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Un 72,1% de los españoles admite haber creído alguna vez un mensaje que resultó ser falso, porcentaje que sube al 73% en la franja de 18 a 34 años. Un 95,8% de los españoles considera que la desinformación es un problema en la sociedad actual, y para un 91% es un peligro para la democracia y la estabilidad de un país. En este contexto, un 80,9% coincide en que los medios de comunicación son la mejor garantía frente a su propagación. Son datos extraídos del I Estudio sobre la desinformación en España, desarrollado por la Unión de Televisiones Comerciales de España (UTECA) y la Universidad de Navarra.
El estudio incluye una encuesta, realizada por Barlovento Comunicación, que ha sido respondida por 1.224 personas mayores de 18 años.

Los encuestados han respondido a preguntas sobre la percepción general y el papel de los diferentes canales de comunicación en la extensión o freno de la desinformación, así como por los comportamientos individuales y de terceros frente a este fenómeno.
Evitar el reenvío de mensajes anónimos
Como regla general, la medida más citada para combatir la difusión de contenidos falsos es evitar el reenvío de mensajes anónimos (51%), seguida de informarse en televisión, prensa y radio (42,7%), así como realizar campañas educativas (38,5%).
Al preguntar directamente qué hace cada uno, de forma individual, para no caer en la trampa del engaño y su difusión, un 53,4% afirma que no reenvía mensajes anónimos y un 43,4% indica que se informa por la televisión, prensa y radio. Un 20,1% señala que consulta medios especializados en la verificación de noticias, mientras que un 6% admite que no toma medidas.
Los medios de comunicación, aliados
Los medios de comunicación se perfilan, así, como aliados para frenar la propagación de la desinformación. Un 79,6% de encuestados asegura que, antes de compartir un mensaje, contrasta su veracidad en televisión, prensa y radio por un 20,4% que admite no hacerlo.
Fruto de la creciente desconfianza, los encuestados estiman que un 42,1% del contenido que reciben es falso. Además, un 83,3% manifiesta que el volumen de desinformación ha aumentado durante la pandemia y la guerra de Ucrania. Una percepción que abunda en el reconocimiento al papel clave que otorgan a las organizaciones periodísticas para atajar su proliferación.
La televisión en abierto (58,7%), la prensa digital y de papel (50,2%) y la radio (48,1%) son elegidos como los canales por los que se recibe una información más veraz, de mayor confianza y más contrastada. Muy lejos quedan las redes sociales, señaladas por un 8,8%, las plataformas de compartición de vídeo (5,9%) y, en último lugar, los servicios de mensajería instantánea, que caen hasta el 2,6%.
En opinión de Eduardo Olano, presidente de UTECA, del estudio se deduce el carácter esencial que los españoles otorgan a los medios de comunicación –televisión, radio y prensa digital e impresa– en su condición de garantes de una información veraz, contrastada y de confianza.
En la dicotomía entre redes sociales y organizaciones periodísticas estructuradas y profesionales, la elección no deja lugar para la duda. Un 84,6% de los encuestados prefiere los medios de comunicación para informarse por sus equipos profesionales de periodistas que cada día verifican, contrastan y analizan las informaciones.
Esa preferencia alcanza, asimismo, al segmento más joven (de 18 a 34 años) que, pese a ser un gran consumidor de redes sociales, se decanta mayoritariamente (75,9%) por esos mismos medios de comunicación para informarse.
Destaca UTECA que la confianza depositada en la televisión en abierto supone un estímulo y una responsabilidad para seguir ofreciendo unos contenidos informativos de calidad, veraces y contrastados. “Nuevamente –asegura–, afirmamos nuestro compromiso para brindar la mejor información, como herramienta fundamental para enfrentarse con criterio propio a la plaga de la desinformación”.
Escasa credibilidad de las redes sociales
Por otra parte, como viene ocurriendo en los sucesivos barómetros de UTECA, queda de nuevo de manifiesto la escasa credibilidad y confianza que generan los mensajes compartidos en las redes sociales, las plataformas de compartición de vídeo y los servicios de mensajería. Estamos convencidos de que aún hay camino por recorrer para poner coto en esos canales a la difusión indiscriminada de mensajes engañosos que viajan veloces y sin filtros.