La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha avalado la actualización del Programa de Estabilidad para el ciclo 2022-2025 que el Gobierno remitió a Bruselas hace dos semanas. La revisión del Ejecutivo sitúa el crecimiento del PIB español para 2022 en el 4,3%, casi tres puntos menos de lo previsto inicialmente, y deja el déficit público en el 5% y el 3,9% del PIB durante 2022 y 2023. El escenario es factible para la autoridad fiscal, que sin embargo alerta de “graves deficiencias”, de falta de exigencia y del riesgo de un aumento de la deuda pública a partir de 2025 si no se consigue reducir el nivel del déficit estructural. En dos décadas, teme el organismo, el endeudamiento podría alcanzar el 140% del PIB si no se toman medidas al respecto para atajar los desequilibrios.
Estrategia fiscal
Por todo ello, la Airef volvió a insistir en la necesidad de diseñar una estrategia fiscal a medio plazo que sea “creíble, realista y que integre todos los elementos esenciales de la política económica y fiscal”, una de las viejas reivindicaciones de la organización. A su vez, recomendó destinar los ingresos públicos extra, fruto de una recaudación mayor de la prevista, a acelerar la reducción del saldo fiscal negativo para evitar que la deuda se cronifique en cotas elevadas.
En lo relativo a la senda fiscal, la radiografía de la Airef dibuja un panorama relativamente positivo en el corto plazo, y en cierta medida dulcificado por la recuperación económica, que va diluyéndose y amenaza con ir empeorando seriamente a medida que pasen los años. Décima arriba, décima abajo, la entidad certifica que gracias a unos ingresos públicos récord y al aumento del PIB nominal por el rebote económico el déficit se está reduciendo más rápido de lo esperado. Sin embargo, el margen de mejora tiene los días contados.
La presidenta de la autoridad fiscal, Cristina Herrero, explicó durante la presentación del Informe sobre la Actualización del Programa de Estabilidad 2022-2025 que esperan un déficit del 4,2% para 2022 frente al “poco exigente” que prevé el Gobierno, al que saca los colores por su falta de ambición a la hora de reducir la ratio. A partir de aquí, en 2023 la Airef la reduce al 3,3% (frente al 3,9% estimado por el Ejecutivo), al 3% en 2024 (3,3% del Gobierno) y también al 3% en 2025 (una décima superior al 2,9% calculado por el Ejecutivo).
En concreto, sin medidas que reduzcan el saldo negativo, la deuda llegaría al 108,8% del PIB, lo que colocaría a España en una posición “muy vulnerable frente a un probable endurecimiento de las condiciones monetarias”. A partir de aquí, si el déficit primario estructural se mantiene constante entre el 1,5% y el 2,5%, la deuda iniciará una senda ascendente que la llevaría al 140% del PIB en el año 2040.