Ana Sánchez Arjona
Fue hace un mes largo cuando varios medios de comunicación señalaban que, esta vez sí, que tocaba ahora y que Pedro Sánchez estudiaba una reestructuración profunda de su Gabinete. Han pasado más de 30 días y al presidente se le echa el tiempo encima en el caso de que quiera acometer la crisis de Gobierno: ahora, o dejar la remodelación para otoño. «No está entre mis planes, insisto, el hacerlo. Mi prioridad es otra», decía recientemente. Sin embargo, con Sánchez nada se pueda dar por seguro, sobre todo en un asunto tan discrecional como éste. Dicen que el presidente, “podría destensar para acelerar” y que nos fuéramos de vacaciones con un recién estrenado Consejo de Ministros.
Cuenta atrás para Pedro Sánchez. Si el presidente quiere acometer una remodelación de su Gabinete tiene que ser en los próximos días o bien ya de cara al otoño. La agenda que tiene el responsable de Ejecutivo está llena este mes de julio y tendría que sacar una semana, más o menos despejada, para anunciar los cambios.
El presidente emprendía el pasado martes una gira de tres días por los Países Bálticos, Estonia, Letonia y Lituania. El jueves 15 su acto más relevante es el segundo homenaje civil a las víctimas del Covid, que presidirá el Rey en el Palacio Real. Así, si quisiera hacer público el nuevo Gobierno, sería esta semana la más adecuada porque, la siguiente, en concreto el martes 20 vuela hacia Estados Unidos, a un viaje, especialmente económico, a Nueva York, Los Ángeles y San Francisco en el que le acompaña la ministra Industria, Reyes Maroto, de momento. El 24 estará de vuelta en España. Y para el viernes 30 está previsto que se celebre en Salamanca la Conferencia de Presidentes, en la que se trataran asuntos muy importantes como la marcha en el proceso de vacunación, tras el crecimiento imparable de la incidencia, y el reparto de los fondos europeos, un encuentro con el que se pondría fin a este intenso mes de julio.
Unidas Podemos asegura que será el protocolo de convivencia firmado con el PSOE al inicio de la legislatura en el que prevalezca que en caso de reestructuración. “Se mantendrá el número de áreas al frente del PSOE y Unidas Podemos y su peso relativo en los términos que pactamos”
Sin embargo, con Sánchez nada se pueda dar por seguro, sobre todo en un asunto tan discrecional como este. Dicen que el presidente, “podría destensar para acelerar”. O esperar al otoño. Incluso los que acaparan más poder dentro del Gobierno, reconocen que no saben nada de los plazos que maneja su jefe, mientras que en su círculo ‘monclovita’ asegura que los cambios no se esperan para mañana.
Hay quien incluso duda de que finalmente la crisis se produzca: «¿Por qué hacerlo? Si tienes todo en un orden relativo…”
Un mes de crisis
Fue hace más o menos un mes cuando varios medios de comunicación, señalaban que, esta vez sí, que tocaba ahora y que Pedro Sánchez estudiaba una reestructuración profunda de su Gabinete.
La noticia publicaba coincidiendo con su regreso de un viaje oficial a Libia, y la Secretaría de Estado de Comunicación salió al paso de las informaciones aunque sin negar en ningún momento que esa posibilidad estaba sobre la mesa y asegurando lo que todos ya saben: que los cambios son una competencia exclusiva del jefe del Ejecutivo.
La nota Moncloa dijo lo que se esperaba que dijera, pero levanto la libre al acentuar el hermetismo con el que el presidente trabaja, en una materia tan sensible como esta.
Desde entonces, Pedro Sánchez ha sido reiteradamente preguntado, en ruedas de prensa y en entrevistas, por la crisis de gobierno. En todo momento ha insistido en que no es su “prioridad”, porque tiene por delante culminar el proceso de vacunación -el objetivo del 70% de población inmunizada con pauta completa se cumplirá, si nada se tuerce, a finales de agosto- y asentar la recuperación económica que ya se empieza a atisbar. “No está entre mis planes, insisto, el hacerlo. Mi prioridad es otra” y añadió que, en caso de que decidiera hacerlo, tendría que hablarlo con, Yolanda Díaz, la vicepresidenta tercera y voz autorizada en Ejecutivo de coalición por parte de Unidas-Podemos.
Pero desde la parte morada de la coalición aseguran que Sánchez no ha puesto encima de la mesa el asunto de los cambios en el Ejecutivo, de momento y que sus ministros, en lo que están centrados es en su trabajo.
Si se produce esa remodelación, entre los ministros de Podemos es el titular de Consumo, Alberto Garzón, al que se dirigen todas las miradas sobre todo porque hay quien le sitúa ya en Andalucía, para liderar el partido tras la marcha de Teresa Rodríguez. la posibilidad de que pudiese liderar Podemos en Andalucía, aunque esto no lo contemplan en la formación.
Lo que sí tienen claro en Unidas Podemos es que será el protocolo de convivencia firmado entre PSOE y Unidas Podemos al inicio de la legislatura en el que prevalezca que en caso de reestructuración. “Se mantendrá el número de áreas al frente del PSOE y Unidas Podemos y su peso relativo en los términos que pactamos”.
La salida o no de Calvo determinará la profundidad de los cambios
En realidad, prácticamente todos los nombres están en las quinielas. En la que parece que coinciden todas es en la muy señalada titular de Exteriores, Arancha González Laya, maltrecha por la crisis con Marruecos aunque hay quien dice que dejar hacerla caer sería como ceder ante el Gobierno de Rabat.
Otro nombre reiterado es José Luis Escrivá, el titular de Seguridad Social, técnico donde los haya, con ademanes muy poco políticos, de quien se dice que tiene poca mano izquierda en las negociaciones, pero a quien Sánchez abala y de quien depende que el diálogo sobre la reforma de las pensiones se remate con una segunda parte y definitiva, a pesar de sus últimas declaraciones.
¿Y qué pasará con Calvo? La joya de la corona. Lo que ocurra con ella dará la medida de la profundidad de los cambios. En el PSOE ven difícil su salida, también desde el Ejecutivo, aunque nada se descarta por el silencio de Sánchez. Se trata de una pieza clave para el presidente que le encomienda los asuntos más delicados, como ocurrió últimamente con los indultos.
Sin embargo, las interpretaciones respecto a lo ocurrido recientemente con la ley trans es que perdió el pulso contra Irene Montero. Calvo critico sin pelos en la lengua la autodeterminación de género que el texto regula, aunque con más base jurídica que el documento inicial.
Hay quien asegura que, la número dos, está fuera de las apuestas y por encima de las especulaciones y que solo se marcharía por razones personales. Algo que de momento, no se contempla.
A favor de que su permanencia conviene a Pedro Sánchez es que en el Consejo de Ministros, el PSOE tiene poco peso político. A saber: Calvo, Ábalos, María Jesús Montero y Miquel Iceta, los cuatro son imprescindibles ocupando uno u otro cargo, siempre dentro del Gobierno.
Y qué decir de Calviño, que ha salido y entrado en las quinielas como el Guadiana. Lo último es que, si se fuera finalmente Carmen Calvo, la vicepresidencia primera sería para Mª Jesús Montero. Hacienda recalaría en manos de la vicepresidenta segunda que estaría la mando del superministerio de Economía y Hacienda, que volvería a ser solo uno como ya ha ocurrido en otros Gobiernos.
Con Carmen Calvo en el Gobierno, se especula con que Nadia Calviño estaría al frente de otro superministerio económico que integraría también a Industria.
Las victorias y las derrotas de Nadia Calviño, han jugado a su favor y en contra, así de simple. En abril, tuvo que digerir que las ayudas directas a empresas y autónomos alcanzaran los 7.000 millones de euros, mientras ella peleaba porque que se quedaran por debajo de 2.000.
Ahora la partida por el SMI, puede decantarse a su favor, aunque hay quien dice que sigue en tablas. En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, María Jesús Montero no cerraba la puerta a subirlo este mismo año, como defiende Yolanda Díaz en contra de la opinión de Calviño. Aunque bien es cierto que, para Montero, igual que para la vicepresidenta segunda, lo relevante es la “garantía de empleo”.
Hay que recordar que Calviño llegó al Gobierno de Pedro Sánchez como garantía de que el Ejecutivo iba a ser fiel a la ortodoxia bruselense y no se iba dejar arrastras por la corriente de Pablo Iglesias.
Ha sido la que ha liderado la negociación de las ayudas europeas y máxima responsable de un plan de recuperación, aprobado con muy buena nota por parte de la Comisión.
A su favor, el hecho de ser una de las ministras mejor valoradas, junto a Margarita Robles y Yolanda Díaz, pero no hay que olvidar que, hace un año, Sánchez le mostró puente de plata como candidata a presidir el Eurogrupo.
Una lista de candidatos a salir o permanecer en un Gobierno que previsiblemente tendrá menos carteras, recorte que Unidas Podemos rechaza por ahora pero que en todo caso tendría que negociar si esa fuera la intención del presidente.