Destacado / N. L. ■
“Iberdrola nombra, por fin, un CEO” titulaba ‘El Nuevo Lunes’ la semana pasada la gran noticia. Un “por fin” que sugería la larga resistencia de Ignacio Sánchez Galán, que llevaba en el poder absoluto como presidente y CEO 16 años como sucesor de Íñigo Oriol, y 21 desde que mandaba mucho como vicepresidente ejecutivo y consejero delegado, a ceder una parte de su poder, una especie de delegación de algunas funciones, a Armando Martínez frente a las presiones de los fondos de inversión que predominan en su accionariado.
Entre ellos el fondo soberano de Catar, el accionista de referencia de Iberdrola, que permitió a esta compañía sextuplicar su tamaño, convirtiéndose, en alternancia con Inditex, en la primera de la Bolsa española, por delante de los grandes bancos.La mayor eléctrica de Europa y la tercera del mundo, la primera en energías renovables.
Así como el primer fondo mundial, BlackRock, su tercer mayor accionista y, en definitiva siguiendo, en parte, las recomendaciones de los ‘proxy advisors’, los ‘influencers’ financieros contratados por los fondos, tenidos muy en cuenta en las Bolsas donde cotiza la multinacional española, especialmente la de Nueva York.
Galán no es el último resistente español en compartir poder. Según el último informe de cumplimiento del Código de Buen Gobierno Corporativo de la CNMV, 27 compañías de las 35 que forman parte del Ibex tenían todavía unificados en una misma persona los cargos de presidente ejecutivo y la función de consejeros delegados en 2021.
Una merecida jubilación
Pero la decisión de Galán ofrece una lectura más amplia que deja entrever que este personaje, que dio la vuelta a esta energética como un calcetín, está preparando su merecida jubilación a sus 72 años de edad; este hombre, cuando llegó como CEO en 2001 a Iberdrola, era ésta una compañía local, cuyo negocio provenía en más de un 90% de España. Ahora, Iberdrola es un líder energético internacional.
“Y esto ha sido posible, según nos señala una fuente que le conoce bien, porque Galán siempre piensa a lo grande, caiga quien caiga. Y porque, además de muy inteligente, tiene una gran seguridad en sí mismo”. Trabajador infatigable y de firmes convicciones, una vez fijadas las metas a alcanzar es tan exigente consigo mismo en su cumplimiento como lo es con sus equipos.

Su jubilación le permitirá disfrutar sin limitaciones de agenda de la caza en su finca de Fuenterroble de 1.200 hectáreas, a la que ahora acude desde el viernes a la hora de comer hasta el domingo por la mañana, cuando regresa a Madrid, y el uso intensivo de la bicicleta para sus recorridos por la provincia de Salamanca.
Y aprovechará para incrementar su presencia en la histórica universidad salmantina donde financia algunas cátedras y donde acaba de ser reelegido por otros cuatro años como presidente de su Consejo Social.
Ha situado para sucederle a Armando Martínez Martínez, a quien había colocado en posiciones clave durante los últimos meses, un ingeniero que no aparecía en las quinielas de los ‘enteraos’ de la prensa y de las finanzas. Ni siquiera cuando Martínez accedió al Consejo de Administración en sustitución de Francisco Martínez Córcoles, “para facilitar los cambios en la gobernanza de la sociedad”, según expresó este último; ni cuando fue nombrado director general de Negocios, justo hace un año, y cuando, el pasado febrero asumió las áreas de recursos humanos, seguridad corporativa, sistemas y servicios generales, entre otras.
Una conjunción astral
Se daba una conjunción astral muy propicia para su salida triunfal, que había adelantado, más o menos, privadamente, que se produciría en 2022 o en 2023, finalizado el plan estratégico 2018-2022.
Formaban parte de la conjunción austral, más que la presión de los fondos y ‘proxys’, que el juez Manuel García-Castellón, que le había traído a maltraer durante tres años de angustia personal y de perjuicio para la compañía, especialmente en Estados Unidos, donde miran con lupa cualquier sombra de sospecha sobre la honradez de los dirigentes, liberó a Galán de la imputación de los hechos relacionados con Villarejo.
Galán acusó al juez de ser el responsable de la fallida operación de adquisición en Estados Unidos de la eléctrica PNM Resources, valorada en 8.000 millones de dólares. Unas recriminaciones a un juez desacostumbradas y hasta temerarias en un empresario, que muestran el cabreo del presidente de Iberdrola.
También formaba parte notable de la constelación que pudiera alardear de los excelentes resultados obtenidos hasta septiembre, más de 3.000 millones de beneficio, un incremento del 29% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, a pesar de la bajada en los resultados de España, donde perdió un 9,8%. Las inversiones en los nueve primeros meses del año se situaron en 7.568 millones de euros, con un incremento del 14,2%, el 40% en Redes y el 49% en Generación Renovable.
La importancia de elegir un sucesor adecuado
Como hemos dicho, el nombramiento de Martínez fue una sorpresa pues no estaba en la lista de los presidenciables, pero responde al perfil del sucesor del líder carismático que, entre otras misiones, debe cubrir las espaldas del líder.
Galán lo tenía claro desde hacía tiempo, como lo manifestó en la presentación de resultados de los nueve primeros meses del año como «un signo de continuidad”. “Hemos visto la oportunidad –resaltó– de dar este paso en este momento en el tiempo, pero era algo que se había planificado de antemano”

Elegir bien al sucesor permite una retirada feliz. A lo largo de un prolongado mandato se consiguen aciertos, en este caso formidables aciertos y se cosechan fracasos o se dejan flancos que pueden ser utilizados en tu contra si tu sucesor, en lugar de rendir pleitesía a quien lo designó para ocupar el sillón de mando trata de demostrar su valía propia en detrimento de la de su benefactor, resaltando sus errores o inventándolos.
Somos como somos y no siempre se consigue la lealtad por mero agradecimiento. Y tratar de sucederte a ti mismo por medio de la persona que pusiste al mando puede ser tarea ilusa, tanto en política como en la empresa o en otras organizaciones. Con mucha frecuencia tu heredero querrá exhibir su independencia y su valor propio, no dependiente, no vicario, machacándote con mucho cariño.
Hay muchos casos que lo ilustran, en ocasiones no tanto por malicia del sucesor como para justificar unos resultados poco brillantes. “Es que me he dedicado a sanear el desaguisado de mi antecesor” suele ser la excusa elegida.
Así procedió, por ejemplo, Fernando Abril-Martorell cuando sucedió en la presidencia de Indra a Javier Monzón. Es por ejemplo lo que ocurrió en el Banco Hispano cuando José María Amusátegui sucedió a Claudio Boada. O, en otro orden de cosas, cuando Mariano Rajoy tomó la antorcha que le encendió José María Aznar. César Alierta, de los más listos del lugar, tomó la precaución de marcharse sin irse del todo, quedando como consejero y presidente de su Fundación. Es altamente improbable que Armando Martínez se endiose hasta el punto de los que hemos citado.
“Un vasco de Miranda de Ebro”
Tiene el sucesor la ventaja de que, como Galán, ejerce cierta proximidad con el País Vasco, como resaltó el actual presidente, al calificarlo, en tierras vascas, como «un vasco de Miranda de Ebro» lo que tiene su importancia para una empresa que no abjura de sus antecedentes vascos y que mantiene la sede en Bilbao.
Martínez, que nació en Miranda de Ebro, estudió Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Valladolid lo que no le impidió dirigir la central térmica de Santurce (Vizcaya) y puso en marcha Global Smart Grids Innovation Hub, el centro global de innovación de Iberdrola para el desarrollo de redes inteligentes capaces de responder a la transición energética con sede en el País Vasco.