El nuevo mecanismo de equidad intergeneracional, que sustituirá al polémico factor de sostenibilidad que se deroga con la nueva reforma de pensiones, se presentará “de manera inminente” a los interlocutores sociales. Así lo aseguró el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, en unas declaraciones a los medios realizadas en el Congreso de CC OO en el que salió reelegido Unai Sordo como secretario general del sindicato.
“De forma inminente”, repitió a los periodistas sin concretar cuándo será eso. Sin embargo, cabe recordar que estas mismas palabras utilizaba el ministro cuando le preguntaban, antes del verano, cuándo se alcanzaría un acuerdo para derogar la reforma de pensiones del PP. Y tardó semanas, incluso meses, en ser realidad ese pacto entre Gobierno, sindicatos y patronal que se firmó a principios de julio.
La derogación del factor de sostenibilidad fue el gran escollo para cerrar el acuerdo alcanzado a final de junio. Para los sindicatos era una línea roja innegociable en esta primera fase de la reforma, mientras que el Gobierno pretendía retrasarlo al año que viene para tener listo uno nuevo
Ahora, no obstante, la propuesta del ministerio sobre cómo será ese nuevo factor de ajuste para ponerlo en marcha durante la jubilación del ‘baby boom’ ya va incluso con retraso, puesto que antes del 15 de noviembre este mecanismo tiene ya que estar pactado en la mesa del diálogo social para incluirlo en esa primera fase de la reforma de las pensiones que está tramitando el Congreso y debería ver la luz definitivamente antes de final de año. Los sindicatos llevan ya semanas exigiendo a Escrivá que les presente cómo será ese nuevo factor de sostenibilidad y, sin embargo, el ministro lo que les entregó en la reunión del pasado lunes fue un texto sobre cómo será el nuevo super fondo de pensiones de empleo, algo que no sentó bien a los interlocutores, porque no era el momento de entrar en este debate, sino de cerrar los flecos que faltan de las medidas ya aprobadas por el Consejo de Ministros.
Por ello, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez,le advirtió este jueves de que los sindicatos no van a negociar un sistema de pensiones privado de gestión pública “en medio de la renovación del Pacto de Toledo”. “Queremos un sistema de pensiones público suficiente”, defendió Álvarez en presencia del ministro durante su intervención en la jornada inaugural del 12º Congreso Confederal.
El gran problema
La derogación del factor de sostenibilidad fue el gran escollo para cerrar el acuerdo alcanzado a final de junio. Para los sindicatos era una línea roja derogarlo en esta primera fase de la reforma, mientras que el Gobierno pretendía retrasarlo al año que viene para tener listo uno nuevo. Finalmente, se incluyó su derogación y un compromiso para diseñar un sucedáneo antes del 15 de noviembre.
La primera propuesta de Escrivá, que ni siquiera llegó a hacer de forma oficial, sino extraoficialmente, era que este nuevo mecanismo supusiera o bien un “ajuste moderado” en las pensiones de la generación del ‘baby boom’ o bien un retraso en la edad de jubilación. Pero estas declaraciones que realizó durante la firma del acuerdo levantaron tal polvareda, que renunció a ello. Ahora, se ha comprometido a presentar una propuesta que no contenga un recorte de las pensiones. Los sindicatos quieren que se sustente sobre un aumento de ingresos, como podría ser una subida transitoria de cotizaciones.
De igual manera, Escriva defiende en las últimas semanas que este mecanismo se aprobará «por si hiciera falta» contener el gasto, pero que igual no es necesario y, de cualquier forma, será “transitorio”.
