Destacado / N. L.
Como nos contaba Núria Díaz la semana pasada en ‘El Nuevo Lunes’, el presidente ejecutivo de Acciona, José Manuel Entrecanales Domecq, se ha convertido en el mejor pagado del Ibex en 2020. El empresario ganó 35 millones de euros, frente a los 3,4 millones de un año antes, lo que supone multiplicar por ocho su sueldo de una tacada.
Tan espectacular subida se debe en parte al cobro de un bonus a largo plazo de 13,15 millones de euros ligado al cumplimiento del plan estratégico de la compañía para el periodo 2014-2019 y otros 17 millones de euros se justifican en la entrega de acciones del grupo Bodegas Palacio 1894, fundado por su padre y su tío. Pero lo cierto es que, aun sin el premio gordo del bonus, su sueldo se habría incrementado un 46,8%.

Los Entrecanales Domecq, José Manuel y sus cinco hermanos, controlan el 26,1% de la compañía mientras los Entrecanales Franco con el vicepresidente Juan Ignacio contribuyen con un 27,8%. / EP
Su vicepresidente y primo, Juan Ignacio Entrecanales, recibió 20,67 millones de euros. El vicepresidente cobró 730.000 euros de sueldo, recibió en concepto de retribución variable a corto plazo 550.000, un bonus de 7,89 millones, se le inyectaron 1,23 millones a su plan de pensiones, y recibió acciones de la bodega valoradas en 10,25 millones.
Entrecanales supera con creces a una Botín que percibió 6,82 y que se bajó el sueldo un 31%; a un Galán que recibió 12,3 tras subirse un 16,9% y hasta a un Pablo Isla, que dirigen empresas más potentes, las de mayor capitalización bursátil. En la de este último, Inditex, que es la primera del ranking con más de 70.000 millones de euros, su presidente es de los peor pagados en términos relativos. Isla no para de bajarse el sueldo. En 2020 cobró 5,88 millones, 5,2% menos que en 2019, cuando a su vez, al cobrar 6,2 millones de euros, se había dado un tijeretazo del 35% de lo recibido en 2018, cuando percibió 9,5 millones.
El más opaco
La Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) concedió en su última edición de sus premios a la transparencia informativa el infamante galardón denominado “Secante”, destinado a los más opacos, a José Manuel Entrecanales, quien no acudió a recibirlo, resaltando con ello la justicia de la sanción periodística. Se limitó al fácil y grosero recurso de enviar a la ceremonia al jefe de prensa de Acciona, Alberto González Patiño, que para eso está, para tragarse marrones.
José Manuel Entrecanales Domecq, con sus cinco hermanos suman un 26,1% de Acciona a través de una instrumental holandesa, Wit Europese Investering, que le permite suavizar sus obligaciones fiscales.
El gran pelotazo en Endesa
Su hábil operación en la batalla por hacerse con el control de Endesa, apoyado por el gobierno Zapatero, le permitió un salto espectacular en la potenciación de Acciona y en la obtención de plusvalías. La operación fue compleja, más que nada por la conjunción de chapuzas que se produjo y el amplio elenco de actores que intervinieron junto a Entrecanales: José Montilla, Carlos Solchaga, Pedro Solbes, Miguel Sebastián, y Miguel Ángel Fernández Ordóñez, entre otros, en un desunido bando donde nada era lo que parecía.
En el otro bando se encontraban, como se recordará, el entonces presidente de Endesa, Manuel Pizarro; la plana mayor del Partido Popular y el alemán Wulf Bernotat, presidente de la alemana E.On.
En relación con la aparición en escena de la propuesta finalmente vencedora hay dos cuestiones a dilucidar. Primera: ¿Miguel Sebastián se pone en contacto con José Manuel Entrecanales para que frene la opa de E.On? Y segunda: ¿quién llama a los italianos de Enel para que se alíen con Acciona para hacerse con el control de Endesa?
Respecto a la primera cuestión, tanto Miguel Sebastián como José Manuel Entrecanales, de manera independiente, aseguraron a José García Abad que el segundo se hizo con el paquete de la eléctrica por propia iniciativa, porque vio la posibilidad de hacer un buen negocio. Sólo cuando había comprado el primer gran paquete de la compañía, Entrecanales se lo comunica a Sebastián. Aquél proporcionó al director de ‘El Nuevo Lunes’ multitud de detalles sobre la operación: que fue un amigo, banquero, quien le llamó la atención sobre la posibilidad de hacer un buen negocio complementario al gran proyecto industrial de Acciona y arriesgando poco.

Su proyecto era ambicioso pero viable: “Nos habríamos quedado con Endesa, eventualmente la juntaríamos con la división energética de Acciona, con nuestras renovables, Endesa apenas tenía, y habríamos hecho una de las mejores eléctricas del mundo —nos señalaba José Manuel Entrecanales—. Habría realizado la ambición empresarial de toda mi vida y una de las de mi padre y mi tío: consolidar un gran grupo energético español. Para nosotros habría sido la operación del siglo, de una lógica aplastante, y nos daba a la familia una estabilidad para poder aguantar al menos otra generación”.
La operación era redonda desde la perspectiva de los Entrecanales, y buena para la industria nacional, que no perdía una de sus empresas emblemáticas. En el peor de los casos conseguían que los alemanes subieran la opa ganando cuatro euros por acción. José Manuel no logra el desiderátum porque Caja Madrid, que era esencial para la formación del grupo español, prefiere vender su paquete al alemán antes que favorecer lo que su presidente, Miguel Blesa, estimaba una nueva treta gubernamental para despedir a Pizarro y controlar a los nuevos gestores de la eléctrica.
Hay que recordar que en torno a la cruzada predicada por Pizarro se habían movilizado los cuarteles generales del Partido Popular, con José María Aznar a la cabeza; tampoco hay que olvidar que Miguel Blesa fue puesto en su sillón, uno de los más deseables, por José María Aznar. Así de politizado estaba el asunto.
No obstante, el grupo ‘popular’ no era un bloque tan homogéneo como pudiera parecer. A Esperanza Aguirre le parecía muy bien la operación de José Manuel Entrecanales, el ‘Príncipe Valiente’, como alguna vez le llamaba Rodrigo Uría, buen amigo de Entrecanales y su principal asesor en la operación. La lideresa presionó a Caja Madrid para que se quedase con el grupo español, pero Blesa seguía mandando en la caja a pesar de los intentos de Aguirre para desalojarle, y optó por lo que le sugería Aznar, muy amigo de Pizarro.
El caso es que Entrecanales no consiguió la alianza nacional que proyectaba porque el Partido Popular dio instrucciones para que esta operación no saliera adelante. El que fuera vicepresidente de Inditex, Manuel Jové, el gallego que se salvó de la burbuja inmobiliaria colocando Fadesa a Fernando Martín por 2.200 millones de euros; y algún otro grupo afín que quería entrar en la operación pidieron permiso al PP, y en el partido les dijeron claramente que no querían que la operación saliera adelante. Fue entonces cuando se le aparecieron a José Manuel los italianos.

“Lo que es mentira —nos aseguraba con la mayor vehemencia Entrecanales— es que me llamara Miguel Sebastián para decirme que comprara. Luego, ya en el mes de febrero o marzo, aparecen los italianos, y aunque no me consta, es posible que ahí interviniesen miembros del Gobierno, entre otros motivos porque Enel es una empresa controlada por el Estado italiano, y por lo tanto era inevitable que las conversaciones se elevasen a ese nivel. Un domingo por la tarde recibo una llamada a mi móvil. «¿Eres José Manuel? Oye, soy Fulvio Conti y estoy en Madrid… ¿Nos podemos ver esta noche?». Yo le dije: «Pues sí, es domingo, así que estoy libre».
El forcejeo fue muy duro. Conti insistía en su fórmula de que Entrecanales fuera el presidente ejecutivo, mientras ellos nombrarían al consejero delegado. El de Acciona no pasaba por ello, porque significaría instalar una bicefalia conflictiva que haría inmanejable la compañía. Se atenía al principio que habían acordado inicialmente: «Vosotros participáis en los órganos de gobierno pero no en los de gestión. Habíamos quedado en que vosotros seríais socios silentes».
Conti aceptaba que todo el poder recayera en José Manuel, pero necesitaba meter un consejero delegado por exigencias de consolidación; de otra forma el asunto no tendría presentación en Roma.
“Al final cedí y puede que ése fuera mi error –reconoció Entrecanales en su conversación con José García Abad– porque de no haberlo cometido nosotros seguiríamos en Endesa y probablemente los italianos se habrían ido o, quién sabe, habríamos llegado a otro tipo de pacto… No obstante, aunque admití que nombraran al consejero delegado, exigí tener voto dirimente en el Consejo. Y así fue. Pensé que eso sería suficiente. Me equivoqué. Esta fórmula no evitó los problemas que surgieron, hasta el extremo de hacer ingobernable la compañía. Es en esa fase, la de las diferencias o distintas interpretaciones diarias entre italianos y españoles, cuando aparece Javier de Paz, sin ninguna misión concreta, simplemente para informarse de cómo marcha el asunto. Por estar presente”.
“Nosotros nos dimos cuenta de las implicaciones políticas del asunto —nos manifestó Entrecanales— y cuando empezamos a comprar estuvimos pensando a quién se lo decíamos y llegamos a la conclusión de que a nadie. Porque si se lo decíamos al Gobierno, corríamos el riesgo de que alguien tuviese la tentación de decirnos qué y cómo lo teníamos que hacer, a quién deberíamos poner, quiénes tenían que ser los socios. Y como se lo dijéramos al PP tres cuartos de lo mismo… Hasta que no estuvo muy avanzada la operación no lo pude comentar ni con mi Consejo, salvo con mi primo Juan Ignacio, vicepresidente; Valentín Montoya, consejero y director general económico-financiero, y Jorge Vega, secretario general, pues aunque tengo un Consejo muy serio y discreto, es más fácil mantener un secreto cuantas menos personas lo conozcan”.
Acciona necesitaba financiar la operación y pensaron en un banquero que pudiera avanzar en el análisis de la decisión de la forma más discreta: Emilio Botín. Rodrigo Uría, en nombre de José Manuel, aprovecha la boda de la hija de Alfredo Sáenz Abad, y en un rincón del hotel Ritz acuerdan estudiar el asunto en detalle, pero con un grupo muy reducido de asesores y técnicos.
Algunos días después, habiéndolo ya aprobado los órganos de gobierno del Santander y de Acciona, pero sin que hubiese trascendido ni el más mínimo rumor, sobre las cinco y media de la tarde del 26 de septiembre, una vez cerrado el mercado, se inició la compra. Sobre las seis, ya llevaban comprado un 13 por ciento de las acciones, y empiezan las llamadas. Telefonea a Mariano Rajoy, pero no puede hablar con él porque está en el dentista. Inmediatamente después pide hora a Miguel Sebastián.

Pensaba que no le recibiría hasta el día siguiente, así que se metió en su coche y se dirigió hacia el Santander para ver cómo trabajaban las mesas de compra. Entonces el ministro le devuelve la llamada. ¿No serás tú el que está comprando Endesa? —le pregunta un tanto enfadado–. Era evidente que semejante maniobra a espaldas del Gobierno les irritaba. El presidente de Acciona responde:
—Bueno, sí, para eso te he llamado.
—Pues vente para acá y me lo cuentas ahora mismo.
Entrecanales, que estaba en la autopista de La Coruña, a la altura del Hipódromo, da la vuelta y se dirige a la Moncloa.
Por cierto, otras fuentes me informan de que en ese momento Sebastián se encuentra en Moncloa reunido con David Taguas y con Javier de Paz, el correo del zar. Es evidente que aunque Sebastián no haya muñido la operación, aprovecha rápidamente la oportunidad que se le presenta para desbancar a Pizarro y a los alemanes con el apoyo de una empresa nacional. Una operación que podía salirle redonda.
Cuando terminó la charla con Sebastián, José Manuel se dirige a la sede del PP. Como no estaba Rajoy le reciben Ana Pastor y Miguel Arias Cañete. Simultáneamente, Rodrigo Uría se fue a ver a Pedro Solbes para contarle la operación. Con motivo de la toma de participación por parte de Acciona del 25% de Endesa, Entrecanales fue presidente de esta compañía desde octubre de 2007 hasta el 24 de marzo de 2009, fecha en la que Acciona vendió su participación a Enel.
Acciona y su familia deben mucho a José Manuel
Como presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales ha logrado transformar una empresa de ingeniería y construcción en una compañía global de infraestructuras, energía y servicios de agua con más de 40.000 empleados en 65 países.
Acciona es la única compañía que ha subido en Bolsa durante el año de la pandemia. La familia no puede objetar nada al ver su curva ascendente en flecha en 2020. Una empresa familiar.
Según los analistas de Bankinter, “los resultados de 2020 han estado en línea a nivel operativo y la generación de caja sorprende positivamente (…) La división de infraestructuras fue la que registró un peor comportamiento en el año debido a la paralización de muchas de sus obras por impacto del Covid. La división de Energía moderó las caídas. Un menor precio en el mercado mayorista en España (-29%) y la desfavorable evolución de los tipos de cambio afectaron negativamente a esta división. La contribución de la nueva capacidad (+577MWs en el año) mitigó el impacto de estos factores negativos en la división. El control del capital circulante y la contención de los gastos financieros permiten esta buena evolución en la generación de caja. Así como gracias a las plusvalías obtenidas con la venta de concesiones como la Autovía de Los Viñedos y Hospital del Norte.

El caso es que Entrecanales no consiguió la alianza nacional que proyectaba porque el Partido Popular dio instrucciones para que esta operación no saliera adelante. / EP
Y en su opinión las perspectivas para 2021 son positivas. El equipo gestor de Acciona adelanta que el crecimiento en EBITDA estará entre +10% y +15%. La recuperación del ritmo de ejecución de la cartera de infraestructuras (que se encuentra en máximos históricos: 15.364M€ +35%) y la contribución de la nueva capacidad en renovables permitirán estos avances. El dividendo recupera los niveles anteriores al Covid.
El dividendo 2019, que se repartió en 2020, se redujo en un 50% hasta 1,925€/acción ante la incertidumbre generada por el impacto del Covid. El dividendo con cargo a los resultados 2020 –que se repartirá en 2021– recupera los niveles pre-Covid y se sitúa en 3,90€/acción (2,83% de rentabilidad).
Además, el consejo aprueba la salida a bolsa de su filial de renovables Acciona Energía. Ello le permitirá acelerar el objetivo de crecimiento. El objetivo presalida a bolsa era alcanzar 15.000MW en 2024 desde los 10.700MW de 2020. Ahora este objetivo se mejora hasta 20.000MW en 2025. Acciona Energía, como operador puro de renovables, buscará maximizar su potencial de crecimiento, con un balance sin restricciones y con acceso a un coste de capital más eficiente”. Bankinter concluye: “Acciona forma parte de nuestra cartera modelo de acciones españolas”.
Compra todo lo que la familia vende
José Manuel Entrecanales muestra su fe en la nueva Acciona que él ha potenciado comprando todas las acciones que puede al tiempo que otros miembros de la familia se desprende de las mismas. Es el caso de María Marsans, viuda de José María Entrecanales, que ha vendido su paquete de 3,15 millones de acciones, equivalente al 5,5% de Acciona.
Los Entrecanales Domecq, José Manuel y sus cinco hermanos controlan el 26,1% de la compañía mientras los Entrecanales Franco con el vicepresidente Juan Ignacio contribuyen con un 27,8%.
En Memoria / Ignacio Buqueras y Bach. Académico. Empresario. Presidente de la Asociación para la Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España
Cambó y Helena, su hija
Helena Cambó i Mallol, viuda de Guardans, a los 92 años, falleció en Barcelona el pasado 22 de enero. Fue madre de 14 hijos en contraposición de ser hija única. Mecenas, continuadora de la obra de su padre, Francesc Cambó, que nunca consideró contrapuesta las ideas de Cataluña y España. En esa importante labor de mecenazgo contó con la especial colaboración de su marido Ramón Guardans (1919-2007), reusense como yo.
En la primera quincena de 1985, después de haber presentado en varias ciudades mi Josep Pla, el “seny irónico” –Silex, 1987–, con un prólogo de Pedro Laín Entralgo (1908/2001), director de la Real Academia Española, con singular éxito, tome la decisión de escribir una biografía de Cambó. Cambó fue una persona excepcional, con el talento y la energía indiscutible para conseguir la verdadera transformación de España, y todo ello desde su ser catalán. Nunca consideró contrapuestas las ideas de Cataluña y España. Cuando al matrimonio de Helena Cambó y Ramón Guardans les informé de mi propósito de escribir un libro sobre Cambó, me brindaron desde el primer momento su colaboración.
En una fría mañana de enero de 1987 me reuní con Helena Cambó en el Hotel Palace de Madrid para hablar de su padre y de ella. Hacía algunos años que la conocía. A continuación traslado algunos comentarios que dedico en mi libro Cambó (Almuzara, 2018) sobre la citada conversación.
De su padre heredó muchas cosas, entre otras el interés por el arte, una atractiva personalidad, una gran capacidad comunicativa y una enorme seguridad en sí misma. Su deseo era respetar la voluntad de su padre.
Su infancia la vivió con normalidad, con clases matinales, una institutriz inglesa y su defectuoso conocimiento del castellano, ya que en su casa hablaba el catalán; en el colegio, el francés, y con la institutriz, el inglés.
Su padre viajaba mucho y pasaba cortas temporadas con ella y su madre. Pero seguía con interés sus estudios y siempre que podían pasaban las vacaciones juntos.
Su padre era un enamorado de la mar. A bordo del Catalònia, le gustaba pescar y desayunar con el pescado frito recién capturado.
Era un hombre organizado, metódico, puntual y disciplinado. Empezaba sus tareas muy pronto, muchas veces en la cama con blocs y papeles, siempre escribía a lápiz, ya que en aquella época no existían los bolígrafos y las plumas estilográficas resultaban engorrosas de cargar y peligrosas para escribir en la cama.
Era cuidadoso y pulcro en el vestir, consideraba la gastronomía como parte integrante de la cultura, era un buen gourmet aunque no era de mucho comer, y las cocinas francesa y catalana eran sus favoritas.
Su hija recuerda que su día a día era gimnasia, baño y desayuno; después, lectura de los diarios señalando lo que debía recortarse y archivarse. Posteriormente, correspondencia, administración, estudio, dictado, visitas… Paseo de media hora, almuerzo invariablemente a la una, siesta y por la tarde continuaba su trabajo. Cenaba y se acostaba entre las diez y las diez y media.
Helena Cambó nos hace notar lo fundamental que era el trabajo en su vida, así como el orden y el horario que cumplía. Exigía puntualidad en las visitas. Disfrutaba con una conversación sobre temas políticos, artísticos y culturales, huía de los juegos de cartas y no iba al casino.
Su etapa en Argentina fue la de su más intensa vida familiar. La correspondencia padre-hija era muy intensa. Le daba consejos y moralejas, y sus comentarios eran respetuosos con todos. Su padre se preocupaba de que entre las amistades de su hija hubiera juventud, por eso en las veladas acudían los hijos de sus amigos. Sentía preocupación por el futuro de su hija. Los consejos epistolares y coloquiales a su hija podrían llenar un libro, tal era su amor, respeto y dedicación a ella.
Su hija me comentó que en las Meditaciones su padre trataba temas de actualidad, que o bien le eran suscitados por sus vivencias o por sus lecturas. En relación a las Memorias, según su hija, fueron su principal ocupación los dos últimos años de su vida. Para ello tuvo que reconstituir sus archivos, en los que durante diez años había incorporado todo aquello que tenía interés para él, que era mucho, de una manera constante, ordenada y meticulosa.
Cambó reflejó en sus escritos que la naturaleza tenía una fuerte incidencia en sus estados de ánimo, y que las artes plásticas –la pintura verdaderamente le apasionaba–, le liberaban.
Leía mucho y su visita a los museos era motivo de profunda meditación. También le interesaba la arquitectura, la escultura y la arqueología, llegando a sufragar varias excavaciones en el Oriente Medio. La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española le hicieron sufrir mucho y estaba preocupado por los daños y posibles desapariciones de algunas obras de arte.
Su hija me subrayó que el deseo de su padre era de servir al país a través de la Colección Cambó. Nueve años de dedicación, esfuerzos y sacrificios, que se vieron frustrados por la guerra de 1936. Su mecenazgo en los diferentes campos de la cultura fue permanente.
Estuvo involucrado en muchas empresas culturales y tras su muerte su hija las impulsó con la colaboración de su marido Ramón Guardans, siguiendo una trayectoria ascendente.
Cambó conocía la literatura catalana, castellana, francesa, inglesa y rusa. Le gustaba que le leyeran y su hija fue su lectora durante muchas horas y muchos días. Tenía predilección por las personas cultivadas. Su hija nos dice una frase que él repetía a menudo: “Es preciso estudiar y pensar mucho, escribir y hablar poco”.
Según su hija sus generosidades privadas cumplían los siguientes requisitos: necesidad auténtica, ayuda eficaz, mínimo conocimiento ajeno y ausencia de toda obligación por parte del beneficiario.
Cuando su padre en 1946 tomó la determinación de volver a su país dos o tres meses y regresar de nuevo a la Argentina, Helena tenía 17 años y nunca había estado en España.
Su hija recordaba su entusiasmo e ilusión preparando el viaje, para poder enseñarle museos y paisajes que ella no había visitado aún. También estaba preocupado por los chicos que conocería y las amistades que haría.
Cambó adquirió pasajes de avión para el 13 de abril de 1947. Pero dicho viaje nunca se realizó, ya que el estado de Cambó se complicó con fiebre, molestias abdominales, hemorragias… El día 28 de abril los médicos, después de muchas dudas, decidieron hacerle una operación exploratoria. A él no se le dijo nada, estaba inquieto, pidió a su hija un crucifijo, pero cuando se lo llevó su padre ya no estaba consciente.
Se renunció a operarle, se perdieron las esperanzas, recibió la extremaunción y finalmente murió el 30 de abril.
El último testimonio de su hija fue: “En mi recuerdo, todo lo que sucedió con ocasión de su última enfermedad y de su muerte alcanza un episodio impresionante: la vuelta del equipaje de mi padre, que habíamos hecho embarcar a finales de marzo”.