El Consejo de Ministros aprobaba el pasado viernes la declaración de estado de alarma en la Comunidad de Madrid con las mismas medidas que había vigentes. El cierre de la capital y de otros municipios madrileños de más de 100.000 habitantes donde la incidencia de contagios es superior a 500. La aprobación de esta figura excepcional se ha producido pese a que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha mantenido una conversación con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para intentar pactar una orden conjunta.
Fuentes de Moncloa han confirmado que han hablado unos minutos y aunque la Comunidad de Madrid ha pedido más tiempo, Sánchez le ha trasladado «que hay que proteger la salud publica ya» con el estado de alarma. Han acordado que en los próximos 15 días los equipos seguirán hablando de los escenarios.
La guerra pues está servida. “Es una malísima noticia que el Gobierno declare el estado de alarma. Eso no es lo que piden los madrileños ni lo que exige la situación sanitaria de Madrid”, ha sentenciado el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que además es portavoz del PP.
Lo cierto es que la Comunidad de Madrid ha seguido demandando tiempo e instando a negociar, pero el Gobierno insiste en que solo había una opción para evitar el estado de alarma, y es que el Ejecutivo regional dictase una orden de amparo en virtud de la cual sí se pueden dictaminar limitaciones de movimiento.
Fuentes del Gobierno ya explicaban el viernes que el presidente Sánchez le dio a la presidenta tres escenarios. El primero era el único que evitaba el estado de alarma utilizando esa orden al amparo de la ley Orgánica. Las otras dos ya implicaban el estado de alarma, o porque la Comunidad de Madrid lo solicitase o porque lo aplicase directamente el Ejecutivo.