ritmo de crecimiento trimestral entre enero y marzo correspondió a Portugal (2,6 %), por delante de Austria (2,5 %) y Letonia (2,1 %), mientras que se registró contracción del PIB en Suecia (-0,4 %) e Italia (-0,2 %). España registró una expansión del 0,3 %.