Destacado / N. L.
Ignacio Garralda Ruiz de Velasco ha dado a la Mutua en la última década un crecimiento espectacular y un giro copernicano, gracias al rediseño estratégico de la compañía y al fuerte proceso de diversificación y de digitalización. Un verdadero cambio de naturaleza de forma que, como diría Alfonso Guerra, no la conoce ni la madre que la parió.
Hoy, el Grupo Mutua cuenta con más de 13,5 millones de asegurados y unos ingresos por primas superiores a los 5.500 millones de euros, lo que le permitió cerrar 2020, por tercer año consecutivo, como líder en seguros generales en España. Hace trece, cuando asumió la presidencia, la compañía ocupaba la séptima posición de este ranking.

Sería ésta, la de convertirla en sociedad anónima, una decisión fundamental que terminaría de modificar sustancialmente la naturaleza de la entidad. Es una posibilidad contemplada en los estatutos en su artículo 75.
La “Mutua Madrileña Automovilista, Sociedad de Seguros a Prima Fija”, que es la denominación que aparece en los estatutos de la compañía, ya no es básicamente madrileña, ni automovilística y quién sabe lo que durará como mutua.
Sería ésta, la de convertirla en sociedad anónima, una decisión fundamental que terminaría de modificar sustancialmente la naturaleza de la entidad. Es una posibilidad contemplada en los estatutos en su artículo 75, como puede verse en el recuadro adjunto.
Si tal posibilidad se hiciera real, la Fundación Mutua Madrileña dispondría del cuarenta por ciento de la nueva sociedad anónima tal como ocurre con la Fundación Bancaria de Caixabank, que proporciona el mando supremo al presidente de la misma, Isidro Fainé, aunque los que gobiernen la nueva Caixabank, aliada de la Mutua Madrileña, sean Gonzalo Gortázar y José Ignacio Goirigolzarri.
La compañía ha suprimido la regla especial de la mayoría simple: a partir de ahora, no hará falta el 51% de los votos para aprobar, por ejemplo, una fusión.
De Madrid a Chile y a Colombia, del auto a la salud
La Mutua Madrileña ya no es madrileña: en 2010 el 77% de sus ingresos se cosechaban en Madrid y el 23 en el resto de España; hoy se ha invertido la ecuación y sólo se obtiene en Madrid el 32% y el 68 en el resto de España. Ni siquiera es mayormente española al penetrar fuertemente en Chile y en Colombia.
Hace cinco años inició su expansión internacional al adquirir el 40% de la chilena BCI Seguros, líder en seguros generales en el país andino, y en 2020 amplió esta participación hasta alcanzar el 60% y en 2019 anunció la adquisición del 40% de la colombiana Seguros del Estado, la segunda aseguradora de aquel país.
Tampoco es mayormente automovilística: sólo el 28,5% de los ingresos proceden del auto. Hoy el principal negocio es el seguro de salud tras firmar una alianza en banca-seguros con CaixaBank en julio de 2011 al tiempo que adquiría el 50% de SegurCaixa Adeslas, que integró en su grupo, convirtiéndose así en líder del sector asegurador en el ramo de salud.

No es que hayan caído las primas en el automóvil, sino que han crecido exponencialmente en los demás, especialmente en el ámbito de la salud; en Adeslas, alcanzando el primer puesto en el ‘ranking’ con una cuota de mercado superior al 30%. En el automóvil, donde es evidente la agresividad de sus campañas publicitarias, el acumulado en los últimos diez años ha sido de casi el 45% mientras el acumulado del sector en el mismo periodo se redujo en –3,9%.
Quedan muy lejos aquellos tiempos en que para hacerse un seguro en la Mutua había que pedir recomendación. Hoy tiene 13,5 millones de asegurados con casi 6.000 millones obtenidos en primas.
El Grupo Mutua cuenta con actividad en el ámbito de la gestión patrimonial (a través de Mutuactivos) y en el segmento inmobiliario (a través de Mutua Inmobiliaria).
Sigue siendo Mutua, y como tal se supone que no tiene ánimo de lucro. Por definición no tiene accionistas a los que dar cuenta, sino mutualistas en su condición de clientes, que se rige por el principio democrático de “un mutualista, un voto”. Por su naturaleza no tiene ánimo de lucro, pero los beneficios les salen por las orejas y la gestión de Garralda y su equipo directivo no desmerece la agresividad de los presidentes del Ibex.
Los beneficios van a obras sociales de propios y extraños: ampliando dos meses gratis la duración de los seguros, una operación que ha costado a la Mutua 161 millones de euros; subvencionando con un tercio del importe del seguro de Auto y Moto a quienes hubieran perdido su trabajo y a los autónomos que vieron cesar su actividad; ayudando a la red de pymes proveedoras con menos recursos para afrontar la crisis adelantándoles facturación y dotándolas de liquidez; contribuyendo al fondo sectorial creado para proteger al personal sanitario que lucha en primera línea contra el coronavirus en España.
Y por medio de su Fundación, que cuenta con un presupuesto anual superior a los 10,5 millones de euros, ayudó de forma directa a cerca de 100.000 personas. Financia estudios de investigación médica, proporciona ayuda económica extraordinaria a 30 ONGs, distribuyó ‘tablets’ entre residencias de la tercera edad para paliar el aislamiento de los mayores entre otras iniciativas.
Mutua Madrileña se sitúa entre las 20 empresas que mayor compromiso han demostrado en España durante la presente crisis del Covid-19. Es la cuarta empresa con mejor valoración para las ONG, según el ranking Merco sobre la responsabilidad social de las empresas durante la pandemia, confeccionado con la opinión de 275 expertos de distintos ámbitos (analistas financieros, periodistas, representantes de ONG, catedráticos del área de empresa, sindicatos, asociaciones de consumidores y ‘social media managers’), así como más de 2.000 ciudadanos, que valoraron si había cambiado su opinión a raíz de esta pandemia de cada una de las empresas que conocían.

Los beneficios obtenidos –sin ánimo pero con intensa aplicación– sirven también para la reducción del precio de las primas que, de paso, incrementan pólizas y beneficios. Esto sí es un círculo virtuoso potenciado por el hecho de un crecimiento constante de la plantilla que creció en el año de la pandemia en un 10% acercándose a los 10.000 trabajadores.
Comparaciones odiosas… para la competencia
Dicen que todas las comparaciones son odiosas y lo son… para los demás. Hoy la Mutua sale victoriosa en casi todas las comparaciones. Crece más que el sector y es líder en solvencia. Los ingresos acumulados en la década prodigiosa en el área de actividad básica en las primas de “no vida” el Grupo creció el 315% mientras que el sector sólo consiguió un 16,5%. Lidera por tercer año consecutivo el ‘ranking’ de Seguros Generales. Es el primero en No Vida y el tercero en el total de asegurados.
El ‘ranking’ de mejores aseguradoras 2021 de Rankia, basado en un análisis de las reclamaciones efectuadas en el sector asegurador, en la última encuesta de satisfacción de la OCU, el estudio del sector asegurador en cifras de ICEA y las estadísticas de penetración de los seguros en España, sitúa a la Mutua en el segundo puesto en el ‘ranking’ de valoración general. Sus seguros más valorados son los de coches y salud.
Con Mutuactivos ha irrumpido con ganas en el sector financiero; en 2020 se ha perfilado como la gestora independiente con mayor captación del sector de este segmento: más de 8.000 millones de euros.
La Mutua, sin más, como se la denomina, ha conseguido en la década un 69% de incremento en su valor patrimonial y es líder en solvencia del sector. En su plan estratégico 2921/2923 se propone: crecer en ingresos por primas No Vida por encima de la media del mercado y de forma rentable, hasta los 5.900 millones de euros; seguir liderando el sector no sólo en crecimiento, sino también en satisfacción de clientes y asegurados y crecer en activos bajo gestión por encima del sector y situarlos en el entorno de los 21.000 millones.
La privatización de la Mutua está prevista minuciosamente en sus Estatutos
Artículo 75. Transformación
1.- La Mutua podrá transformarse en una sociedad anónima de seguros, de acuerdo con el procedimiento legalmente establecido en la normativa de seguros y en la legislación societaria aplicable a las sociedades anónimas.
2.- Con carácter adicional a la normativa referida en el apartado anterior, en caso de transformación de la Sociedad serán de aplicación las siguientes reglas: (a) Las acciones de la sociedad anónima resultante de la transformación se atribuirán a los mutualistas que lo sean en el momento de acordar la transformación, así como a aquellos que lo hubiesen sido en los cinco últimos años y a la Fundación Mutua Madrileña. Se exceptúan los mutualistas que ejerciten el derecho a separarse de la Sociedad. (b) Las acciones atribuidas a los mutualistas en virtud del apartado (a) anterior representarán el sesenta por ciento del valor del patrimonio de la Mutua al momento de adoptarse el acuerdo de transformación. (c) El cuarenta por ciento restante se asignará a la Fundación Mutua Madrileña. (d) Con una antelación de dos meses respecto de la convocatoria de la junta general que se convoque al efecto, el consejo de administración elaborará un censo de mutualistas con derecho a recibir acciones de la sociedad anónima de seguros resultante, que podrá ser consultado por cada mutualista, en la parte relativa a sus datos, en la página web corporativa de Sociedad.
El consejo de administración velará por la difusión pública y efectiva entre los mutualistas de toda la información relevante sobre el proceso de transformación, lo que llevará a efecto a través de la página web corporativa y del departamento de atención al mutualista, al asegurado y al cliente. (f) El consejo de administración elaborará y aprobará un proyecto de transformación que incluirá, además de las exigencias establecidas por la normativa societaria de aplicación: (i) El valor del patrimonio de la Mutua. (ii) El valor unitario por acción de la sociedad anónima resultante. (iii) La fórmula para distribuir el porcentaje del patrimonio atribuible a los mutualistas establecido en el apartado 2 (b) anterior, que tendrá que cumplir las siguientes pautas: − la determinación del número de acciones que correspondan a cada mutualista con derecho a ello se basará en criterios fundamentalmente de antigüedad e importe de primas satisfechas por los tomadores o, en su caso, del fondo mutual satisfecho, teniendo en cuenta las singularidades propias del ramo de vida; y − el cálculo de dichos criterios se hará de acuerdo con los antecedentes informativos históricos de los mutualistas que obren en el archivo informático de la Sociedad y estará sujeto, por tanto, al límite temporal técnico del mismo, sin perjuicio de que cada mutualista con derecho a ello pueda también acreditarlos por sus propios medios en el plazo establecido para ello. (iv) Información sobre los estatutos y los órganos de gobierno de la Fundación Mutua Madrileña. (g) Aquellas acciones que hubiesen sido atribuidas a los mutualistas y respecto de las cuales éstos no hubieran realizado ningún acto societario, ejercitado ninguno de los derechos de carácter político ni percibido ninguno de los derechos económicos que dichas acciones confieren durante un plazo de cinco años desde la fecha de la celebración de la junta general que apruebe la transformación estarán sujetas al procedimiento previsto en el apartado 3 del artículo 117 de la Ley de Sociedades de Capital.
3.- Las previsiones de los dos apartados anteriores resultarán de aplicación, mutatis mutandis, a los procesos de fusión y escisión en los que la entidad resultante de la fusión o beneficiaria de la escisión sea una sociedad anónima de seguros.
Guapo, rico y listo

Así ha tildado la prensa al presidente ejecutivo y consejero delegado de la Mutua, Ignacio Garralda Ruiz de Velasco, nacido en 1951, madrileño como la Mutua. Nosotros añadimos carismático, dotado de buena nariz financiera y jurídica. También se le puede considerar ambicioso, en el mejor sentido de la palabra, pues quien no tiene ambición en el mundo de los negocios o de la política más vale que se dedique a otra cosa. Tampoco serviría de mucho la ambición sin la transpiración, sin la aplicación a lo largo de un par de décadas para llegar a alcanzar el codiciado sillón del tramo más aparente de la Castellana madrileña: las Cuatro Torres Business Area, donde la Mutua ocupa la Torre de Cristal, de 249 metros de altura, la más alta de España, que costó 288 millones de euros.
Notario en excedencia, Garralda tiene a sus espaldas una brillante carrera en el mercado de valores donde se inició como agente de Cambio y Bolsa, y donde alcanzó altos puestos: consejero de la Sociedad Rectora de la Bolsa de Madrid, y vicepresidente primero de Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Lo de rico le viene de la venta de Asesores Bursátiles, de la que era socio fundador junto a Salvador García-Atance y Pedro Guerrero, a Morgan Stanley en 1999, un dinero que empleó en parte creando la Fundación Lealtad, una entidad sin ánimo de lucro cuya misión es analizar la transparencia y las buenas prácticas de las ONG para facilitar las donaciones y apoyar su desarrollo como pilar del Tercer Sector en España.
El trío obtuvo una fortuna, una parte de unos 300 millones de euros a repartir entre todos los socios, que no puede tacharse de “pelotazo”. Fundaron en 1984 AB Asesores Bursátiles, la primera empresa independiente de bancos y cajas de ahorros que se dedicó al análisis y a la intermediación financiera en España.
Ignacio Garralda fue vicepresidente de esta compañía que, 15 años después de su fundación, contaba con 48 oficinas, 600 empleados, 40.000 clientes y unos activos gestionados superiores a los 700.000 millones de las antiguas pesetas. Quien perdió la oportunidad de forrarse fue Luis de Guindos, que había vendido sus acciones tres años antes, en 1996, para dedicarse a la política.
Un destino manifiesto
Observando su larga trayectoria profesional, da la impresión de que Garralda asumía un destino manifiesto cuyos escalones remontó con suma prudencia, sin pisar callos y eligiendo y recompensando generosamente a sus valedores, como lo fue Luis Rodríguez Durón, consejero del Santander en representación del paquete de Mutua en el banco, y que es consejero de la Mutua desde 2002, con Pomatta y con Garralda. Actualmente es vicepresidente primero de la Fundación Mutua Madrileña.
También contó con el apoyo de Jaime Montalvo, vicepresidente del Grupo Mutua desde 2010, tras la jubilación de Carlos Martínez Pérez. Montalvo, que ha cumplido los 79 años, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, fue rector de la UNED y presidente del Consejo Económico y Social.
Garralda entró en el Consejo de Administración de Mutua Madrileña en junio de 2002; de 2003 a 2008 fue patrono de la Fundación; en julio de 2005 fue designado vicepresidente segundo de la compañía, y alcanzó la presidencia tras la dimisión de Ramírez-Pomatta por enfermedad. Éste, que pilotó la compañía entre los años 2002 y 2008, fallecido en febrero de 2015, de carácter un tanto autoritario y personalista, y claramente inclinado hacia la derecha, contribuyó a la modernización de la Mutua pero terminó de mala manera por abusar de su posición autoasignándose una pensión vitalicia de 13,9 millones de euros que en 2014 fue anulada por el Tribunal Supremo.
Cuando dimitió Pomatta, se especuló con quién sería su sucesor, a lo que optaba el expresidente de Renfe, Miguel Corsini, y se manejó el nombre de Alfonso Cortina, que al parecer no se insinuó para el cargo. Se mencionó entonces también a Luis Rodríguez Durón, que apoyó firmemente a Garralda, que era el vicepresidente segundo, como lo hicieron todos los miembros del Consejo. Garralda asumió el cargo de presidente y consejero delegado en enero de 2008. Además de presidente y consejero delegado del Grupo Mutua Madrileña, Ignacio Garralda es consejero de Endesa.
Fue el artífice de la gran transformación de la compañía
La gran transformación se inició en 2008 con la llegada del actual presidente y la consecución de los objetivos que se fueron fijando en los sucesivos planes estratégicos: diversificación geográfica y por productos, entrada en el mercado de los seguros de salud con la compra del 50% de Adeslas, expansión internacional con la compra de BCI Seguros (primera compañía de seguros generales de Chile) y Seguros del Estado (segunda compañía de seguros generales de Colombia), digitalización (el 44% de la nueva producción de seguros de auto aparece en el canal digital y la ‘app’ de Mutua es la más utilizada por sus clientes del sector asegurador …).
Nació al borde de la Guerra Civil con dos empleados y 80 asegurados
Mutua Madrileña es de las más veteranas de España. Nace en marzo de 1930, cuando Juan Zornoza, descontento con su compañía, decide crear su propia aseguradora junto con otros pequeños comerciantes e industriales de Madrid. La compañía arranca con 80 asegurados y tan sólo dos empleados.
Fueron unos primeros años difíciles por la situación política que desembocó en una dura Guerra Civil. Al término de la misma, Mutua no tenía ningún vehículo asegurado y, aunque lo lógico habría sido desaparecer, consiguió en pocos meses cerrar el año, y la década, con casi 500 coches asegurados.
En los convulsos años 40, la crisis provocada por una nueva contienda, esta vez a nivel mundial, también afectó a una España que intentaba levantarse después de la Guerra Civil. Mutua tampoco fue una excepción, aunque sólo asegurando vehículos en la capital, consiguió incrementar el número de coches hasta los 1.310.
En los años 50 mejora la situación para todos. En 1953, la compra de vehículos se extiende a toda la sociedad y, pocos años después, Mutua consigue ampliar su ámbito de actuación para convertirse en una aseguradora nacional con más de 6.000 pólizas.
En los años 60 llega la industrialización a España y, con ella, mayor estabilidad y crecimiento social. Dos de cada tres hogares tenían ya televisor, y los SEAT 600 y los Renault 44 eran el modelo de coche de una de cada cuatro familias en España.
Además de incrementar sus asegurados, Mutua en esta década se presenta a la vanguardia y comienza a mecanizar sus tareas administrativas con un ordenador IBM para prestar mejor servicio a sus mutualistas. Además de la tecnología, profesionaliza su plantilla al incorporar a los primeros peritos y comienza a establecer relaciones con los primeros talleres concertados.
En los años 70 Mutua continúa siendo una compañía innovadora y empieza a vender seguros por teléfono. A finales de 1970, más del 70% de las contrataciones se hacían mediante esta vía. Gracias a este hito, entre otros, la compañía cierra la década alcanzando el medio millón de pólizas. En paralelo continúa con la diversificación de negocios. En 1973 abre el primer parking privado de Madrid con 420 plazas.
En los 80, época de crecimiento y expansión del país, amplía la comercialización de seguros. Comienza con el ramo de seguros de vida y ofrece el primer plan de pensiones al que llama “Su tren de vida”.
En esta época nace Gestactín, convertida ahora en la mayor gestora nacional independiente de grupos bancarios, conocida como Mutuactivos.
Los años 90 constituyen la consolidación como líderes de auto en Madrid y de los nuevos ramos creados en años anteriores, y Mutua llega al millón de pólizas.
Comienza un nuevo siglo y, de nuevo, Mutua se enfrenta a grandes y ambiciosos retos. Afronta esta nueva década con un cambio en la filosofía de gestión que lleva a la compañía a crecer y diversificarse siempre de una manera sólida, solvente y sostenida.
De 2002 a 2005 las pólizas crecen un 80% hasta superar los 2,2 millones de asegurados y se adquiere Autoclub Repsol, que pasa a llamarse Autoclub Mutua, filial que hoy en día se ha convertido en el club automovilista con más socios a nivel nacional. A través de ellos, Mutua comienza a ofrecer asistencia en carretera desde el km. 0, incrementando año a año toda la oferta de servicios y descuentos para sus mutualistas.
En 2009 pone en marcha eL primer plan estratégico de la compañía, orientado a potenciar la diversificación geográfica (tanto en España como fuera de nuestro país) y por productos.
En 2011 lleva a cabo la mayor operación de banca seguros del país con la compra del 50% de Segurcaixa Adeslas. Una operación que ha permitido continuar un crecimiento rentable y sostenido y ser líderes en el ramo de salud, gracias a Adeslas.
En 2015 Mutua se convierte en una empresa internacional con la adquisición del 40% del BCI, principal aseguradora No Vida de Chile.
En 2018, Mutua comienza la diversificación de su negocio de asesoramiento financiero o patrimonial. A finales de ese año anunció la adquisición del 30% de EDM, gestora de fondos independiente y especializada en renta variable y del 50,01% de Alantra Wealth Management, especializada en banca privada. También elevó su participación en EDM hasta el 54%, tomando una posición de control, y anunció la compra del 20% de la gestora independiente de fondos de inversión Cygnus.
En 2019 desarrolla el negocio relacionado con la nueva movilidad. Mutua Madrileña entró en el capital de la startup de micromovilidad Movo y el agregador Chipi, con el objetivo de liderar de forma integral las operaciones en el ámbito de la movilidad del sector asegurador. MOVO es la compañía de micromovilidad que opera con motos eléctricas y patinetes en España, México, Chile, Colombia y Perú. Por su parte, Chipi es un agregador de soluciones de movilidad que geolocaliza los medios de transportes más cercanos y permite comparar y elegir en tiempo real el servicio deseado en función del precio, disponibilidad, duración del trayecto, etc. Además, Mutua se hizo en el verano de 2019 con el control de Centauro, compañía especializada en el alquiler de coches sin conductor.
En el ámbito internacional, Mutua Madrileña compró en 2019 el 45% de Seguros del Estado, la segunda compañía del mercado de seguros No Vida en Colombia y que también tiene presencia en seguros de Vida. La operación incluye la opción de que Mutua Madrileña pueda adquirir un 20% adicional en 2024, con lo que la aseguradora alcanzaría un 65% de su capital.
En 2020, Mutua anuncia la adquisición de un 20% de Alantra Asset Management, la división de gestión de activos alternativos del Grupo Alantra, y de un 40% de Orienta Capital SGIIC, gestora especializada en grandes patrimonios.
Con Derecho a Réplica / Ignacio Buqueras y Bach. Académico numerario de las Reales Academias de Doctores de España y Europea de Doctores.

Cambó, hoy
El personaje de Francesc Cambó para mí hoy es tan potente como cuando Plaza & Janés público en 1987, XL Aniversario de su fallecimiento en Buenos Aires, mi primer ‘Cambó’.Es por ello, que en 2018 publiqué en Almuzara mi nuevo ‘Cambó’, mejorado y actualizado. Considero que actualmente para la ciudadanía, muy especialmente las nuevas generaciones, es muy importante que conozcan su actuación humana y política. Ambas pueden ser motivo de reflexión y actuación.
Cambó fue un catalanista que nunca consideró contrapuestas las ideas de Cataluña y España. Defendió en Cataluña, Madrid y en el resto de España, no sólo con palabras sino con hechos, estos postulados. En 1907 decía: “¿Hay alguien que pueda pensar por un momento que la grandeza de Cataluña pueda chocar, pueda lastimar en algo el progreso y la vida y la dignidad de España? Si alguien pensara eso, cometería el mayor de los sacrilegios. Yo no he podido sospechar nunca que Cataluña y España pudieran ser cosas contrapuestas. Si un día yo pudiera pensarlo, ese día seria el día más triste de mi vida porque vería comprometido para siempre el porvenir de Cataluña”… Quince años más tarde, en 1922, con igual rotundidad declaraba: “He rechazado constantemente el separatismo, y no por considerarlo delito, sino por estimarlo un absurdo”. Cambó defendió siempre la autonomía de Cataluña, pero sin mermar la de otras regiones.
Así se expresaba en 1906: «…Decid a las demás regiones que no les tenemos odio, que nuestro odio va dirigido a todo lo que nos separa de ellas. Decidles que queremos una España dentro de la cual los castellanos sean muy castellanos, los andaluces muy andaluces, los catalanes muy catalanes…», para concluir: «Cuando más fuertes sean las regiones, más fuerte será España».
Palabras las de Cambó, que hoy más que ayer, están en condiciones no sólo de alcanzar su verdadero significado sino también de conseguir su adecuada plasmación práctica. Cambó, que fue un demócrata toda su vida, hoy tendría la satisfacción de comprobar que España está viviendo el más largo periodo democrático de toda su historia; Cambó, que fue un monárquico racional, hoy daría fe de que España tiene una monarquía prestigiada, y un rey Felipe VI, popular y con fuerte proyección internacional; Cambó, que fue un autonomista convencido, hoy observaría que España está consolidando lo que ha venido en llamarse la España de las Autonomías; Cambó, que tenía una fe sin límites en su pueblo, hoy viviría una Cataluña dividida, y lo que es peor, con su factor humano gravemente dañado: familias rotas, amistades truncadas, desencuentros preocupantes enfrentamientos peligrosos,… Esta situación no deja de crecer y afecta diariamente la convivencia.
Considero, que hoy Cambó preconizaría, con fuerza, el diálogo, el acercamiento, el encuentro… desde la defensa de las leyes, en el marco constitucional. Apoyaría una Cataluña solidaria con fuerte personalidad, integrada en España, Europa y el mundo y no una Cataluña sola, ensimismada, llena de prejuicios. Cataluña ha sido hasta hace unos pocos años una Comunidad Autónoma con un peso demográfico, económico, histórico, cultural y social de primer orden, la primera entre las españolas. Lamentablemente, Cataluña ha iniciado una fase de declive progresivo.
Pero Cambó, que era un hombre de ideas y convicciones arraigadas, con voluntad y condiciones para defenderlas y proyectarlas, también hoy se encontraría con una sociedad mayoritariamente apática, inerme, sin pulso, sin ideales, sin ilusiones, sin entusiasmo…, con una tendencia creciente hacia la mediocridad y una cierta anestesiada resignación. Sin embargo, no dudamos que hoy Cambó sabría ilusionar, esperanzar y entusiasmar a nuestra sociedad, como tantas veces hizo en sus años de liderazgo.
El pasado martes, día 4 de mayo, se celebraron las elecciones de la Comunidad de Madrid. Sus resultados, aunque previstos por algunos estudios electorales, han resultado espectaculares. Sin lugar a dudas, como ya dijimos, las citadas elecciones por su importancia, trascendencia y por el ámbito de su celebración marcan un nuevo mapa político.
Los madrileños, y un alto porcentaje de españoles de otras comunidades, hemos vivido con intensidad una campaña electoral que día a día, con diferentes versiones, nos han facilitado datos politizados de la pandemia, de la situación económica, social…, y todo a corto plazo.
Me ha preocupado mucho, por no decir muchísimo, que nuestros políticos mayoritariamente no hablen de temas que considero esenciales y prioritarios para marcar nuestro futuro como sociedad. Reflexionemos sobre lo que han dicho sobre la vida, que es hablar de aborto, eutanasia,…; la familia, que es tratar sobre la educación, la natalidad, los mayores, las ayudas,…; los valores y sus implicaciones. Qué han dicho, piensan o proponen sobre la unidad de España, la Constitución, y la monarquía parlamentaria.
Considero que, mayoritariamente, los madrileños han dado su voto al centroderecha, lo que da una tranquilidad a la sociedad española, porque lo acaecido en Madrid tendrá fuerte proyección en el resto de España. Todos los ciudadanos debemos estar alertas, activos, aunando esfuerzos. La sociedad civil tiene un gran papel a desarrollar.