Destacado / N. L.
En agosto, el mes mas relajado para millones de españoles en unas vacaciones especialmente necesarias tras tantos descalabros no se han relajado casi ninguna de las grandes desgracias; con una guerra sin aparentes perspectivas de concluir y una inflación tremenda espoleada por la guerra y por los fallos del mercado eléctrico que, esto sí, está a punto de revisarse a nivel europeo con un anticipo en España que parece confirmar que no hay mal que por bien no venga.
Decimos “casi” pues hay que celebrar el especial crecimiento del turismo, de los visitantes extranjeros y de manera especialmente notable de los españoles.

Nos complacemos destacar también en nuestro primer “Destacado” tras el inicio de curso una buena nueva en el terreno social con evidentes repercusiones económicas: la mejora de la emancipación juvenil en el segundo trimestre del año hecha pública el 11 de agosto por el Consejo de la Juventud de España en su “Observatorio de Emancipación” que rompe una tendencia negativa que venía arrastrando caídas importantes durante los últimos 15 años.
El estudio realizado por el sociólogo Joffre López destaca tres grandes bloques: Vivienda, Brecha de género y Empleo y formación.
El inaccesible precio medio del alquiler: 848€ mensuales
La tasa de emancipación en el segundo semestre de 2021 sube 0,7 puntos porcentuales respecto al semestre anterior hasta situarse en el 15,6%.
Una persona joven debía dedicar 3,8 veces su sueldo neto íntegro para poder sufragar la entrada de una hipoteca de la vivienda media en España (170.000€) cuando una persona joven con condiciones laborales estables sólo podía permitirse hasta 100.000 € sin sobreendeudarse
Parece que la única salida de la juventud era el alquiler. Sin embargo, la creciente subida de los precios puso a la juventud en serios apuros: el precio medio del alquiler en España ascendía a 848 € mensuales, mientras que una persona joven sólo podía destinar 320€ al mes para el alquiler sin sobreendeudarse.

Brecha de género, un “suelo pegajoso”
La parcialidad afectaba a casi el doble de mujeres que de hombres jóvenes (33,7% frente al 17,8%, respectivamente). Además, era una parcialidad en su mayoría involuntaria, lo que demuestra que seguimos teniendo ese «suelo pegajoso» que impide que estemos en igualdad de condiciones que nuestros compañeros varones. La subocupación también hace situarnos a la cola de las menos afortunadas.
La brecha de género en cuanto a emancipación se redujo entre mujeres y hombres: las jóvenes se emancipaban más, a pesar de que seguían sin poder hacerlo en solitario. Sólo el 13,8% de las mujeres estaban emancipadas en solitario, frente al 26,9% de los hombres jóvenes, casi la mitad.
Empleo y formación: de los ‘ninis’ a los ‘sisis’
Las personas jóvenes que trabajaban y estudiaban simultáneamente aumentó hasta el 32%, frente al 2% que ni estudiaban ni trabajaban. Además, el 42% de las personas jóvenes estaban sobrecualificadas, es decir, ocupaban puestos desarrollando funciones inferiores a su formación.

La formación volvió a ser en 2021 garantía de una mejor situación en el mercado laboral: la tasa de paro entre jóvenes con estudios superiores era del 15,9%, mientras que alcanzaba el 38,6% en las personas con estudios primarios. Lo anterior pone de manifiesto la dualidad del mercado laboral, con alta tasa de sobrecualificación en la población con estudios y altas tasas de desempleo en las personas con menos cualificación.
En palabras de Elena Ruiz Cebrián, presidenta del Consejo de la Juventud de España, “ha llegado el momento de priorizar a la juventud en la agenda pública. La juventud será la que marque el futuro de España y por eso ha llegado la hora de alcanzar una gran alianza”. “No podemos seguir esperando respuestas políticas bajo la falsa premisa de que nuestros problemas se resolverán en el futuro, cuando no seamos jóvenes. O que dejemos de serlo porque se solucionaron nuestros problemas”