Ana Sánchez Arjona
Los prolegómenos de la cumbre hispano-marroquí, finalmente aplazada, han estado rodeados de polémica por la exclusión de Pablo Iglesias de la comitiva de la que si iba a formar parte Yolanda Díaz, que se apuntaba un tanto más a su favor en detrimento de su compañero de Gobierno. El vicepresidente segundo se ha llevado las de perder en las últimas semanas. Incluso, la titular de Trabajo obtenía mejor puntuación en la encuesta del CIS sobre los ministros mejor valorados. Díaz, que tiene en su haber seis acuerdos en el marco del diálogo social y los ERTE como gran apuesta, responde a aquellos que especulan sobre su aspiración de liderar Podemos: “Ni milito, ni aspiro a dirigir la formación”.
El viaje a Marruecos que estaba previsto para esta semana de Pedro Sánchez acompañado por miembros de su gabinete, no todos, como sabemos, se ha aplazado a febrero de 2021 bajo el argumento de ambos ministerios de Exteriores de que la situación epidemiológica actual no era el escenario más favorable para el encuentro.
Los prolegómenos de la cumbre bilateral habían estado rodeados de polémica por la exclusión de Pablo Iglesias de la comitiva de la que si iba a formar parte Yolanda Díaz que se apuntaba así un tanto más a su favor en detrimento de su compañero de Gobierno.
Y aunque la titular de Trabajo no se planté como una competición el conseguir un puesto en los lugares donde se toman decisiones importantes, económicamente hablando, o hacer prevalecer sus opiniones respecto a las que ha lanzado Iglesias, lo cierto es que, sea coincidencia o la torpeza del propio Iglesias, o una estrategia premeditada, el vicepresidente se ha llevado las de perder en estas últimas semanas.
El Ministerio de Trabajo le ha dado a Yolanda Díaz especial visibilidad durante la pandemia y mediáticamente ha conseguido mayor relevancia que ningún otro miembro de Unidas-Podemos
En algo más de siete días, ha visto como la presencia de Díaz en el que iba a ser el Comité encargado de gestionar los fondos europeos se daba por sentada, que la ministra iba a formar parte del grupo que acompañaría a Sánchez en su viaje a Marruecos, y que sobre su anuncio de que estaba sobre la mesa abordar la jornada laboral de cuatro días echaban un jarro de agua fría no solo la titular de Trabajo, sino otros miembros del Gobierno. Por ejemplo, Mª Jesús Montero, al ser preguntada por la eventual medida durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, aseguró que no debía “descentrarse”, y que tenían otras “prioridades” dentro del Ejecutivo.
Y es que, el nombre de Yolanda Díaz ha sonado con fuerza en los últimos meses. Incluso en la última encuesta del CIS, la política gallega figura en cuarto lugar en la lista de ministros mejor valorados en el barómetro del CIS, por detrás de la vicepresidenta económica Nadia Calviño, la única que aprueba con una nota media de 5, y de los ministros Salvador Illa y Margarita Robles, ambos con 4,7.
Yolanda Díaz saca una nota media de 4,7 puntos en el conjunto de la encuesta frente al 3,4 de Iglesias.
Relevancia mediática
La explicación hay que buscarla, en parte, en que su cartera de Gobierno le ha dado especial visibilidad durante la pandemia y mediáticamente ha conseguido mayor relevancia que ningún otro miembro de la formación morada en el Gobierno central, aún a pesar de que era bastante desconocida cuando llego al Consejo de Ministros que otras caras más visibles de la formación como Alberto Garzón o Irene Montero.
A favor de Díaz están jugando varios factores: uno es su fama de trabajadora, su empeño en llegar a acuerdos, sus pocas ganas de crispar y una naturalidad en sus exposiciones públicas que algunos, los más críticos, han tachado de desconocimiento. Hay que recordar la rueda de prensa en la que fue incapaz de enumerar los trabajadores que habían entrado en ERTE, al principio de la pandemia.
Yolanda Díaz se dio de baja en IU antes de que hubiera acuerdo para formar el Gobierno de coalición. El motivo fueron “discrepancias” con la cúpula que nunca han trascendido
Pero situaciones puntuales a parte, lo que si asegura la titular de Trabajo es que los ERTE “han venido para quedarse” sobre todo si tenemos en cuenta que el empleo es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el Gobierno de Pedro Sánchez. A favor de Díaz está también su carácter, dicen los que la conocen bien y también los que trabajan cada día con ella en el ministerio. No es estridente, no sube la voz y no entra en los ataques personales. “Es categórica, pero no falta al respeto”, dicen en el Ministerio y aseguran que tiene una buena relación con algunos ministros socialistas entre los que se encuentra José Luis Ábalos o la titular de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero. Sólo con Nadia Calviño parece haber alguna disonancia últimamente y también con el ministro Escrivá, ministro que se llevó el 50% de su cartera.
ERTE, la gran apuesta
Le hace sumar puntos además que, y a pesar de que la situación es delicada y el empleo, según el Fondo Monetario Internacional, será una de las cosas que más costará recuperar tras la pandemia. En su haber, seis acuerdos en el marco del diálogo social y los ERTE como gran apuesta de su cartera.
Del incremento del Salario Mínimo Interprofesional a 950 euros a la regulación del teletrabajo, todo lo ha conseguido buscando consensos amplios y rápidos entre sindicatos y patronal. Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, respeta su seriedad y su forma de trabajar y, su buena sintonía, cuentan personas próximas a la confederación de los empresarios.
Yolanda Díaz se dio de baja en IU antes de que hubiera acuerdo de Gobierno. El motivo fueron las “discrepancias” con la cúpula que nunca han trascendido. En las últimas meses se ha hablado de que la ministra podría aspirar a liderar Podemos tras la era Pablo Iglesias. A lo que ella misma contesta: “ni milito, ni voy a liderar Podemos”.
Pablo Iglesias, fiel a sí mismo, no se ha hecho querer demasiado
Pablo Iglesias es fiel a sí mismo y sus actos así lo demuestran. Su ausencia en el viaje a Marruecos, que se iba a producir el próximo día 17, se justifica por parte de Moncloa a las restricciones por el Covid adoptadas por el país alauita. La delegación española iba a ser menos numerosa que en reuniones de alto nivel precedentes. Pero a nadie se le escapa que Iglesias ha mantenido una posición controvertida sobre la situación del Sahara y que se ha significado públicamente por su apoyo a la autodeterminación. Recientemente recordó en redes sociales que sigue pendiente el referéndum de autodeterminación en ese territorio.
Su coalición, Unidas Podemos, pidió en noviembre al Ejecutivo trabajar en Naciones Unidas para el cumplimiento de “la resolución 690 del Consejo de Seguridad de 1991 que mandata la organización de un referendo con el establecimiento de un calendario y un censo justo, así como fijar las garantías para su cumplimiento”.
Iglesias ha mantenido una posición controvertida sobre la situación del Sáhara y se ha significado públicamente por su apoyo a la autodeterminación
Tampoco ha jugado a su favor la foto de la enmienda a sus propios Presupuestos en la que Pablo Iglesias posó con ERC y Bildu para paralizar los desahucios de personas sin alternativa habitacional y frenar los cortes de suministros de electricidad, agua y gas hasta el 31 de diciembre de 2022. Una bandera ideológica de Podemos que levantó ampollas en algunos miembros del Ejecutivo.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, criticaba la enmienda al “no ver preciso plantear un conflicto» sobre ese asunto cuando las dos fuerzas de la coalición están «de acuerdo en proteger a las personas vulnerables” y la paralización está fijada hasta el 31 de enero. “¿Qué quiere que le diga? Hay acciones que lo que buscan es visibilidad”, decía Calviño.
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, señaló que no se esperaba la reacción de Iglesias aunque que tampoco le sorprendía.
Pero, la semana antes de presentarse los Presupuestos, Iglesias recibió en el ministerio a los sindicatos de inquilinos y se multiplicaron las declaraciones hablando de la importancia de poner control a los precios del alquiler. La parte socialista del Gobierno hizo oídos sordos y Unidas Podemos amagó con torpedear los PGE. La cosa no se resolvió hasta casi la medianoche de antes de la presentación de las cuentas públicas. Iglesias había conseguido que el PSOE se plegara a aceptará incluir sus demandas en la nueva ley sobre vivienda que prepara Ábalos. “Es normal que esas tensiones se produzcan, y yo diría que además es positivo. Somos dos partidos diferentes, los tiras y aflojas son la garantía de que se cumple el acuerdo de legislatura”, ha declarado recientemente el vicepresidente segundo.