Ana Sánchez Arjona
Colocar a España como destino seguro por delante de competidores como Grecia e Italia es el objetivo del Gobierno. La campaña de vacunación en los grandes mercados emisores y la mejora de la situación pandémica han despertado el optimismo en el sector de nuestro país y tiene que servir también, lo dice Reyes Maroto, para que los viajeros “nos escojan como destino de sus vacaciones”. Pero la ministra sabe que el retorno del turismo no depende sólo de una buena campaña de publicidad, sino de la situación sanitaria. Y ésta es buena en determinadas comunidades, lo que puede convertirse en el principal atractivo para que nos visiten millones de británicos y también de alemanes.
Colocar a España como destino seguro por delante, incluso, de sus competidores europeos como Grecia e Italia. Es el objetivo de la campaña que acaba de lanzar el Ministerio de Industria Comercio y Turismo. En el Twitter de la cartera que dirige Reyes Maroto se lee insistentemente que los turistas pueden “planificar ya sus vacaciones en España” porque nuestro país es garantía de “seguridad y calidad”; que el objetivo de la iniciativa es «una recuperación rápida e intensa de la actividad turística internacional este verano” y que el Gobierno espera captar este verano 45 millones de turistas extranjeros, algo más de la mitad de los 83,5 millones que vinieron en 2019.
Y serán ocho los millones de euros en publicidad para este verano los que se destinarán a recuperar al turista europeo. El lema de la campaña es «Te mereces España», en inglés «You deserve Spain».
Reyes Maroto ha asegurado que el Ministerio está trabajando para que Reino Unido no valore a nuestro país en su conjunto, sino por zonas. Baleares, por ejemplo, tiene una incidencia de 56 casos por 100.000 habitantes, mientras la media española ha dejado atrás el riesgo extremo y ha bajado de los 150 casos
La campaña ha sido definida y coordinada por Turespaña, el organismo encargado de la promoción turística en el exterior. Su director, Miguel Sanz, explicaba durante la presentación que hicieron focus groups con viajeros del continente y determinaron que España es una categoría en sí misma. «Somos el lugar de vacaciones de los europeos».
Así que, manos a la obra, el Ejecutivo sabe que, la campaña de vacunación en los grandes mercados emisores de turistas y la mejora de la situación sanitaria ha despertado el optimismo entre el sector turístico de nuestro país, hundido en un clima ciertamente negativo después de catorce meses consecutivos de parálisis, que han acumulado millones de pérdidas en las cuentas de resultados de hoteleras, bares, restaurantes, agencias de viajes y transporte.
Si el pasado verano España tan solo recibió 6,1 millones de viajeros, la previsión para este ejercicio es que la cifra crezca de manera exponencial. Pese a ello, la llegada de viajeros se quedaría apenas en un 50% de los 37 millones recibidos en el verano de 2019, en un escenario prepandemia.
La ministra ha reconocido que España necesita recuperar a los visitantes que vinieron en 2018 y 2019. Pero el retorno del turismo no depende solo de una buena campaña de publicidad, sino de la evolución de la crisis sanitaria y las restricciones que impongan los países.
Reino Unido, por ejemplo, el país del que más turistas nos llegan, fueron 18 millones en 2019, mantiene a España en su lista ámbar y obligará a los viajeros a hacerse una PCR y guardar diez días de cuarentena a la vuelta. Maroto ha asegurado que el Ministerio está trabajando en que Reino Unido no valore a nuestro país en su conjunto, sino por zonas. Baleares, por ejemplo, tiene una incidencia de 56 casos por 100.000 habitantes, mientras la media española ha bajado de los 150 casos
La buena situación sanitaria de determinadas comunidades puede ser el principal atractivo para atraer millones de británicos, aunque el elevado gasto de demostrar que no se está contagiado, 90 euros de media cada PCR, para una familia de 4 personas se dispara y puede llevar a muchos visitantes a anular su viaje y optar, tal y como hicieron en 2020, por quedarse en su país.
Al problema económico se ha unido el último informe de la autoridad sanitaria de Reino Unido, que desaconseja los viajes al extranjero por el riesgo que entraña la importación de nuevas cepas del coronavirus, pese a la presión de los grandes turoperadores (TUI o Jet 2) y de las grandes aerolíneas, que no ven el momento de reactivar el tráfico aéreo.
Corredores turísticos
El otro gran mercado emisor es Alemania, que está fijando las normas para prohibir o permitir la movilidad a sus viajeros durante el próximo verano. Será la Unión Europea la que deberá dictaminar las reglas a seguir, aunque la presión de Baleares y Canarias ya ha surtido efecto y Alemania las considerará al margen del resto de España.
Los dos gobiernos autonómicos están luchando fuerte para lograr abrir corredores turísticos con Alemania y a partir del 19 de mayo con Reino Unido, basándose en el hecho de que su condición de insularidad les proporciona una mayor capacidad de control del virus, ya que todos los que entren y salgan de la isla deben pasar una prueba PCR.
Las negociaciones se han acelerado en las últimas semanas, especialmente en el caso de Alemania y del Gobierno balear ya más de la mitad de sus viajeros extranjeros proceden de este país gracias a la buena situación epidemiológica del archipiélago.
De la ‘microvacunación’ griega al certificado de turistas italiano
Pero España no está sola en esta competición por atraer viajeros europeos. Los grandes destinos de nuestro país van a tener que competir con Italia, Grecia, y también con Chipre o Malta, para atraer a turistas de la UE deseos de salir de sus localidades de origen tras más de un año de encierro. Aseguran los expertos que la competencia procedente del Norte de África, Turquía, Egipto, Túnez o Marruecos, en auge desde 2012 gracias a las bajadas de impuestos y de precios, no va a suponer un problema este año, sobre todo porque la situación epidemiológica es sensiblemente peor que en otros destinos europeos y los viajes a esos destinos serán prohibidos o desaconsejados por las autoridades comunitarias.
Por lo tanto, la batalla para atraer turismo europeo está entre fundamentalmente Grecia e Italia.
Después de seis meses de un cierre decretado por la pandemia de Covid-19, Grecia reabrió a mediados de mayo los restaurantes, negocios y colegios, lo que sirvió para tantear el funcionamiento de los protocolos sanitarios.
Además, todos los aeropuertos internacionales han recuperado su actividad y se ha levantado la prohibición de viajes internos.
El Ejecutivo griego declaraba que a diferencia del año pasado, ahora hay tres factores que influyeron en la decisión para abrir las fronteras a los turistas: el conocimiento sobre el virus, las vacunas y el testeo. Para esto, el Ministerio de Salud griego asumió una osada estrategia de inoculación.
Y mientras la mayoría del país de más de 10 millones de habitantes mantiene una campaña de vacunación dividida por franjas etarias, en las islas hay un proceso especial de vacunación a todos los habitantes de los territorios más pequeños para luego pasar a las medianas y “a finales de junio el tercer grupo, de islas grandes
Esta estrategia ha permitido que 2,62 millones de personas reciban al menos una dosis y se impulsó debido a la dificultad de llegar a estas zonas y los escasos centros médicos en estas localidades. Aunque no será lo único. Grecia quiere ser un ejemplo para Europa, y para esto, a partir de este fin de semana funcionará un certificado digital para los desplazamientos en las islas.
En el caso de Italia, el país no ha querido esperar a junio para reabrirse al turismo. El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha anunciado la emisión de un certificado para turistas vacunados y así facilitar los desplazamientos dentro del país.
«No esperemos hasta mediados de junio para el pasaporte de la UE», dijo Draghi después de un encuentro de ministros de Turismo del grupo G20. «Es el momento de reservar las vacaciones en Italia».