Destacado / N. L.
En lo que va de año, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que preside Rodrigo Buenaventura ha advertido de 96 entidades no autorizadas. Pero, a pesar de ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) constata que muchas siguen operando libremente, con el consiguiente riesgo para los pequeños inversores.
El informe de la OCU, que agrupa a 200.000 socios activos, ha sido elaborado por un equipo de ingenieros, economistas, abogados, estadísticos, editores y diseñadores que, en colaboración con laboratorios independientes, analizan desde 1975 los principales productos y servicios de consumo.
Señala que la inestabilidad financiera, marcada por la inflación y la guerra de Ucrania, está facilitando la proliferación de todo tipo de chiringuitos de inversión. Estas empresas, con una amplia presencia en Internet, captan a los pequeños inversores ofreciendo altas rentabilidades para desaparecer luego con su dinero tan rápido como aparecieron.
Señales de alarma
Con el fin de evitar que los pequeños inversores caigan en la trampa, OCU advierte de las señales de alarma que suelen compartir este tipo de empresas:
—Prometen rendimientos exorbitantes, muy por encima de la media del mercado, sin mencionar el elevado riesgo que conllevan.
—Radican en paraísos fiscales (Panamá, Islas Vírgenes…) o se esconden detrás de un código postal, sin identificar claramente cuál es su domicilio.
—Y aunque algunas pueden estar registradas como sociedades en el Registro Mercantil, no lo están en la CNMV ni en el Banco de España.
Dado que muchos de estos chiringuitos financieros están radicados en terceros países, OCU considera vital el papel de la Interpol, de modo que se pueda actuar lo antes posible y evitar males mayores. A nivel nacional, la organización pide a la CNMV el desarrollo de campañas informativas y de educación financiera que ayuden a prevenir este tipo de prácticas.
Alerta de nuevas estrategias informáticas
Se sabe que las crisis, y la que vivimos es la madre de todas las crisis, son una oportunidad para los negocios. Es posible que así sea, pero lo que se está viendo es que es una oportunidad para los carteristas financieros, para los chiringuitos desaprensivos, para las entidades que prestan servicios de inversión sin autorización.
En los últimos meses se están recibiendo en la CNMV testimonios de inversores españoles sobre el uso de nuevas herramientas informáticas por parte de los conocidos como chiringuitos financieros —entidades que prestan servicios de inversión sin autorización, no inscritas en los registros de este organismo—, que les ha provocado importantes pérdidas en el patrimonio invertido, como resultado de las operaciones realizadas o por lo infructuoso de sus intentos por recuperar el saldo de sus cuentas de valores.
Los testimonios recibidos se centran en el recurso a dos herramientas que las condiciones derivadas de las medidas adoptadas con motivo del Covid-19 han popularizado: el software de acceso remoto (como AnyDesk, LogMeIn, TeamViewer, etc.) y las redes privadas virtuales.
Software de acceso remoto para apropiarse de datos
Este tipo de herramientas les permite conectarse de forma remota a los diferentes dispositivos de los usuarios (ordenadores, teléfonos móviles, etc.) para, entre otros servicios, poder acceder los propios usuarios a sus dispositivos a distancia, desde otro terminal, o para gestionar, por parte de terceros, problemas informáticos detectados.
Se ha detectado que los chiringuitos financieros están recurriendo a estas herramientas para conectarse al dispositivo de un inversor y apropiarse de datos (como códigos de acceso o contraseñas) que les permiten, posteriormente, operar sobre las cuentas de valores del inversor, sin contar con la autorización expresa de éste.

Los testimonios recibidos se centran en el recurso a dos herramientas que las condiciones derivadas de las medidas adoptadas con motivo del Covid-19 han popularizado: el software de acceso remoto (como AnyDesk, LogMeIn, TeamViewer, etc.) y las redes privadas virtuales. / EUROPA PRESS
En ocasiones, es el propio chiringuito financiero el que invita al inversor a instalar previamente una aplicación de acceso remoto específica, pero a veces puede utilizar alguna de las disponibles en el ordenador del propio inversor.
Una vez que el chiringuito financiero está conectado de forma remota al dispositivo del inversor, le solicita a éste que inicie una sesión en la página web a través de la que presta indebidamente sus servicios de inversión, captando los códigos de acceso necesarios para operar posteriormente en la cuenta de valores del inversor. Otras veces, de forma más directa, le solicita al inversor que aporte sus claves de acceso a las cuentas de valores.
El uso indebido de este software de acceso remoto, además de las consecuencias que pueden derivarse para los inversores —comunes al resto de herramientas que utilizan los chiringuitos financieros—, dificulta las investigaciones que se pudieran realizar, en sede policial o judicial, en relación con la identificación del ordenante de las operaciones realizadas
Lo anterior vienen a ser nuevas modalidades de una práctica que, pese a su sencillez e ingenuidad, sigue provocando víctimas en el entorno de los chiringuitos financieros, como es la de facilitar a terceros las claves de acceso a las cuentas bancarios o de valores, sobre cuyos riesgos es necesario insistir.
Últimas actuaciones de la CNMV
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha advertido el pasado 7 de febrero sobre 22 entidades que están prestando servicios de inversión sin contar con autorización para llevar a cabo esta actividad.
Se trata de las firmas Aurora-first.com, Btoken Bank, Funds Partnership, Inure Consulting LTD, Primetrade247 Ltd, Cryptorocket Limited, Bitqs, Beradora Ltd, Ascendex Technology, Cryptobot.world, Crypto Smart Capital, Moneyx.club, Legitfx-cryptotrade.com, Hitech Digital Business Ltd, Margex Trading Solutions Ltd, Giracoin, Fxdigitalmarket.online, Assurance Ltd, Gate.io, Ciizurn y Abeja Maestra, esta última vinculada a Diogo José Castro Faria.
Unos defraudadores emplean el nombre de la CNMV para engañar a inversores, según ha avisado el propio supervisor del mercado en un comunicado de prensa emitido el pasado 14 de febrero. «La CNMV –señala– ha detectado nuevamente intentos de fraude a inversores utilizando la identidad del organismo a través de llamadas telefónicas. El engaño consiste en una llamada desde un inexistente “Departamento Antifraude de la CNMV” que solicita una serie de datos e información personal para vender bitcóines de una entidad que ha sido falsamente condenada por los tribunales de Justicia”.
En su comunicado, la CNMV asegura que es un organismo supervisor que en ningún caso ofrece inversiones y nunca pide a los inversores ningún tipo de información o dato personal a través del teléfono. “En cuanto ha tenido conocimiento de los hechos –aclara–, la CNMV ha llevado a cabo diversas actuaciones, entre ellas alertar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
El supervisor anunciaba que «emprenderá las acciones legales a su alcance para impedir y limitar estas prácticas», y, en todo caso, aconseja verificar la procedencia de cualquier comunicación recibida en su nombre.
La CNMV recomienda
—Recordar que la CNMV nunca le invitaría a realizar una inversión ni le cobraría por ello. Desconfiar de cualquier comunicación que incluya la petición de información confidencial, económica o personal o incluya cualquier enlace de apariencia sospechosa.
—Verificar que los correos electrónicos de la CNMV proceden del dominio …@cnmv.es y asegurarse del origen de la fuente, para descartar la existencia de enlaces extraños y ajenos a www.cnmv.es
—Desconfiar de contratos o documentos no oficiales que incluyan el logo de la CNMV. Ante cualquier sospecha o duda, contactar con el Departamento de inversores a través del siguiente formulario de consulta.
—La CNMV agradece la colaboración ciudadana para informar de este tipo de fraudes.
—Por ello, considera útil que quien tenga conocimiento de un caso de este tipo lo remita a la CNMV para que sea posible el análisis correspondiente.