Destacado / N. L.
Últimamente los banqueros compiten en mostrar sus mejores intenciones de hacer el bien a la ciudadanía aunque con ello pierdan dinero, o mejor dicho, reduzcan un poquito sus beneficios potenciales frente al verbo hasta ahora reverenciado: ¡Optimizar!. Es, obviamente, un intento de mejorar su mala imagen.
Resulta curioso que el deterioro de su crédito no esté básicamente relacionado con los ERE, de una intensidad sin precedentes, que tienen puestos en marcha CaixaBank Santander, BBVA y Sabadell, y que alcanzan a 14.759 empleados, y que demuestra que son más los que prefieren marcharse que las bajas previstas. Hay que tener en cuenta que el 70% de las bajas afecta a mayores de 50 años que se acogen a las prejubilaciones.
Lo cierto es que la banca ya no es lo que era, un poder fáctico como sigue siendo el electropoder que, hijo de la banca, se permite desafiar al Gobierno. Hoy el Santander ha dejado de encabezar el Ibex, en el que ahora manda Inditex seguido de Iberdrola.

Destacan lo que ayudaron frente al Covid
Los grandes banqueros, mayormente los dos primeros, los dirigentes de CaixaBank, Gortázar y Goirigolzarri, y los del Santander, encabezados por Ana Botín, ponen el énfasis en lo mucho que ayudaron a los ciudadanos frente al Covid, frente al volcán de La Palma, así como en la financiación de lo verde.
El portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Martínez Campuzano, que se prodiga poco, en declaraciones a ‘Merca2’ asegura que la banca está preparada y dispuesta para seguir ayudando a familias y empresas, como ha demostrado durante la pandemia. Y añade que “puede ayudar a canalizar y complementar los fondos europeos para que lleguen a las empresas capaces de contribuir a modernizar la economía y hacerla más verde y digital”.
Para la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, “la sostenibilidad no se entiende de manera completa si sólo nos fijamos en el componente medioambiental. También tiene que hacer referencia a la gobernanza de las entidades y a los aspectos sociales”, según afirmó en un evento organizado por Abanca en la localidad portuguesa de Vila Nova de Gaia.
La subgobernadora explicó que “analizar y cuantificar el impacto que los riesgos climáticos y medioambientales tienen en las entidades financieras está suponiendo un reto para todos, incluidos reguladores y supervisores, que estamos todavía en un proceso incipiente de diseño de los procesos de medición. El test de estrés climático que el Mecanismo Único de Supervisión realizará en 2022 será una herramienta clave que pondrá a prueba por primera vez este diseño. Los resultados van a permitir identificar posibles vulnerabilidades y desafíos, así como las mejores prácticas”.
Por su parte, la vicepresidenta de la CNMV, Montserrat Martínez Parera, afirmó que las “finanzas sostenibles son una tendencia imparable”. En su opinión las compañías tienen que ofrecer información sobre cómo impacta su actividad en el medio ambiente y cómo incorporan los riesgos ASG en su modelo de negocio. Y hacerlo de forma fiable y comparable, que evite prácticas de blanqueo ecológico.”

Gortázar: en busca de la estimación social
“Creo que hay una oportunidad clarísima de que el sector financiero, a base de actos, se reivindique y recupere la posición que le corresponde en la estimación social, que me parece que es absolutamente clave”, ha afirmado Gonzalo Gortázaren un Encuentro del Sector Financiero celebrado en Madrid el pasado 29 de septiembre.
Como ejemplo, aludió a las distintas iniciativas impulsadas desde CaixaBank durante la pandemia para atender las necesidades de los clientes o cómo recientemente ha tomado medidas para apoyar a los afectados por la erupción del volcán en La Palma.
CaixaBank, primera entidad financiera en La Palma, ofrece a los afectados una moratoria de doce meses en los préstamos a particulares y empresas, se anticipan indemnizaciones, se eliminan las comisiones en cajeros y se han puesto en marcha canales para realizar donativos, entre otras medidas.
De esta manera, ha subrayado: “Creo que hay una oportunidad clarísima de que el sector financiero, a base de actos, se reivindique y recupere la posición que le corresponde en la estimación social, que me parece que es absolutamente clave”.

Goirigolzarri: facilitar la vida a los ciudadanos
Por su parte, el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, sostuvo en Barcelona, en el WSBI Innovation Forum, organizado por CaixaBank y el Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas, con el título “El horizonte de la (r)evolución bancaria”, que “hay que tener en cuenta que la tecnología se convierte en una ventaja competitiva sólo si se pone al servicio de los ciudadanos y de los clientes, mejorando su experiencia y facilitándoles la vida”. Para Goirigolzarri, la “tecnología no puede ser un fin en sí misma, sino que debe ser la herramienta para mejorar la sociedad”.
“Tenemos que comprometernos –animó– para defender la sostenibilidad y la mejora del medio ambiente, y debemos trabajar para incrementar la cohesión social, puesto que la mejor manera de asegurar el progreso mundial es que la recuperación económica llegue a todos los países y a todas las personas”.
Santander aplica moratorias en la pandemia

Asegura el Banco Santander que está apoyando la transición hacia una economía verde. / EP
El Banco Santander ha anunciado recientemente su ambición de alcanzar cero emisiones netas en 2050 y su compromiso de alinear la cartera de generación de energía eléctrica al Acuerdo de París en 2030. En el primer semestre de este año financió o facilitó la movilización de 8.000 millones de euros en financiación verde. Con ello, alcanzó un total de 42.000 millones de euros desde 2019.
En cuanto a la reducción del personal destaca que hasta ahora todas las salidas han sido voluntarias. Los sindicatos explican que de haber salidas forzosas, serán mínimas.
El BBVA opta por mejorar la salud financiera de sus clientes
El BBVA de Carlos Torres también menciona su aportación frente a la pandemia pero se centra en la mejora de la salud financiera de sus clientes con soluciones innovadoras. Presume de su rentabilidad, su superávit de capital que le prepara para absorciones, para su futuro crecimiento, lo que parece indicar frustración al estar relegado al último puesto de los tres grandes.
Difícil tiene presumir de benefactor cuando sube las comisiones, sufre sanciones del Banco de España por su mal comportamiento y desafía a los tribunales que juzgan al banco por los supuestos delitos de Francisco González, su anterior presidente, al tiempo que expresan su cabreo porque el actual presidente incumple su compromiso de colaborar con la justicia.

Difícil tiene presumir de benefactor cuando sube las comisiones, sufre sanciones del Banco de España por su mal comportamiento y desafía a los tribunales que juzgan al banco por los supuestos delitos de Francisco González, su anterior presidente, al tiempo que expresan su cabreo porque el actual presidente incumple su compromiso de colaborar con la justicia. / EP
Carlos Torres arrastra los pies, con suma reticencia frente a las peticiones de información de la Audiencia Nacional; ha llegado al extremo de rebelarse contra la Fiscalía Anticorrupción y contra el juez García Castellón que señalaban la deficitaria colaboración de la actual dirección del banco.
Tras dos años y medio de presidencia de Carlos Torres, el BBVA no ha escarmentado de la fea herencia recibida de su antecesor, Francisco González, que llevó a la entidad a una caída en picado de su reputación moral. Ahora, bajo la presidencia de Carlos Torres, la entidad sigue cometiendo tropelías.
El Banco de España publicó el pasado mes de agosto la imposición de dos sanciones al BBVA que suman 6 millones de euros por infracciones graves de las normas hipotecarias incluidas en un Real Decreto de 2012, conocido como el de «medidas urgentes para la protección de deudores hipotecarios sin recursos» al no informar a los clientes sobre la existencia y contenido del código de buenas prácticas, así como, en determinados casos, sobre la información relativa a las causas y efectos de denegación de las solicitudes o la documentación a proporcionar por el cliente.
Con Derecho a Réplica / José Segura Clavell. Director general de Casa África
Lecciones de Afganistán para África y para la Unión Europea
El pasado 31 de agosto, en medio del caos y unas imágenes que pasarán a la historia, se consumó la salida de las tropas estadounidenses (y de otros países de la OTAN, entre ellos España) de Afganistán. El mundo está cambiando a gran velocidad, la geopolítica está a la orden del día y lo que ha ocurrido en Asia, en términos de la pérdida de peso e imagen de los Estados Unidos (y sus aliados) en el mundo, tiene consecuencias en todos los rincones del globo terráqueo.
África es uno de los continentes en los que más se ha hablado sobre los efectos que, a medio y largo plazo, podría tener lo que ha sucedido en Afganistán. A modo de ejemplo, una de las organizaciones yihadistas que más estragos está causando en el Sahel emitió un comunicado de felicitación a los talibán y de aliento a la causa del islamismo más radical.
Para hablar sobre ello este pasado miércoles organizamos en Casa África un nuevo webinar de nuestro ciclo #ÁfricaEsNoticia. Esta vez, nos aliamos con nuestra hermana de la Red de Casas del Ministerio de Asuntos Exteriores, Casa Asia. Su director general, Javier Parrondo, me acompañó en la bienvenida de este encuentro en el que reunimos a varios expertos para reflexionar alrededor de este hecho. Lo llamamos ‘lecciones afganas para el continente africano’.
En esta conferencia virtual tuvimos el honor de contar con la periodista de TVE Pilar Requena, la persona de referencia en la cadena pública para hablar de Afganistán (y que además en los últimos años ha mirado mucho, y bien, hacia el continente africano), y con Sergio Altuna, investigador asociado del Real Instituto Elcano. Además, incorporamos la opinión a través de piezas de vídeo de una reputada analista africana especializada en el Sahel, Niagale Bagayoko, y de dos especialistas españoles: la periodista y académica Beatriz Mesa y el analista Jesús Pérez Triana.
En Casa África reunimos a expertos para reflexionar sobre qué puede suponer para África la retirada occidental de Afganistán: la conclusión es que Europa necesita configurar una posición común y marcar su propia agenda en materia de seguridad
La presencia yihadista en África se manifiesta en estos momentos en países como Somalia, Mozambique, el norte de Nigeria y la República Democrática, del Congo, pero es evidente que donde más nos ocupa y preocupa es en lo que llamamos nuestro patio trasero: el Sahel. La comparación de los expertos siempre tendía a imaginar lo que podrá pasar en el Sahel en los próximos años a la vista de lo que ha acabado sucediendo en Afganistán.
Es cierto que no paran de llegar noticias, malas noticias, sobre esta región, que por momentos parece que se descompone de forma acelerada y hace muy complicados (golpes de Estado incluidos, con los consiguientes cambios de interlocutores, etc.) los intentos de apuntalar estructuras que permitan que la cooperación actúe y que logre avances que la ciudadanía perciba en su día a día.
La cuestión que se puso sobre la mesa de nuevo y que reaviva el debate entre los expertos es saber si las fórmulas que los países europeos están aplicando en casos como los del Sahel, en la que los componentes securitarios tienen mucha más visibilidad que las inversiones en desarrollo o en cuestiones políticas y de gobernanza, pueden estar condenadas al fracaso, si se calcan de las que durante estos últimos 20 años se ha aplicado en Afganistán y, como hemos visto, han fracasado estrepitosamente.
“Europa tiene que aclararse”, dejó claro Pilar Requena, que sostuvo que la Unión Europea debe actuar al unísono en África si quiere tener credibilidad. Si uno de los errores claros de la actuación internacional en Afganistán fue que los Estados Unidos siempre fueron a la suya y el resto de países actuaban, como dijo Requena, “en modo comparsa”, en el Sahel es fundamental que la Unión Europea sepa presentarse como un ente único y no condicionado por los intereses de un solo país, en este caso Francia, que es quien mayor presencia e intereses históricos tiene en la región.
El analista canario Jesús Pérez Triana nos recordaba en su intervención algo fundamental: “No tenemos que olvidar que los principales protagonistas de lo que sucede allí son los actores locales». Se preguntaba si la intervención europea deslegitima y debilita a los gobiernos locales frente a su ciudadanía y nos planteaba una revisión de nuestra manera de diseñar las intervenciones europeas en el mundo.
En esa misma línea, Niagalé Bagayoko, presidenta de la Red Africana de Expertos en Seguridad, se quejaba de la impresión que se extiende entre los analistas de la realidad africana de que las intervenciones que se llevan a cabo son extremadamente estandarizadas y no tienen en cuenta las particularidades de cada región concreta.
Sergio Altuna, por su parte, nos desgranó las diferencias que hay entre los talibán y los yihadistas que operan en África, unos (los afganos) de carácter mucho más tradicionalista, de instaurar su viejo régimen en el país (con el retroceso enorme que supone, como hemos visto, para las mujeres), y otros (los yihadistas) con una misión y un objetivo centrado en la lucha contra el enemigo occidental. Las palabras de Altuna me recordaron a una frase del excelente reportaje que un periodista español, Agus Morales, publicó esta misma semana sobre Afganistán en la revista 5W, que les recomiendo y que resume perfectamente qué ha pasado en el país asiático: “Lo viejo acaba de nacer en Afganistán”, escribe.
Ya he hablado en varias ocasiones del Sahel y de la importancia que tiene lo que está en juego para España, y especialmente para Canarias, si la región es cada vez más inestable. La realidad nos golpeó duramente el pasado mes de abril con el asesinato de los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile en Burkina Faso. Al respecto, este pasado jueves pudimos saber que la Audiencia Nacional investigará este hecho por un delito de terrorismo yihadista, con lo que, como primera medida, sus familiares tendrán la consideración de víctimas del terrorismo. Una buena noticia o, al menos, algo reconfortante.
Por último, quiero apuntar que desde Casa África no podemos dar la espalda a un tema que por la evolución de las circunstancias está convirtiéndose en uno de los elementos más determinantes para que nuestros países vecinos se desarrollen en paz y estabilidad. Sin alarmismos, pero con las ideas claras, debemos entender que este es un tema que España y Europa consideran absolutamente prioritario. Y para el que es muy importante que Europa, como decían los participantes de nuestra conferencia, actúe unida y con un plan claro, que combine desarrollo y seguridad. Allí estaremos para seguirlo y que la ciudadanía pueda tener todas las claves para comprenderlo en todas sus vertientes.
Si bien es cierto que lo que está ocurriendo en la isla de La Palma nos afecta y nos parece pavoroso, las entidades e instituciones cuyo ámbito competencial no actúa directamente para paliar este fenómeno, debemos seguir adelante en el trabajo diario y análisis de potenciales riesgos. El mundo sigue girando. No podemos perder de vista ni la situación securitaria del continente, como hemos hecho esta semana, ni las también aterradoras noticias que recibimos cada vez que hay un naufragio de una patera o un cayuco con seres humanos a bordo. El fin de semana pasado llegaron cerca de 800 personas, y termino de escribir estas líneas sabiendo que el último naufragio ocurrido hace pocas horas suma 57 fallecidos más: 28 mujeres, 12 hombres y 17 niños. Desgarrador.