Ana Sánchez Arjona
Atención a los números. El dinero que destinaba de media a primeros de año en España cada uno de los ciudadanos a la alimentación rondaba los 1.500 euros, una cifra que ahora se ha disparado hasta los 1.865 euros por persona y… Subiendo. Y es que la cesta de la compra pesa cada vez más en nuestros bolsillos. Se trata de una carga difícil de asumir por las familias más vulnerables y que persigue frenar el Ejecutivo con el paquete de medidas que lanzará en las próximas semanas. Su socio de coalición, Unidas Podemos, ya ha puesto sobre la mesa sus propuestas, que contemplan ayudas directas, es decir, cheques de entre 250 y 500 euros de los que se beneficiarían alrededor de ocho millones de hogares, y medidas fiscales destinadas a grabar un 33% los beneficios extraordinarios de los supermercados, de la gran distribución, a imagen y semejanza del impuesto aplicado a la banca y las eléctricas.
Objetivo: bajar el precio de los alimentos. Hablamos del paquete de medidas que lanzará el Gobierno para fin de año, medidas que, según el presidente del Gobierno, están destinadas a todos los ciudadanos.
El Ejecutivo tiene tres posibilidades sobre la mesa: poner un tope los precios de los alimentos (que parece ya descartado), subvencionar a la parte más débil de la población que es la que gasta hasta un 20% de sus ingresos en alimentación y, tercero, jugar con los impuestos.
Pues bien, Podemos ya ha hecho su propuesta y habla de ayudas directas y de medidas fiscales. En cuanto a las subvenciones, se estima que hay 8 millones de personas que destinan uno de cada cinco euros en pagar la comida y la iniciativa de Unidas-Podemos, en este sentido, son cheques que oscilan entre los 250 euros y 500 euros por hogar. Cubriría al 40%, más o menos, de la población más pobre.
El objetivo del impuesto sería, según explicó Unidas Podemos, tener un “efecto disuasorio” y evitar subidas de precios por parte de las grandes cadenas. También tendría una intención recaudatoria, lógicamente, aunque no ha adelantado ninguna cifra
Hay que recordar que el gasto que destinaba el ciudadano a primeros de año en España a la alimentación rondaba los 1.500 euros y que subió algo más en pandemia, ahora se ha disparado hasta los 1.865 euros por persona, solo en comer.
Segunda propuesta es la de un impuesto del 33% sobre beneficios extraordinarios a los supermercados, a la gran distribución, como se ha hecho con la banca y las eléctricas. Este impuesto afectaría a Mercadona, Día, Eroski, Lidl, Carrefour y El Corte Inglés, en principio. Marcas que controlan el 55% del mercado. El resto son pequeños supermercados, comercios de proximidad que quedarían exentos.
Según la formación, con su aplicación, se frenaría en gran medida, el problema que tenemos con los precios. La inflación general está bajando, pero los alimentos siguen subiendo.
Pablo Fernández, portavoz de Podemos, en una rueda de prensa en la sede del partido señalaba que han podido comprobar como en muchos casos estos incrementos de precios no están relacionados con los costes, sino que “se van de manera ilegítima a las grandes cadenas”.
Ha puesto como ejemplo a los supermercados Mercadona que, según ha dicho, ha sido uno de los que más ha subido los precios de sus productos y a la vez ha planteado unos beneficios de unos 700 millones de euros para el año que viene. “Un Gobierno que cuida a la gente no puede consentir que mientras hay personas a las que les cuesta mucho acceder a productos básicos, los ricos cada vez se enriquezcan más a costa de todos nosotros”, ha subrayado el portavoz morado, quien ha asegurado que este impuesto extra será similar al que estudia Portugal.
En el caso del país vecino, la norma busca que el sector tribute por las ganancias “no esperadas” de un conjunto de empresas “que deben pagar por los beneficios que están teniendo injustificadamente por esta crisis de inflación”, explicó el primer ministro luso, António Costa, durante el debate del Presupuesto de 2023.
Efecto disuasorio
El objetivo del impuesto sería, según explicó Unidas Podemos, tener un “efecto disuasorio” y evitar subidas de precios por parte de las grandes cadenas. También tendría un fin recaudador, evidentemente, aunque la formación no ha dado ninguna cifra al respecto. En el sector, en cambio, consideran que una figura de este tipo tendría el efecto contrario al deseado.
La distribución siempre ha defendido que introducir un nuevo impuesto a las empresas no tiene un efecto en el bolsillo del consumidor sino que, por el contrario, lo que hace es añadir nuevos costes a las empresas.
El sector había pedido bajar el IVA a los alimentos, actualmente del 10% en la mayoría, del 4% en el caso de los de primera necesidad, como huevos, leche, pan, frutas y verduras. Sin embargo, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ya dijo que el paquete en el que se trabaja no incluía esta opción.
Hacienda, por su parte, señala únicamente que es una propuesta de Unidas Podemos y que el Ministerio no está estudiando ahora mismo en ninguna medida fiscal para aplicar al sector.
Podemos quiere, además, que el nuevo decreto de medias contra la crisis incluya una congelación de los alquileres, como ya se hizo durante la pandemia, y también de las hipotecas de tipo variable.
Por último, ha propuesto también incrementar al 50% la financiación estatal al transporte público. “Son medidas que van a proteger a la ciudadanía”, destacaba el portavoz de la formación. “El Gobierno de coalición tiene que seguir apostando por políticas que pongan en el centro a las personas y que hagan que quienes más tienen, aporten más”.
El precio de los alimentos en subida libre. Crece un 15,3% a las puertas de la Navidad
El coste de la cesta de la compra que soportan nuestros bolsillos es cada vez más preocupante. La escalada de los precios de las materias primas alimenticias que se experimenta en todo el mundo desde principios de 2021, impacta en los precios de consumo de la Eurozona y, por supuesto, de España.
Lo hemos visto reflejado en los datos publicados por el INE que indican como los precios de los alimentos y de las bebidas no alcohólicas se han disparado en noviembre un 15,3% respecto al mismo mes del año anterior y han vuelto a marcar un récord en la serie histórica junto al incremento interanual del 15,4% de octubre, por lo que se espera que sigan en esta línea a finales de año, en plenas fechas navideñas.
En torno a dos de cada tres puntos del repunte de la inflación en los once primeros meses de este año se debe a los alimentos. En concreto, el IPC acumulado de enero a noviembre es del 5,5%, siendo el grupo de los alimentos responsable de un total de 3,1 puntos.
En el último año (noviembre de 2022 sobre el mismo mes de 2021), lo que más ha subido de precio han sido los otros aceites (+55,9%); el azúcar (+50,2%); las harinas y otros cereales (+37,6%), y la mantequilla (+37,5%).
Además, otros muchos alimentos registran subidas de dos dígitos en sus precios, como los aceites y grasas (+31,5%); la leche (+30,9%); los huevos (+27,1%); los cereales (+22,9%); los productos lácteos (+21,7%); las patatas y sus preparados (+21,5%); la carne de ave (+16,6%); preparados de legumbres y hortalizas (+15,5%); el pan (+14,9%); legumbres y hortalizas frescas (+14,6%); otros preparados alimenticios (+14,1%); la carne de vacuno y porcino (+13,2%); crustáceos, moluscos y preparados de pescado (+12,5%); el agua mineral, los refrescos y los zumos (+11,3%); el pescado fresco y congelado (+10,9%); otras carnes (+10,4%) y café, cacao e infusiones (+10,3%).
Lo que más subió de precio en el mes de noviembre respecto al mes anterior fue el aceite de oliva, un 9%.
Según el Informe del Consumo Alimentario en España del Ministerio de Agricultura, en 2021 cada ciudadano gastó 1.630,60 euros en alimentación para consumir en el ámbito doméstico, cantidad que se ha elevado hasta los 1.865 euros en lo que llevamos de año.
En este sentido el coste mensual para cada familia y por miembro se habría incrementado en 53 euros.