Ana Sánchez Arjona
Se esperaba una tercera ola pero no que ya la tuviéramos encima. Viene de la mano de la mutación del virus a las puertas de inicio masivo de vacunación en los países europeos, un proceso que inyectaba optimismo a las expectativas de recuperación, sobre todo para España, la economía más golpeada por la pandemia. El repunte se iniciaría en la segunda mitad del presente ejercicio, cuando comenzaran a relajarse las restricciones a la actividad y fueran desapareciendo las diferentes medidas de reclusión para los ciudadanos, lo que abría la posibilidad de un 2021 pleno de crecimiento. Pero las cosas podrían cambiar porque, ahora, las proyecciones sobre la salida de la crisis están en cuarentena.
La llegada de una tercera oleada del coronavirus a Europa de la mano de la cepa británica va a complicar que se cumplan las previsiones de crecimiento para 2021, que ya fueron revisadas a la baja hace semanas debido a la incidencia de los rebrotes de la pandemia en la economía.
Aunque los expertos ya habían hablado de la posibilidad de una tercera oleada, no se esperaba que su llegada fuera tan rápida. El escenario que se barajaba es que, cuando apareciera un nuevo rebrote del virus, las campañas de vacunación se hubieran extendido lo suficiente para contratacar de forma evidente sus efectos
Así que, con estas expectativas, las bolsas vivieron un noviembre espectacular. Volvieron a ganar parte del terreno perdido cuando estalló la pandemia. Ahora, todo lo andado en este mes y medio puede estar amenazado por la cepa británica que se extiende por los países europeos.
Nadia Calviño se mostraba optimista y preveía, a primeros de diciembre, una reactivación económica “más intensa” gracias a la vacuna contra el Covid-19, la aprobación de los Presupuestos y la llegada de los fondos europeos
Las previsiones iniciales, aunque con prudencia, apuntaban a que la recuperación se iniciaría en la segunda mitad del presente ejercicio, cuando comenzaran a la relajarse las restricciones a la actividad económica y fueran desapareciendo las diferentes medidas de reclusión para los ciudadanos, lo que abría la posibilidad de un 2021 pleno de crecimiento.
En el caso de España, que según las previsiones de los organismos internacionales será el país más perjudicado por la crisis sanitaria, las cosas pintaban bien para mediados del año que viene.
Tanto que el consenso de los expertos preveía un repunte de la economía español entre primavera y verano empujado, sobre todo, por el consumo y el turismo.
El Consenso Económico elaborado por PwC, correspondiente al cuarto trimestre de 2020, pone de manifiesto que el 60,3% de los expertos consultados prevé una recuperación de la inversión y del consumo en España entre el segundo y el tercer trimestre del año que viene. Y de ese porcentaje, es mayoría (33,6%) los que se inclinan por los meses de verano como el momento del repunte. Un 18% del panel de PwC, compuesto por más de 400 expertos, directivos y empresarios, cree que la recuperación llegará en el cuarto trimestre de 2021.
El desarrollo de la vacuna mejorará en los próximos seis meses, igualmente, las exportaciones (así lo predice un 56,4%), la inversión productiva (asume un 31,6%) y el empleo (28%), así como el consumo privado (46,6%). La demanda de vivienda permanecerá estable para el 47,5%. Todos los porcentajes suben de manera importante respecto al Consenso del tercer trimestre.
La previsión de crecimiento del PIB es de un 5,9% para 2021. Es significativo que cuando se pregunta cómo ven los encuestados a la economía española en el próximo trimestre, el 32,2% responde que “mejor” y este porcentaje sube al 88,9% si la pregunta es dentro de un año.
Pendientes de la tercera ola
Lo que está claro es que, todas las estimaciones sobre cómo se va a comportar la economía española en los próximos meses apuntan a que existen algunas condiciones que pueden favorecer la recuperación económica. Todas ellas tenían en cuenta la llegada de una tercera ola, pero no tan rápido como al parecer se está produciendo.
Por ejemplo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIReF, pronostica una contracción máxima del 12,4% para 2020 y un crecimiento de hasta 5,8 para 2021. estimaciones se hacen evaluando la posibilidad de nuevos rebrotes que hagan necesario paralizar las actividades comerciales
El Banco de España recientemente ha actualizado sus previsiones por el crecimiento progresivo de las actividades comerciales en España. Además, ha evaluado la posibilidad de la inmunización de la población para prevenir rebrotes del coronavirus y retomar completamente sus actividades económicas.
La Fundación de Cajas de Ahorros, Funcas, estima una contracción de 12% del PIB en 2020. Además, de acuerdo con su previsión económica de España en 2021, el PIB tendrá una variación interanual de 6,7% y en 2022 de 6,2%.
El FMI recientemente publicó sus previsiones económicas para España en 2021, y prevé una contracción de hasta el 12,8% de su PIB. De igual forma, esta institución prevé para 2021 un crecimiento aproximado de 7,2%.
La Comisión Europea ha empeorado la contracción del PIB un 1,5% respecto a su valoración anterior. De esta forma, en 2020 caerá un 12,4%, pero aumentará en 2021 y 2022 un 5,4% y 4,8% respectivamente.
La OCDE ha pronosticado que España será uno de sus miembros con la mayor contracción de su PIB en 2020 de 11,6%. De igual forma, considerando escenarios económicos favorables, espera un crecimiento de 5% para el año 2021 y de 4% para el año 2022.
Y en casa, Nadia Calviño se mostraba optimista y preveía, a primeros de diciembre, una reactivación económica “más intensa” gracias a la vacuna contra la covid-19, la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado y la llegada de los fondos europeos.
Puntilla al turismo e impacto en las exportaciones
Las expectativas de recuperación están en cuarentena. Sobre todo, porque esta nueva mutación del coronavirus podría dar la puntilla al sector turístico.
Hace alrededor de un mes, Canarias esperaba tener unas Navidades más prometedores por la llegada de los turistas británicos a sus islas.
A finales de octubre el Reino Unido había incluido a la región en su listado de corredores seguros y el Ejecutivo autonómico ya negociaban con turoperadores operativas especiales para la temporada de invierno.
La esperanza se vino abajo hace dos semanas porque Londres retiró la salvedad al archipiélago y, esta semana se han cancelado los vuelos entre ambos países por la nueva cepa del coronavirus.
Además, el Gobierno español oficializó la suspensión de las conexiones aéreas con el Reino Unido en una decisión concertada con Portugal. La medida sigue el ejemplo de Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos, Austria y Alemania, que ya vetaron los despegues y aterrizajes con destino al país que preside Boris Johnson.
Según los datos de Aena, dos de cada siete turistas británicos que llegaron a España entre enero y octubre aterrizaron en Canarias. Con 7,7 millones de viajeros acumulados, la ratio se estimaba superior en las próximas semanas debido a que el resto de destinos turísticos del país no estaban en temporada alta
De los 13,1 millones de turistas internacionales que visitaron el territorio el año pasado, 4,87 procedían del Reino Unido. El otro gran emisor fue Alemania, con 2,51 millones de personas.
Pero no solo es el turismo porque el bloqueo amenaza el 7% de las exportaciones españolas. Varios miles de camiones españoles esperaban bloqueados en Dover (Reino Unido) una solución al cierre de la ruta entre la ciudad británica y la francesa Calais decretada por el Gobierno francés.
El problema es muy serio y afecta directamente a la economía española. Uno de cada cuatro euros que se envía al tanto al Reino Unido como a Irlanda pertenece al sector agroalimentario, según los datos del ICEX entre enero y octubre. Es decir, de unas importaciones totales de 13.667 millones de euros, la industria alimentaria fue responsable de 3.415 millones.
El volumen de estos productos ha crecido en los últimos años frente a la pérdida de cuota del mercado británico en el total de las exportaciones, según un informe del Banco de España publicado el pasado mes de agosto. El valor saltó de los 3.850 millones de 2017 hasta los 3.940 millones en 2019.
Solo en el mes de diciembre, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas, estimaba que iba a enviar 170.000 toneladas de sus productos a la zona; un 64% de hortalizas y un 36% de frutas.