Destacado / N. L.
Por fin, Braulio Medel Cámara, nacido en Marchena (Sevilla), de la que es hijo predilecto, de 74 años que serán 75 el próximo agosto, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Málaga, se va. Superada la capacidad de resistencia, numantina, a quien sus adversarios acusan de haber gestionado Unicaja durante 25 años como si fuera su cortijo, se va marchando poco a poco de la Fundación Unicaja, primer accionista de Unicaja Banco que posee el 30,2% de su capital.
Se va unos meses antes de que en el próximo otoño finalice su mandato, quizás en mayo, “en un corto periodo de tiempo que permita, con la mente puesta únicamente en el interés de la Fundación Bancaria, una transición ordenada”, según explica en su carta de dimisión emitida el Jueves Santo, Día del Amor Fraterno.

Reitera el dimisionario su apoyo al informe de gobernanza de la entidad por razones de transparencia y de colaboración con la institución que ejerce el Protectorado sobre la Fundación Bancaria, que depende de la vicepresidenta Nadia Calviño que ha expresado sus dudas sobre la gestión de Medel.
Denuncia «la existencia de un sinfín de presiones externas y de persistentes campañas mediáticas hostiles, prolongadas en el tiempo, en torno a la Fundación Bancaria», y añade a sus motivos “la imperativa atención a otros deberes de índole personal y familiar”.
Lamenta que las presiones sufridas “han colocado a la mayoría de los patronos en una situación personal incómoda, muchas veces difícil y profundamente injustificada” como consecuencia “de ser independientes y coherentes con un proyecto cuyos fundamentos, de los que son depositarios, coinciden con los que están detrás de la trayectoria de Unicaja y que permitieron convertirla, en su doble proyección financiera y social, en el único banco andaluz, en el quinto banco español y en la primera fundación social andaluza de naturaleza privada”.
Asegura que no tiene la menor duda de la recta gobernanza de la Fundación Bancaria y agradece a quienes «coadyuvaron a la cristalización, crecimiento y consolidación de Unicaja, así como al importante papel jugado por la misma en el desarrollo y fortalecimiento del sistema financiero español».
Presiones irresistibles
Se va empujado por tirios y troyanos; por la derecha y por la izquierda; por los tres niveles de la Administración Pública, municipal, autonómica y del gobierno de la nación; por la Fiscalía, donde está investigado en diligencias previas como supuesto responsable de los delitos de estafa, apropiación indebida, administración fraudulenta o desleal, delito contra la Hacienda Pública así como el cobro irregular de dietas cuando era presidente de Unicaja.

Le empuja el PSOE, que le había apoyado cuando Medel presidía Unicaja, y que es ahora más beligerante en su contra que el Partido Popular. El secretario general de los socialistas en Málaga, Daniel Pérez, le exigió que se apartara de la Fundación hasta que se evaluara su idoneidad, y que mientras tanto la presidencia de la Fundación recayera en otro patrono. Y el secretario general del PSOE en Andalucía, Juan Espadas, insistió en que se inhibiera de sus funciones ejecutivas durante el proceso de evaluación, lo que ponía en un compromiso a los patronos vinculados al PSOE como Carmen Espín y Pedro Vílchez.
La oposición de la derecha ha sido más institucional, más en razón de los cargos que desempeña que en clave partidaria. El presidente de la comunidad andaluza, Juanma Moreno, se preguntaba retóricamente : «¿A qué espera Calviño para hacer algo con Medel?, y su mano derecha, el consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior, y portavoz del gobierno, Elías Bendodo, meditaba en público que “estar tanto tiempo en el mismo sitio hace reflexionar a una llamada a la generosidad y al sentido común. Dar un paso al lado, a veces, es una muy buena opción”, al tiempo de expresaba su deseo de que se puedan tomar decisiones “cuando pase este ruido”.
Y el muy popular alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, sede de Unicaja Banco, quien explicó: “He estado y sigo en contacto” con Calviño vía WhatsApp para trasmitirle la “preocupación” que la gestión de la entidad genera en las instituciones. Una vez que Medel anunció su huida, el alcalde, quizás porque no se fiara del todo de que se fuera de verdad, había exigido: “Que se vaya cuando antes”.

Y el muy popular alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, sede de Unicaja Banco, una vez que Medel anunció su huida, quizás porque no se fiara del todo de que se fuera de verdad había exigido: “Que se vaya cuando antes”. / EP
Pero el hachazo definitivo se lo asestó Nadia Calviño, la vicepresidenta económica, de quien depende el Protectorado de Fundaciones Bancarias, que había enviado un escrito a la Fundación Unicaja en el que expresaba «serias dudas» de que concurriera en la figura de su presidente «la necesaria idoneidad y honorabilidad comercial y profesional para el desempeño de sus funciones». Calviño encargó un informe independiente que debía determinar si Medel seguía reuniendo los requisitos para ser patrono de la Fundación, en el que se decía: “Los problemas de gobernanza de la fundación suponen un riesgo para la propia gobernanza de Unicaja Banco”. Ya había advertido: “Me consta que el Banco de España y el Banco Central Europeo están también muy preocupados por la deriva en la gobernanza del banco”.
En principio, Medel respondió con irónica arrogancia: «Son declaraciones que están ahí», mientras en público aseguraba que no pensaba irse, que nadie puede echarle y en privado proclamaba que de ahí no le echaba ni dios. Al final ha tenido que capitular.

Una coalición invencible
Era una coalición heterogénea y poderosa, la “Contra”, integrada por los tres niveles de las Administraciones Públicas apoyada por querellas y manifestaciones en la calle organizadas por la plataforma “Salvemos Unicaja” presidida por Pedro Moreno Brenes, profesor de Derecho, jurista del Tribunal Supremo y exconcejal del Ayuntamiento de Málaga por Izquierda Unida quien pidió que retomaran las causas judiciales contra el presidente de la Fundación Unicaja.
Últimamente se habían disimulado un tanto las tensiones entre el presidente Azuaga, revalidado en la última junta de accionistas, que había sido el protegido de Medel y el CEO, el asturiano Manuel Menéndez, en las que aquél actuaba apoyando a éste, al tiempo que el exlíder carismático de Unicaja y protagonista del proceso de fusión, primero entre las cajas andaluzas y después de las que procedían de Liberbank, se convertía en el objetivo a abatir. Pero Medel, que como presidente de la Fundación es el primer accionista de la entidad, se resistió con todas las armas a su alcance.