El mercado laboral sigue sufriendo los efectos de la pandemia y ha comenzado el año destruyendo empleo, lastrado por la tercera ola y las restricciones a la actividad para frenarla. Entre enero y marzo, España ha perdido 137.500 puestos de trabajo, según refleja este jueves la Encuesta de Población Activa (EPA). En cambio, el número de desempleados ha descendido en 65.800 personas hasta los 3,65 millones, lo que sitúa la tasa de paro en el 15,98 %.
Lo cierto es que el primer trimestre del año es ya de por sí una mala época para el mercado laboral, porque coincide con el fin de los contratos de la campaña de Navidad. A esto hay que sumar, en esta ocasión, el impacto de las restricciones a la actividad económica, que han lastrado las expectativas de crecimiento para este trimestre, lo que también ha influido en que se frenase en seco la contratación en Semana Santa.
Los menores de 30 años representan el 28,8% de los 3,65 millones de parados, mientras que los mayores de 50 años suman casi el 26%
Estas variables han afectado en mayor medida a la ocupación: en el primer trimestre del año se destruyeron 137.500 puestos de trabajo, la mitad que en el mismo periodo de 2020 cuando la pandemia irrumpió en nuestras vidas. Se trata del peor arranque de un ejercicio desde 2014 si se deja a un lado el año de la pandemia. Por su parte, de enero a marzo el desempleo bajó en 65.800 personas, lo que llevó la tasa de paro a descender del 16,13 % al 15,98 %. Es el primer descenso en un primer trimestre desde el año 2015. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan, además, las secuelas que el coronavirus está dejando tras de sí en el mercado laboral: el número de hogares donde todos sus miembros están en paro sigue al alza. En el primer trimestre del año, se sumaron 29.200 hogares hasta los 1.226.200, su mayor cifra desde el primer trimestre de 2018.
Cuando se cumple un año de la irrupción de la pandemia, España cuenta con 474.500 ocupados menos, rozando los 19.207.000 trabajadores, y 340.900 parados más, hasta los 3.653.900. En este sentido, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que a cierre del trimestre protegían a 743.628 trabajadores, y la contratación en el sector público durante este periodo, con 149.400 personas más, han conseguido amortiguar estas cifras.
No obstante, estos descensos tanto en el número de ocupados como en el de parados también se han visto influidos por una caída de la población activa, es decir, aquella en edad de trabajar que tienen un empleo o lo están buscando. De enero a marzo se han descolgado de esa población activa un total de 203.400 personas hasta los 22.860.700. Mientras que, en el último año, la reducción se sitúa en 133.500 personas.
Tal como demuestra la EPA, la pandemia continúa afectando en gran parte a las mujeres y a los colectivos de menor y mayor edad. Los menores de 30 años representan el 28,8 % de los 3,65 millones de parados, mientras que los mayores de 50 años suman casi el 26 %. En este caso, el desempleo se está cronificando, ya que más de la mitad lleva más de un año sin encontrar un empleo.
Por sexos, la tasa de paro ha subido con más intensidad entre las trabajadoras, hasta el 18,1 % registrado en este primer trimestre; frente al 14,1 % de los hombres. Una brecha de cuatro puntos, que se ha ensanchado desde la irrupción de la pandemia. No obstante, de enero a marzo, el desempleo femenino retrocedió en 37.700 mujeres, frente a una disminución del paro masculino de 28.100 varones. Asimismo, la destrucción de empleo registrada en el primer trimestre fue menor entre las mujeres: mientras que los hombres perdieron 84.800 puestos de trabajo entre enero y marzo.
El desempleo en este periodo subió en todos los sectores, salvo en los servicios, con 97.500 parados menos. La caída se sustanció en el sector privado, con 155.800 empleados menos, mientras que en el sector público aumentó en más de 18.300 personas.