Desayunos Económicos de El Nuevo Lunes / Nuria Díaz ■
Los Presupuestos que acaba de aprobar el Gobierno no son los Presupuestos que nuestros expertos consideran que necesitaría nuestro país porque, aunque reconocen el carácter social de las cuentas, echan en falta medidas a futuro para la reactivación económica y para la contención de la inflación. De estos temas han debatido en esta ocasión Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas; Juan Iranzo, director de Armadata; Miguel Ángel Bernal, socio fundador de Bernal & Sanz Bujanda, y Susana Borraz, analista de Finanzas Públicas de AFI; Juan Pedro Marín Arrese, economista y profesor del IEB (UCM); y Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, UCM.
Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas, comienza resumiendo las cuentas como “unos presupuestos muy focalizados en el gasto, poco pensados para reactivar la actividad económica, la productividad. Lo que necesitamos enormemente son incentivos para el trabajo, es decir, se focalizan mucho en las expectativas que se tienen de pensiones, por ejemplo, pero muy poco, aunque se aumente, en el presupuesto de I+D+i. Y, de nuevo, y me decepciona, lo poco que se dedica a los jóvenes que han tenido muchas menos oportunidades que hemos tenido los que somos más mayores”. “En todo caso, señala, además son algo expansionistas, en un contexto en el que lo que queremos es bajar la inflación. Para mí es correcto todo lo que sea gasto social a personas vulnerables a sectores que lo estén pasando mal, pero hay que tener cuidado con determinadas proyecciones expansivas, porque lo que queremos es reducir la inflación y para eso está luchando el BCE. Si el BCE sube los tipos lo que no podemos es contrarrestar con política fiscal”. Pero no es demasiado crítico porque como él dice, en cualquier caso, Europa les ha dado el OK, y además, un punto a favor: “no olvidemos que la economía española se está debilitando, pero afortunadamente el empleo no se está resistiendo y eso es bueno”.
Lo que tiene totalmente claro es que son unas cuentas fundamentalmente sociales. “Es decir, los compromisos electorales del Gobierno se ven claramente materializados ahí, que está muy bien, pero también hay que crecer, para que podamos seguir teniendo un sistema público de pensiones saneado y no que las generaciones futuras lo paguen lo que ahora pueda estar siendo un exceso de generosidad.”

Santiago Carbó: “Los compromisos electorales del Gobierno se ven claramente materializados, lo que está muy bien, pero también hay que crecer para que podamos seguir teniendo un sistema público de pensiones saneado”
Por su parte, Juan Iranzo, director de Armadata, no los ve realistas porque “las previsiones de crecimiento previstas por el Gobierno para 2023, son prácticamente inalcanzables, puesto que la economía española, ya se ha desacelerado en 2022, que es el turístico; por lo que es previsible que en PIB real se contraiga el cuarto trimestre de 2022 y el primero de 2023; por las expectativas negativas de consumidores e inversiones y por la subida de los tipos de interés.
Respecto al déficit público, se superará el objetivo inicial, y se acercara nuevamente el 7% del PIB, este año; puesto que, a pesar del aumento de la recaudación por la inflación, los gastos siguen desbocados. Además, La posible recesión de la economía en la mayoría de los países desarrollado, y la clara desaceleración del PIB en China, están reduciendo la demanda de materias primas, también energéticas con lo que, salvo momentos puntuales, la demanda debe estar garantizada durante el verano a precios razonables. La mayoría de los Organismos Internacionales, estiman que la economía española, tan solo crecerá, alrededor del 1%, el próximo año, por el posible impulso durante el segundo semestre, puesto que el primero puede ser de recesión”.
Para Juan Pedro Marín Arrese, economista y profesor del IEB (UCM), los Presupuestos adoptados en un año electoral siempre adquieren un tinte político y expansivo, con independencia de la situación, ya sea mediante rebajas de impuestos o elevación del gasto. El Gobierno ha elegido esta última opción. Se basa en un mejor comportamiento de la economía del que pronostican la mayoría de instituciones y analistas. Pero, estima unos ingresos en este año muy conservadores, sin duda inferiores a los que se constatará al cierre del año. Por otra parte, parece difícil que puedan ejecutarse todas las partidas de gasto, especialmente en inversión. Todo Gobierno dispone de margen para esterilizar parte de lo presupuestado de constatar un riesgo de desviación respecto al objetivo de déficit. El esfuerzo de consolidación resulta sobre el papel significativo y todo dependerá de la voluntad de aplicarlo. Lo más preocupante de estas cuentas es el incremento y multiplicación de gastos obligatorios al gravitar sobre futuros presupuestos. En suma, son unos presupuestos diseñados con limitado realismo que responden a la coyuntura política”. Y añade: “Los presupuestos españoles nunca se han caracterizado por su carácter social. El elevado porcentaje de gastos obligatorios y el peso relativamente menor del gasto público impiden arbitrar amplias políticas de apoyo social como en otras economías europeas. Sólo se ha producido una notable elevación del gasto en pensiones que condicionará las futuras cuentas”.

Juan Iranzo: “Las previsiones de crecimiento previstas por el Gobierno para 2023 son prácticamente inalcanzables, puesto que la economía española ya se ha desacelerado en 2022
Cuando se cuestiona a la baja las previsiones del Gobierno
El socio fundador de Bernal & Sanz Bujanda, Miguel Ángel Bernal, puntualiza: “Los PGE para 2023 se pueden valorar, como siempre, bajo dos prismas: el político y el económico. Dada la proximidad de las urnas a nivel global del próximo año, los PGE son muy políticos y en línea con la ideología del actual Ejecutivo, tema en el que yo como economista no entro. En lo económico, y aquí Bernal está de acuerdo con el profesor Iranzo, cree que parten de un punto equivocado, este enfoque no es otro que el cuadro macroeconómico. “Las previsiones, especialmente de la actividad –PIB- no parecen creíble. Todos los organismos públicos, no solo internacionales sino también nacionales como BCE o AiREF, cuestionan a la baja las previsiones del gobierno. Si el comportamiento del PIB es más bajo del contemplado por el Gobierno no parece que se logre el volumen de recaudación contemplado, de cumplirse las partidas de gasto entonces el déficit público sería más elevado que el vaticinado”. “Respecto al volumen acumulado de deuda pública durante las sucesivas crisis que hemos tenido, no creo que sea económicamente racional incrementar aún más la financiación pública. Es más, veremos qué pasa con los tipos de interés, ahora que BCE ya no estará dominando el tipo de interés y la prima de riesgo, pues puede aumentar el coste de la financiación. Esta elevación será, previsiblemente, más preocupante para próximos ejercicios por la normalización de la política monetaria.
En cuanto al gasto y el cumplimiento de este, en mi opinión, dependerá de la evolución de los resultados electorales; cuanto más adversos para los partidos en el poder más se cumplirán los gastos y viceversa. Por último y para no extenderme hay que vigilar muy de cerca la entrada de capital procedente de los fondos de Europa, hasta el momento no se está llevando convenientemente este aspecto”, concluye.

M. A. Bernal: “Hay que ser muy prudentes a la hora de hablar de la evolución de la inflación, actualmente el contexto es de máxima incertidumbre por la guerra y otros aspectos geopolíticos”
En cuanto al carácter social de las cuentas, Bernal no cree que económicamente sean muy sociales,” otro aspecto es que se estén vendiendo o anunciando como sociales. Es una pena que en España los presupuestos no se aprovechen como una forma de reordenar a largo plazo nuestra coyuntura económica. Tenemos un grave problema con las pensiones y no se está asumiendo el sostenimiento y saneamiento de este tema, este sí es un tema social y de largo plazo. Cuanto más se tarde en arreglar y reestructurar este tema mayor será y más dañino el ajuste. Otro de los grandes problemas es la falta de la articulación de una política de incremento del valor añadido de nuestra producción. España pierde productividad de forma muy preocupante y tiene consecuencias en el empleo y la “calidad” del mismo.
El empleo y la calidad de este es un aspecto social muy importante y para el cual no valen los cheques sociales, resuelve o alivia a corto plazo, pero hay que tener unas miras de largo plazo”.
Para Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, UCM, sin embargo, “las líneas fundamentales del Presupuesto están en línea con las recomendaciones del FMI, acerca de atender a los colectivos más vulnerables y reforzar el Estado del Bienestar. No sólo por justicia social, también por eficiencia económica. Ante un escenario de elevada inflación y subidas de tipos de interés, si queremos que se mantenga el consumo, la inversión y el empleo, es necesario paliar la pérdida de poder adquisitivo de las familias y de las empresas más vulnerables. Los Presupuestos, además de incorporar ese “escudo social”, afrontan uno de los principales desafíos para nuestro país: consolidar la transformación del modelo productivo impulsado por los fondos europeos. Y hacerlo en un contexto de elevada inflación y con riesgo de un entorno recesivo”. Y para ella, las cuentas, son muy sociales. “Las cuentas para 2023 tratan de mitigar los efectos de la subida de la inflación en los colectivos más vulnerables. Así, se incrementa la partida destinada a las pensiones un 11,4%, hasta alcanzar los 190.687 millones de euros, para revalorizar las prestaciones conforme al IPC. Además, cumpliendo con el compromiso de equidad intergeneracional, por primera vez en 13 años, el Gobierno aporta 2.957 millones de euros a la hucha de las pensiones. La protección de las familias más vulnerables se recoge también en el incremento del Ingreso Mínimo Vital conforme al IPC, en la prórroga de las ayudas al transporte apostando además por la movilidad sostenible, en las ayudas para el acceso a la vivienda para los más jóvenes, en los programas de construcción de viviendas en alquiler social, así como en los recursos adicionales dedicados a educación y sanidad”.
Susana Borraz: “El principal reto de los presupuestos 2023 consiste en la gestión de un volumen excepcional de recursos y la capacidad efectiva de ejecutar el gasto asociado, incluido los vinculados a los fondos del NGEU”
Gestionar los Next Generation
Susana Borraz, analista de Finanzas Públicas de AFI, señala un elemento nuevo, y afirma que el principal reto de los presupuestos 2023 consiste en la gestión de un volumen excepcional de recursos y la capacidad efectiva de ejecutar el gasto asociado, incluido los vinculados a los fondos del NGEU. “A ello debe sumarse el reto adicional de lograr cierta consolidación –a priori significativa- en un momento en el que se mantiene la excepcionalidad de la suspensión de las reglas fiscales. Los incrementos asociados en rentas procedentes de las administraciones públicas, sobre todo las pensiones, pueden tensionar las posibilidades de alcanzar mayores logros en consolidación –que con las previsiones oficiales se quedarían a sólo nueve décimas de la referencia del 3% PIB- antes de que se consensue la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que no parece vaya a modificar los principales parámetros de referencia”, indica. Y es optimista. “Aunque las previsiones económicas se sitúan por debajo de las que están publicando los principales centros de estudios, el Gobierno cuenta con el margen fiscal que le permite presentar una estimación de cierre de 2022 conservadora de los ingresos impositivos, disponiendo de un margen implícito en 2023 de 10.000 millones de euros, junto con algunas figuras de nueva creación que no han sido incluidas en el PGE 2023. Con estos márgenes, de no adoptarse un plan de gran calado de medidas anticrisis todavía no previstas para 2023 – en línea con las precedentes-, la consolidación presupuestada sería factible”.
A su vez, el PGE 2023 asigna implícitamente un aumento excepcional de los ingresos por SFA de las comunidades autónomas, tanto por la participación de los ingresos impositivos como a través de fondos, de hasta un 23%. Aunque buena parte deberá aplicarse a la actualización de salarios de los empleados públicos, podrá facilitar la consolidación del subsector autonómico.
Respecto a cómo ven las cuentas fuera de nuestras fronteras, la analista de AFI señala que las previsiones del Gobierno que contempla en los PGE 2023 están ahora mismo fuera del intervalo de crecimiento de PIB contemplado por otros organismos internacionales, como FMI, OCDE o CE. “Para el año que viene, el crecimiento del PIB, en media, será del orden del 1% anual, casi la mitad de lo que contempla el Gobierno en sus cuentas. El escenario económico y financiero se está deteriorando por momentos y quizás el diferente momento en el que el Gobierno elaboró sus previsiones justifique la obsolescencia de sus previsiones en estos momentos. Aunque España es menos vulnerable al shock económico que supone el escenario energético que se está planteando en estos momentos, simplemente teniendo en cuenta el deterioro de sus principales socios comerciales (mucho más sensibles a este shock), el crecimiento del PIB será inferior al contemplado en estos momentos por el Gobierno”

J.P Marin Arrese: “Los Presupuestos adoptados en un año electoral siempre adquieren un tinte político y expansivo, con independencia de la situación, ya sea mediante rebajas de impuestos o elevación del gasto. El Gobierno ha elegido esta última opción”
Las pensiones, en el centro
La analista de AFI destaca el carácter social de estos presupuestos. “El fuerte componente de las pensiones sobre el conjunto de los gastos presupuestados consolidados (39,2%), concede tradicionalmente un carácter eminentemente social a los presupuestos. Teniendo en cuenta que está previsto un crecimiento del 11,4%, sí que puede concluirse por esta vía dicho carácter social. Esta evolución se explica por el objetivo básico de mantener el poder adquisitivo de todas las pensiones, que se revalorizan de acuerdo con el Índice de Precios al Consumo de los doce meses previos a diciembre de 2022. Otro aspecto eminentemente social con respecto a presupuestos de otros ejercicios es el refuerzo de la dotación al Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) que aumenta sus recursos en un 21,4% con respecto a 2022 y lo sitúa en más 3.500 millones de euros”. Pero, recuerda, asimismo, se contemplan otras medidas sociales: en el ámbito de vivienda en el que se incluye de nuevo el bono joven al alquiler por un montante de 200 millones de euros o el Programa de construcción de viviendas en alquiler social en edificios energéticamente eficientes, dotado con 1.600 millones de euros; en el ámbito de la cultura, destacando la financiación del Bono cultural para jóvenes con 210 millones de euros; y en materia de transporte, las subvenciones se incrementan en casi 700 millones de euros, incluyendo las gratificaciones de abonos y títulos multiviaje por parte de RENFE. Por último, con el objetivo de apoyar a los hogares más vulnerables en el contexto de subidas de la factura de la luz y del gas, los presupuestos incluyen un aumento de 102 millones de euros para financiar el bono social térmico”, concluye.
Y de trasfondo… la inflación
La inflación se está moderando, pero, señala Santiago Carbó, “aunque el dato ha sido mejor de lo esperado pero las previsiones para lo que viene están en el cuatro y el cinco, por tanto, sigue habiendo fuerzas que la siguen manteniendo relativamente alta. “No nos olvidemos, señala, de que el propio proceso de transición energética es inflacionista. Es un buen dato no, pero yo creo que es pronto para lanzar las campanas al vuelo, no olvidemos que el consenso es que se iba a seguir manteniendo entre el cuatro y el cinco es bastante más que lo que desearíamos”.

Mónica Melle: “Las líneas fundamentales del Presupuesto están en línea con las recomendaciones del FMI, acerca de atender a los colectivos más vulnerables y reforzar el Estado del Bienestar. No sólo por justicia social, también por eficiencia económica”
Para Miguel Ángel Bernal, la evolución del IPC para 2023 seguirá estando todavía alta, aun cuando puede que hayamos visto, en España, el pico de esta. “Hay que ser muy prudentes a la hora de hablar de la evolución de este, actualmente el contexto es de máxima incertidumbre pues la guerra y otros aspectos geopolíticos –China y la política cero covid, como ejemplo- hacen muy difícil las predicciones. Ahora los modelos macroeconómicos no funcionan perfectamente por los diferentes shocks externos a las variables económicas manejadas en las previsiones y diferentes escenarios. Previsiblemente, con mucha incertidumbre, el próximo año vamos a ver la media de los datos de IPC alrededor del 5,5 %. Los primeros meses nos mantendremos todavía por encima de esa cifra -5,5%-, según vaya pasando el año veremos un avance de precios inferior a esa cifra. Sigue siendo una inflación muy alta sobre la deseable que es del 2,0%. ¿Cómo vigilarlo?, viendo la evolución de la subyacente y esperando que se vaya al 4,0%, lo que haría posible mi escenario para el próximo año”, explica.
“Ahora bien, continua, hay una fuerza que contrarresta el efecto de los carburantes y es la temida “segunda vuelta”, es decir que los oferentes –empresas- suban el precio de la subida de los costes que han tenido y tendrán, para ello será necesario que como hasta ahora el consumo aguante, si cae el consumo va a ser muy difícil trasladar el incremento del precio los inputs al output de las empresas. También habrá que vigilar la evolución de los datos de inflación en los países del área euro, especialmente los países core con Alemania a la cabeza. El BCE y su postura de ortodoxia en el área euro de la política monetaria tiene en cuenta la media de la evolución de los precios en el área, no solo de España. Si el resto de los países siguen estando muy por encima del 2,0% -me preocupa Alemania- provocará tipos altos y durante mayor periodo de tiempo”.
Energía: “Tendremos que acostumbrarnos a pagar precios más altos”
Y muy relacionado con la inflación, como bien explican nuestros expertos, la energía. Miguel Ángel Bernal no se atreve a hacer predicciones a medio plazo en un momento de tanta incertidumbre. “Puede ser que hayamos visto los máximos de IPC, no estoy seguro, por la parte de la energía pues el invierno es ya una realidad entrante y veremos qué ocurre con el gas y otras fuentes de energía; de momento se ha frenado ya relajado la escalada del precio de estos, pero hay que confirmar esta evolución y esperar que no haya presiones no económicas sobre los mismos”.
Santiago Carbó señala que como hemos pasado uno otoño y principio de invierno más benigno de lo habitual, parece que con las previsiones que se hicieron con reservas se va a poder resistir. “Todo el mundo se preocupa de como rellenaremos las reservas el año que viene”.
Por su parte, desde AFI, Susana Borraz señala que “es cierto que el precio de las principales materias primas energéticas ha moderado un poco en los dos últimos meses y eso, junto con el efecto base de este año (el año pasado a estas alturas experimentamos una de las mayores alzas en los precios del crudo y gas, que derivaron en un aumento relevante de la factura eléctrica, entre otros insumos), ha derivado en un cierto alivio de la inflación general, que en apenas 4 meses ha cedido 4 puntos porcentuales. Si bien es cierto que nos adentramos en un contexto en el que tendremos que acostumbrarnos a pagar precios más altos por estas materias primas de lo que solíamos pagar justo antes de la pandemia. La escasez de estas materias primas, las tensiones geopolíticas y la dificultad, al menos, en el corto plazo, de apostar por las energías renovables (que permitan satisfacer la mayor parte de la demanda energética) hacen pensar que el precio de estas no regresará a los niveles observados antes de la pandemia, especialmente, en el caso del gas. Pensamos que la recomposición de inventarios del próximo año, que tiene lugar entre abril – julio, será un momento de tensionamiento, quizás no tanto como este año, pero sí esperamos ver precios más altos de lo que están descontando los futuros en estos momentos”.
Para Mónica Melle, “considerando que gran parte de la inflación es importada y se debe a los precios energéticos, a nivel europeo es imprescindible modificar el mercado de la energía, para que no sea la fuente más cara la que marque el precio de todas las demás. A nivel interno, urge un pacto de rentas plural y equilibrado, que no solo se centre en la moderación salarial, sino que incorpore a los excedentes empresariales. La evolución de los salarios en España está desempeñando un papel moderador en la presión alcista de los precios, con incrementos salariales del 2,61% en los convenios firmados en lo que va de año, muy por debajo del IPC total y del subyacente. Mientras tanto los márgenes empresariales no están experimentando esa misma contención. Según los datos más recientes de Contabilidad Nacional Trimestral del INE, la remuneración de los asalariados presenta un crecimiento interanual del 4,8% en el tercer trimestre de 2022, mientras que el excedente de explotación bruto generado en la economía crece un 11,1%”