Destacado / N. L.
Randstad Research, servicio de estudios sobre el mercado del trabajo, ha publicado un positivo informe sobre el comportamiento del empleo, la evolución de los ERTE, el impacto de la reforma laboral y sobre los peligros que acechan al empleo, como las incertidumbres provocadas por la invasión de Ucrania, la inflación galopante, la elevación del coste de la energía, y la huelga de transporte. Señala que, a diferencia de 2021, que fue espectacular para el mercado laboral, los datos de 2022 apuntan a una moderación en las sendas de crecimiento.
En enero de 2022 entraba en vigor la nueva reforma laboral con un periodo de adaptación de tres meses. Entre las medidas que incluye, la contratación temporal es una de las más afectadas, una tendencia que se puede apreciar desde el inicio del año. Desde que se anunció la nueva reforma laboral, la contratación indefinida y temporal presentan sendas divergentes
Tres de cada cuatro asalariados, en relación indefinida
El informe de Randstad Research resalta que el inicio del año refleja una aceleración de la contratación indefinida y un frenazo en la contratación temporal. Durante 2021, el 41,5% de los contratos indefinidos procedían de la conversión de un contrato temporal.
La tasa de temporalidad se situó en el 25,4% durante el último trimestre de 2021, lo que indica que tres de cada cuatro asalariados trabajan con una relación indefinida. La tasa de temporalidad en el sector público (30,9%) vuelve a superar la del sector privado (23,9%) por duodécimo trimestre consecutivo.

En cuanto al número de ETT, al cierre de 2021, se situó en niveles de 2014, tras haber disminuido un 2,8% en tasa interanual. En concreto, el número de trabajadores a los que dieron empleo las ETT en 2021, 2,34 millones, creció un 16,2% en tasa interanual, pero se mantiene todavía por debajo de los niveles de 2019.
Los contratos de puesta a disposición (CPD) –que son los que se celebran entre las empresas usuarias y las ETT–, crecieron un 19,1% en tasa interanual en el conjunto del pasado 2021, pero todavía se mantienen por debajo del nivel de 2018. Es destacable que los sectores de industria manufacturera, agricultura y logística acumularon el 70,3% de los CPD firmados en 2021.
Rompiendo tendencias
Durante el pasado año 2021, algunos de los principales indicadores del mercado laboral experimentaron cifras históricas:
—La población activa se situó en 23,45 millones, el nivel más alto de los últimos 9 años.
—Los ocupados superan la barrera de los 20 millones por primera vez en 13 años.
—La diferencia entre la tasa de empleo entre hombres y mujeres es la menor desde 2015
La afiliación en noviembre ha registrado el mejor comportamiento de los últimos veinte años en dicho mes. El crecimiento interanual mantiene la tendencia de aceleración en el inicio de 2022 y se sitúa en un 4,5%. La afiliación a la Seguridad Social ya supera las cifras previas a la crisis, aunque incluye los afectados por ERTE y los autónomos con actividad reducida.
En el informe se resaltan indicadores que muestran una evolución que rompen las tendencias pasadas:
—El crecimiento del empleo público ha aumentado un 6,8% consiguiendo cifras récord históricas.
—Por primera vez en la historia, la tasa de actividad del grupo entre 25 y 35 años queda por debajo de la de 45 a 55 años.
La educación es uno de los principales elementos que mejoran la empleabilidad de las personas y así queda reflejado en la evolución de los ocupados con o sin formación: los perfiles de empleo más cualificados ganan peso en el conjunto de los ocupados totales y registran tasas de actividad superiores a los de bajo nivel formativo.

Randstad Research subraya la relación positiva entre estudios superiores y empleo. El segmento de profesionales con estudios universitarios y FP superior tiene una tasa de paro del 7,8%, la única por debajo de la media, y se redujo 1,6 puntos porcentuales en el último trimestre. Por otro lado, sólo el 54,1% de la población activa cuenta con estudios universitarios o de FP, aunque este porcentaje aumentó cinco décimas en 2021.
Sólo el 8% de los profesionales teletrabajan
Aunque los porcentajes de ocupados teletrabajando se han moderado a lo largo de 2021, todo parece indicar que esta modalidad de trabajo se mantendrá en torno a un 10-15% de ocupados.
Randstad Research destaca que cerca de 1.600.000 ocupados teletrabajan de manera habitual, lo que supone el 7,9% de los profesionales.
La Comunidad de Madrid (14,5%), Cataluña (9,7%) y Asturias (7,8%) continúan liderando las tasas de teletrabajo por comunidad autónoma, seguidas por Melilla (7,2%), la Comunidad Valenciana, Baleares (ambas con el 6,4%), Galicia (6,3%), Aragón (6%), País Vasco (5,9%), Andalucía (5,8%) y Castilla y León (5,7%).
Los porcentajes más discretos de teletrabajo se registraron en La Rioja, Extremadura (las dos con el 5,4%), Canarias (5,3%), Castilla-La Mancha (5,1%), la Región de Murcia (4,9%), Cantabria (4,8%), Navarra (4,7%) y Ceuta (1,7%).
Se reduce la brecha entre hombres y mujeres
El pasado 2021 la brecha en el mercado laboral entre hombres y mujeres se ha reducido como indican algunos de los indicadores reflejados en el informe:
—La población activa femenina creció un 1,3% en 2021, una tasa que duplicó la de los varones.
—La tasa de actividad cerró 2021 en un 58,7%, con la menor diferencia entre hombres y mujeres de la serie
—El aumento anual de empleo, claramente más intenso entre las mujeres (+5,4% vs +3,5%). El descenso interanual del paro EPA, más intenso en el caso de las mujeres.
—La tasa de empleo cerró 2021 en un 50,8%, con la menor diferencia entre hombres y mujeres desde 2014.

De más de tres millones en ERTE a sólo 115.000
Randstad Research destaca que durante el pasado mes de febrero se registraron 115.311 profesionales acogidos a ERTE, la cifra más baja desde que se puso en marcha este instrumento por culpa de la pandemia.
Un volumen que apenas supone el 0,6% del total de trabajadores y que todo apunta que se verá incrementado tras los últimos acontecimientos acaecidos en nuestra industria.
No olvidemos que los ERTE llegaron a tener cerca de 3,4 millones de trabajadores acogidos en abril de 2020 y alrededor de tres millones al mes siguiente, un volumen que se fue reduciendo posteriormente hasta permanecer estancado en alrededor de los 800.000 profesionales durante varios meses. Hace un año, en febrero de 2021, este indicador de la recuperación económica comenzó a reducirse ininterrumpidamente hasta registrar los 115.311 profesionales actuales.
A nivel autonómico, las comunidades insulares siguen siendo las que más incidencia de ERTE registran, en concreto Canarias, un 1,5%, y Baleares, un 1,3%. Con porcentajes más moderados, se sitúan Melilla (1,2%), Ceuta (1,1%), Cataluña (0,8%), Asturias (0,7%), la Comunidad de Madrid y Cantabria, ambas con el 0,6%, la misma tasa que la media nacional.
Ya por debajo de la media del país, se encuentran, con un 0,5%, País Vasco, Galicia, Castilla y León, y Andalucía; con un 0,4%, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha; con un 0,3%, Extremadura, La Rioja, Navarra y Aragón, y cerrando la lista, con un 0,2%, la Región de Murcia.
“La reducción de las cifras de trabajadores acogidos a ERTE, junto a la recuperación de los niveles de paro previos a la irrupción de la crisis, indican de manera ostensible que la recuperación económica marcha en la dirección correcta. Como principales amenazas a esta recuperación está las consecuencias del conflicto bélico en Ucrania, el alto costo de la energía y la huelga del transporte. De su duración dependerá la mayor o menor afectación a niveles de empleo”, recuerda Valentín Bote, director de Randstad Research.