El Banco de España ha actualizado sus proyecciones macroeconómicas para 2023, 2024 y 2025, en las que estima un crecimiento de la economía española mayor de la prevista en las proyecciones de diciembre y una inflación general inferior, aunque estos datos se ven empañados por un aumento mayor de los precios de los alimentos y de la inflación subyacente.
En concreto, el supervisor del sistema bancario español anticipa un crecimiento del PIB en 2023 del 1,6%, tres décimas más que en la previsión de diciembre, y una inflación general del 3,7%, 1,2 puntos menos. Sin embargo, la subida del precio de los alimentos no ha parado y se alzará en 2023 hasta el 12,2%, 4,4 puntos más que lo esperado en diciembre. Esto, sumado al endurecimiento de las condiciones financieras, lastrará más el poder adquisitivo de las familias, mermado ya en los últimos meses con la reducción del ahorro acumulado durante la pandemia.
Los precios de los alimentos empezarán a bajar en 2024, año para el que el Banco de España espera una inflación del 4,6% en estos productos, aunque está por ver si hay “simetría” en los descensos
Según ha explicado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, el comportamiento a la baja de la inflación general se explica por el descenso de los precios energéticos, mientras que los precios de los alimentos y el componente subyacente tiran al alza, estimando esta última en un 3,9% en 2023, por encima de la inflación general y una décima más del dato de 2022.
Gavilán considera que «no se observan señales de desaceleración en el precio de los alimentos» y que las empresas aún tienen incrementos de costes de producción y energéticos por repercutir en los precios, ya que estos tardan entre uno y dos años en terminar de trasladarse en la cadena de valor. Debido a esto, las subidas de los precios de los alimentos se producirán en 2023 a pesar de la bajada o eliminación del IVA de ciertos productos básicos desde el uno de enero.
Bajadas en 2024
Los precios de los alimentos empezarán a bajar en 2024, año para el que el Banco de España espera una inflación del 4,6% en estos productos, aunque está por ver si hay «simetría» en los descensos, es decir, si son igual de intensos y de rápidos que los aumentos. Según Gavilán, las previsiones del Banco de España cuentan con que haya simetría en la inflación general, pero, en el caso de los alimentos, «algunos trabajos recientes apuntan a que suele ser asimétrica», siendo más intenso el aumento que el descenso.
Respecto a la efectividad e idoneidad de la bajada del IVA, el organismo señala en su análisis que las empresas han trasladado la bajada impositiva al precio «en un 90%», ya que los alimentos afectados tuvieron «un ajuste del -3,5% en enero», resultado de sumar una bajada real del 2,5% y el incremento del 1% que experimentaron el resto de alimentos. No obstante, como en febrero volvieron a subir los precios de los alimentos, un 16,6% interanual, este nuevo repunte se comió totalmente el efecto de la medida, haciendo que los productos rebajados subieran también.
Según ha resaltado Gavilán, desde la institución consideran que las bajadas generalizadas del IVA «distorsionan las señales de precios» y preferirían que fueran sustituidas por «transferencias directas de renta a los hogares, que no distorsionan los precios y permiten ahorro de costes».
Por otra parte, el Banco de España percibe que la economía española avanza «con un vigor mayor del esperado», tanto en el conjunto de 2022 como al inicio de 2023, a pesar de la desaceleración en el último semestre del año pasado. Esto lleva a la institución a revisar al alza su previsión para 2023, hasta el 1,6%, como consecuencia de un «efecto arrastre positivo» por el mayor crecimiento de 2022, del 5,5% según la cifra provisional del INE y tras las revisiones de los datos de trimestres anteriores del centro estadístico.