La Comisión Europea ha constatado los efectos de la segunda ola de la pandemia de coronavirus Covid-19 en la economía española, con «una desaceleración sin precedentes» que llevará a una caída del PIB del -12,4% durante 2020, la mayor de todos los países de la Unión Europea con mucha diferencia. A partir de aquí, eso sí, Bruselas constata un rebote del 5,4% en 2021, en línea con el resto de los socios, y del 4,8% en 2022, en esta ocasión muy por encima de las demás capitales, solo por debajo de Malta.
Con todo, según recoge el forecast de otoño hecho público lasemana pasada, el Ejecutivo comunitario empeora las previsiones presentadas en su último análisis, a comienzos de verano. Entonces, Bruselas hablaba de un retroceso del 10,9% en 2020 en España, para repuntar un 7,1% en 2021. En las previsiones anteriores, en primavera, la caída inicial sería del 9,4%, para rebotar un 7% un ejercicio después.
El ministro de Inclusión, Seguridad Jose Luis Escrivá, ha explicado que las previsiones de Bruselas no han recogido los datos últimos de la EPA, del PIB, del empleo «y se han quedado desfasadas
Hay que tener en cuenta, no obstante, que los pronósticos de la Comisión, realizados con la información disponible hasta el pasado 22 de octubre, no tienen en cuenta los últimos datos del PIB, que repuntó más de un 16,5% en el tercer trimestre, o los de la EPA, que arrojó 569.600 nuevos ocupados, récord en la serie histórica. Como siempre, el Ejecutivo fía sus vaticinios a la evolución futura de la pandemia y de las medidas de choque puestas en marcha por los socios.
El comisario de Economía de la Comisión, Paolo Gentiloni, ha intentado por su parte dar algo de contexto al desplome español durante la presentación de las previsiones. Los datos «reflejan el efecto de la segunda ola, que golpeó a España antes que al resto de los Estados miembros». En el cómputo global europeo, ha añadido el italiano, está previsto que el crecimiento «se detenga durante el cuarto trimestre» para «recuperarse desde el primer trimestre de 2021».
Volviendo a España, en el apartado del mercado del trabajo, la Comisión alerta en su informe sobre las consecuencias a medio y largo plazo de la «eliminación gradual» de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), un mecanismo aplaudido desde el comienzo de la crisis sanitaria por el organismo que preside Ursula von der Leyen. De esta forma, y lejos de mejorar, la tasa de desempleo (que según las previsiones cerrará 2020 en el 16,7%) se disparará el año que viene hasta el 17,9%, para recuperarse mínimamente un ejercicio después, hasta el 17,3%.
Con estos números, la tasa de desempleo española volverá a situarse en porcentajes extremos como la más alta de la UE, por delante incluso de socios como Grecia, con un mercado de trabajo endémicamente castigado. El paro en Grecia llegará en 2021 al 17,5% y al 16,7% un ejercicio después. Italia, otro de los países más castigados, superará en ambos ejercicios el 11%.
Previsiones desfasadas
A su vez, y a pesar los esfuerzos de España por convencer a la Comisión de que hará los deberes, Bruselas prevé que el déficit público ascienda al 12,2% del PIB este año para irse reduciendo hasta el 9,6% y el 8,6% en los siguientes ejercicios. La deuda, por su parte, superará el 120% del PIB en 2020, para crecer hasta el 122% el año que viene y rozar el 124% en 2022. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Jose Luis Escrivá, ha explicado que las previsiones de Bruselas no han recogido los datos últimos de la EPA, del PIB, del empleo «que nos han sorprendido a todos positivamente y por eso se han quedado desfasadas». Las previsiones, ha subrayado, cuando la información es tan cambiante «quedan desfasadas con facilidad».
En el mismo sentido, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado en declaraciones a los medios antes de reunirse con la CEOE que estas previsiones no tienen en cuenta estos datos macro ni tampoco la aportación de los fondos europeos.
Las previsiones del Ejecutivo apuntan a una contracción económica para 2020 del 11,2 % y un crecimiento esperado para 2021 del 7,2 % en un escenario inercial, con la expectativa de que llegue hasta el 9,8 % en un escenario de ejecución plena de los fondos europeos.
Por ello, ha dicho Montero, la previsión de Bruselas hay que compararla con el crecimiento del 7,2 % previsto por el Gobierno para 2021.
«Si descontaminamos esa cifra, verán que se acerca más», ha dicho Montero, quien ha señalado que la previsión de la UE no tiene en cuenta el repunte del PIB en el tercer trimestre.