La continua y también sostenida recuperación económica tras el hundimiento histórico del PIB a raíz del Covid-19 ha llevado a España a recuperar tres posiciones en la 34 edición del Ranking de competitividad mundial que elabora anualmente el Institute for Management Development (IMD).
El país se sitúa ahora en el puesto 36 de las 63 economías analizadas, frente al número 39 que ocupó en la clasificación del año pasado.
La subida en la clasificación general es el resultado de un mejor desempeño económico sobre el pasado año, especialmente en lo que se refiere al crecimiento del PIB
La recuperación del sector turístico ha jugado un papel fundamental en la subida, según el Centro de Competitividad del IMD. Así, la mejora en la clasificación general es el resultado de un mejor desempeño económico que en el pasado año, especialmente en lo que se refiere al crecimiento del PIB, así como a los avances en el crecimiento de las exportaciones de servicios comerciales, la inversión internacional y el empleo, tal y como señala José Caballero, economista sénior del Centro de Competitividad Mundial del IMD.
Asimismo, añade que “también hay mejoras sustanciales, aunque en menor medida, en las infraestructuras tecnológicas y científicas, y en las medidas sanitarias y medioambientales.
Sin embargo, la eficacia de la Administración y de las empresas parece algo estancada en comparación con 2021, especialmente en los casos de las finanzas públicas y de la legislación empresarial, que de hecho han experimentado un descenso constante desde 2020”.
Según los expertos del IMD, los principales desafíos que tiene que solucionar la economía española están relacionados con la gestión eficiente de los fondos europeos, para fortalecer el sistema productivo y configurar una economía resiliente; el impulso de la digitalización y la investigación; mejorar la empleabilidad de los trabajadores replanteando las políticas de empleo en el marco del diálogo social; la gestión de la inflación de manera que no perjudique la competitividad y el fortalecimiento de la industria replanteando las cadenas de distribución.
La crisis inflacionista, según se desprende del estudio, es uno de los principales quebraderos de cabeza a nivel mundial. Para el 50% de los ejecutivos encuestados la principal preocupación son los precios, mientras que el 49% menciona los conflictos geopolíticos y el 48% los cuellos de botella en la cadena de suministro. Por su parte, la perspectiva de una presencia prolongada del Covid-19 ocupa el cuarto lugar.