Destacado / N. L.
A poco más de un mes de la celebración de las elecciones en la CEOE que tendrán lugar el 23 de noviembre, Antonio Garamendi no tendrá problemas para ser reelegido por otros cuatro años, su último mandato. Lo que está en juego no es su continuidad al frente de la misma por cuatro años más, sino el porcentaje de apoyos recibidos. En definitiva, si será elegido por unanimidad, por aclamación, o por simple mayoría.
Esto último es lo mas probable por las reticencias de Josep Sánchez Llibre, presidente de la catalana Foment del Treball y en razón de ello vicepresidente de la CEOE, quien no se presentará como alternativa, pero al parecer podría apoyar la de algún incondicional suyo. Y de forma más explícita por la oposición de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, que amenaza con presentar su propia candidatura que él mismo reconoce que es más o menos testimonial, que no tiene posibilidad alguna pero que al menos conseguirá que Garamendi no obtenga la proclamación al tiempo que él se sitúa en buena posición para cuando finalice el mandato de Garamendi.
Cuenta con los grandes empresarios
El presidente de la CEOE cuenta con el apoyo de los grandes del Ibex incluidos los energéticos: Ignacio Galán, José Bogas, Francisco Reynés, Antonio Brufau o José Manuel Entrecanales; y los banqueros Ana Botín, José Ignacio Goirigolzarri, Carlos Torres y los medianos, a pesar de que ambos sectores están que trinan con el Gobierno. No hay que olvidar que las oposiciones a Garamendi se basan en su supuesta complicidad con, aunque últimamente ha endurecido su postura frente al Gobierno, en lo que ha podido influir la proximidad de las elecciones.

Cuenta también Garamendi con el apoyo de otros empresarios ‘neutrales’ pero que optan por la continuidad de las instituciones como José María Álvarez-Pallete, de Marta Ortega, entre otros, además de Juan Roig, presidente de Mercadona que no está en Bolsa pero que es el primero en el sector de la distribución alimentaria, y de Marta Álvarez, presidenta de El Corte Inglés que tampoco cotiza en Bolsa pero que tiene importancia simbólica.
Ninguno de estos presidentes forman parte de la directiva de la gran patronal ni falta que les hace, pues su influencia es manifiesta, entre otras razones porque son los que más dinero aportan a la misma.
Pasaron los tiempos del menosprecio que ostentaban contra la CEOE los grandes del Ibex agrupados en el Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC) un poderoso ‘lobby’ integrado, como confesaba uno de sus miembros por “15 machos alfa que quisieron arreglar el mundo”, que pretendieron suplantar a la CEOE a la que tachaban de organismo ineficaz.
En general, el empresariado colabora lealmente con el Gobierno
Obviamente los empresarios preferirían un gobierno de derechas, pero ante todo son pragmáticos y se adaptan a los imperativos de la realidad. Antonio Garamendi, que preside una patronal con 4.500 organizaciones, cuya principal función es la de las negociaciones con los sindicatos, ha actuado con notable pragmatismo.
Tuvo una gran iniciativa al organizar una potente cumbre empresarial inaugurada por el Rey en la que participaron los empresarios más importantes del país que coincidieron en la expresión de su contribución a los grandes intereses de la nación y coincidieron con Garamendi en que “ha llegado el momento de la reconstrucción económica, que pasa por asegurar la supervivencia y el futuro del tejido productivo, para lo que la colaboración entre el Estado y los empresarios es imprescindible”.

No es, pues, procedente, sería más bien suicida, en definitiva, inconcebible, el enfrentamiento entre ambos estamentos. Los presidentes de las grandes empresas que desfilaron por dicha cumbre mostraron ante la nación la necesidad de que se produzca la colaboración con el Gobierno sin que les eche para atrás que se trate de un gobierno de izquierdas
Apoyos activos
Cuenta Garamendi con la casi totalidad de las organizaciones regionales; incluso con la poderosa patronal madrileña CEIM, presidida por Miguel Garrido, quien mostró su discrepancia con la actitud de colaboración con el Gobierno. A pesar de estas críticas ha declarado públicamente su apoyo al presidente.
Casi todas las organizaciones regionales de CEOE, con la excepción de Foment del Treball y CEOE-Cepyme Cantabria, apoyan la reelección y, por supuesto, la directiva de la patronal. Y ha recibido un apoyo explícito, con grandes elogios a Garamendi del presidente de Confebus, tal como señala en un comunicado en el que la Confederación Española de Transporte de Autobús presidida por Rafael Barbadillo expresaba su apoyo por “su liderazgo en defensa de la empresa española en los momentos más duros de la historia reciente de España, así como por su trayectoria profesional y su profundo conocimiento del sector empresarial; es la persona idónea para seguir liderando CEOE en un momento clave para la economía y las empresas españolas, ante los decisivos retos que tienen por delante”.
Su último mandato
Antonio Garamendi Lecanda (Getxo, 1958), casado, tres hijos, iniciará previsiblemente su último mandato (sólo pueden permanecer dos) el 23 de noviembre.

Educado en los jesuitas desde la Primaria, licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, hijo, nieto, biznieto y tataranieto de empresarios, que fue elegido para la presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales en noviembre de 2018, su quinto presidente, tiene asegurados sus dos mandatos al frente de la gran patronal, sin previsibles graves conflictos internos, hasta 2026, dando fin a un largo periodo de zozobras para la organización que se inician desde la dimisión de José María Cuevas, quien mandó en la organización desde 1984 a 2007, 23 años, seguido del escandaloso mandato de Gerardo Díaz Ferrán, que terminó en la cárcel.
Se le ha reprochado a Garamendi que su itinerario profesional es más de dirigente de asociaciones empresariales que de empresario propiamente dicho, pero él insiste en que es un empresario concreto, pero fundamentalmente empresario de las organizaciones empresariales, “pues –razona– también debe haber empresarios de las asociaciones que hay que potenciar para llevar nuestros mensajes a la sociedad y a los gobiernos”.
En alguna ocasión Garamendi se ha calificado así mismo en conversaciones con el director de ‘El Nuevo Lunes’ como el Pepito Grillo del Gobierno: “Somos independientes. Somos los que decimos: “Oye Pinocho, te lo estás pasando de puta madre en el parque de atracciones pero no sólo te está creciendo la nariz, sino también las orejas y te acabarás convirtiendo en burro. Se lo decimos a Pinocho con mucho cariño. Se lo decimos a Sánchez y a los demás políticos. Estamos en un momento complicado y es lógico que hable con Sánchez, con los ministros, con los directores generales, pero también con el dirigente de la oposición, con quien haya que hablar”.

Insistió en que en CEOE no son políticos, pero tienen mucho que decir y que aportar siempre desde tres grandes requisitos: “Primero: independencia para ser libres y decir lo que queremos. Segundo: con sentido de Estado. Nos podemos equivocar pero que nadie pueda decir que lo hemos hecho con mala fe. Y tercero, lo que es un punto clave que está faltando en España y que yo lo pongo siempre encima de la mesa: lealtad. Somos leales al presidente del Gobierno sea quien fuere, el que decidan los españoles. Nuestra obligación como institución que representa una parte fundamental de la sociedad civil es ser leal con el Estado”.