Desyunos Económicos / Mercedes Cobo ■
En un contexto de mercado complicado, los expertos que han participado en los Desayunos de El Nuevo Lunes prevén un repunte de la actividad apoyada en el aumento de la demanda de servicios y un buen comportamiento del sector turístico, pero ven riesgos de recesión a partir del cuarto trimestre. “De ahí que sea esencial el papel de los gobiernos para adoptar medidas que frenen la escalada de los precios basadas en el consenso y la colaboración público-privada”.
Los precios se han disparado en la Eurozona un 8,1% en mayo impulsados sobre todo por la energía, que se ha encarecido casi un 40%. Un nuevo récord de inflación que llega a las puertas de la decisión del BCE sobre la subida de los tipos de interés.
Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas,considera que la reacción de los bancos centrales servirá para frenar la inflación pero no de manera inmediata. En su opinión, las medidas que están tomando, aunque con cierta demora, de retirada de estímulos, subida de tipos, “tienen que ayudar para enfriar un poco la economía y controlar la inflación, porque la inflación, es verdad que si se corta con los tipos puede afectar a la economía, no se puede quedar de un modo permanente porque eso supondría que se activen unas expectativas inflacionarias y eso nadie lo queremos”. Indica que las subidas de tipos, aunque puedan preocupar a los hipotecados, no van a ser tan graves ni tan elevadas. “Las subidas tendrán efectos que ayudarán a enfriar la economía pero también generaran expectativas de que se va a luchar contra la inflación y eso es bueno para el mercado”.
Santiago Carbó:“Más que a un control presupuestario hay que volver a una senda de ajuste fiscal que sea creíble”
“No parece que vaya a ocurrir una recesión en el corto plazo, pero va a depender mucho de hasta donde lleguen los tipos de interés”
Alicia Coronil Jonsson, economista jefe de Singular Bank, indica que “el mayor tono restrictivo de la política monetaria es necesario para evitar efectos de segunda vuelta y anclar las expectativas de inflación, el problema es que hubiera sido esencial haber comenzado el proceso antes, cuando se observaban desde la segunda parte del 2021 un entorno de crecientes tensiones inflacionistas, en la que una parte de las subidas de precios eran de carácter no temporal. La cuestión es que el margen de efectividad del mayor tono restrictivo de la política monetaria es menor al encontrarnos con una coyuntura en la que en las actuales presiones inflacionistas están pesando principalmente los factores de oferta asociados a la crisis energética, el fuerte incremento de los precios de las principales commodities industriales, alimenticias y energéticas y los cuellos de botella, entre otros. Una combinación de factores que se ha visto agudizada con la guerra de Ucrania, y que van a persistir al no vislumbrarse el fin del conflicto bélico y ante la destrucción del tejido industrial y de las infraestructuras que está sufriendo Ucrania.
Ante este escenario, las subidas de tipos y el endurecimiento de las condiciones de financiación, junto al deterioro de la capacidad de comprar y la erosión de los márgenes empresariales, proyectan una ralentización del consumo y de la inversión del sector privado, y un creciente riesgo de recesión económica, especialmente a partir del cuarto trimestre de este año, y condicionado su grado a como evoluciones el escenario energético y alimenticio y la posible respuesta de Rusia a las nuevas rondas de sanciones. De ahí, que sea esencial el papel de los gobiernos para adoptar medidas que frenen la escalada de los precios basadas en el consenso y la colaboración público-privada”.
En su opinión, las actuales medidas del Gobierno, “no están facilitando el control de los precios, a la espera de que el tope del precio del gas pueda apoyar su moderación. Es importante tener en cuenta que nos enfrentamos a un incremento generalizado de las commodities a nivel global, y hay que tomar nuevas medidas y reformas estructurales encaminadas a evitar un mayor deterioro de la competitividad de la economía española. Sería deseable una rebaja de los impuestos directos y también un paquete de medidas consensuadas con las empresas para ver qué requiere nuestro tejido empresarial para afrontar el actual entorno de incertidumbre e inflación histórica. Todo ello unido a la urgencia de reeditar los Pactos de la Moncloa en el que se deben llegar a acuerdos tanto en torno a los salarios y pensiones como en las partidas de gasto público”.
Para Luciana Taft, consultora en el Área de Economía y Mercados de Afi, la reacción de los bancos centrales, “algo más intensa y rápida de lo que se esperaba hace algunos meses, va a contribuir a la moderación de la inflación, tal y como contemplamos en nuestro escenario central. Sin embargo, a pesar del enfriamiento de la demanda, el riesgo se mantiene al alza, al menos en el corto plazo, debido a la persistencia de los precios energéticos. De hecho, la revisión al alza en nuestras previsiones de inflación en el área euro obedece a este factor, mientras que hemos mantenido nuestras expectativas para el componente subyacente. El embargo el crudo ruso, que pretende disminuir la dependencia energética de Rusia, añade tensión al alza sobre la inflación en el corto plazo”.
Alicia Coronil: “Sería deseable una rebaja de los impuestos directos y también un paquete de medidas consensuadas con las empresas”
“La independencia energética es una transición que llevará tiempo y en la que España puede jugar un papel relevante”
Con respecto a la medida de topar el precio del gas, “en la propuesta ibérica inicial contemplamos que la medida podría llegar a reducir hasta en 1pp la inflación media anual. Sin embargo, en la última versión aprobada por Bruselas no está tan claro que el impacto se traduzca en una moderación de la tasa interanual de los precios, como consecuencia de que el coste de la medida se va a trasladar al consumidor final”.
Miguel Ángel Bernal, economista y profesor de la Escuela de la Fundación de Estudios Financieros (FEF), opina que en el caso de la Fed, “la situación es una inflación producida por un aumento del consumo y azuzado por la enorme oferta monetaria y de tipos bajos. Aquí la solución parece que puede basarse en dos actuaciones, subida de tipos de interés y reducción del balance de la Fed, es decir volver rápidamente a la ortodoxia de la política monetaria. Esta acción puede permitir en EE UU reducir la inflación, sin embargo el peligro radica en que pueda haber una recesión en aquel país.
En el caso del BCE la situación es diferente. En Europa la inflación es por un encarecimiento de los insumos, shock de oferta, ante esta situación poco o nada puede hacer la política monetaria. Eso sí no se puede mantener una política mentaría tan laxa, tipos de interés negativo y compra de activos, es necesario ir de forma más lenta que la Fed. Europa es dependiente de multitud de insumos para las manufacturas, además de la energía, algo que se agrava por la devaluación del euro frente al dólar dado que las materias primas se pagan en dólares. Una prueba de la complicación que esto supone lo vemos en la balanza comercial de la Unión Europea, en marzo la zona euro registró un déficit comercial de 16.400 millones de euros, en comparación con el superávit de 22.500 millones de un año antes.
Luciana Taft: “Nuestras estimaciones apuntan a que la deuda pública española continúe subiendo tanto en 2023 como en 2024”
“Europa se encuentra en una peor posición cíclica en comparación con EE UU en donde el choque a la confianza no está siendo tan significativo”
Además Europa tiene un grave problema con el déficit público de algunos países, como España con un déficit estructural del 4%, y la elevada ratio de los países periféricos de deuda pública sobre PIB. El final del compras de activos, especialmente deuda pública, nos lleva a ver los problemas acaecidos hace diez años y las primas de riesgo de la tercera y cuarta economía del área, Italia y España respectivamente.
Por último la normalización del balance de la Fed puede complicar la situación de las monedas de países emergentes, así como activos de alto riesgo como los bonos high yield o las controvertidos criptoactivos”.
Juan E. Iranzo, director de ArmadatA, indica que “es la primera vez en la historia que la curva de tipos de los bancos centrales, está absolutamente desfasada de la inflación, por lo que las medidas muy moderadas no evitaran mayores tensiones en los precios; como mucho mitigaran. La inflación actual tiene un componente estructural creciente vinculados a los crecientes costes medioambientales. La subida de tipos, en cualquier caso penalizará la inversión, el consumo y encarecerá las hipotecas. Pero sobre todo aumentará el pago de intereses de la deuda pública; será más gasto y déficit”.
Considera que la “subvención de los hidrocarburos ha sido superada por la subida de los precios energéticos, con lo que el IPC en mayo, ha subido al 8,7%. Habría que haber reducido sus impuestos”.
En cuanto a si es necesario hacer cambios estructurales, Santiago Carbó considera que las reformas estructurales son “absolutamente necesarias porque hacen crecer la economía y liberan de cargas enormes. Indica que, más que a un control presupuestario hay que volver a una senda de ajuste fiscal que sea creíble para que el mercado lo entienda bien ya que las compras del BCE de nuestra deuda en España, Italia, etc, están cesando y no queremos que la prima de riesgo se nos vaya de una manera muy elevada”.
Miguel Ángel Bernal: “Europa tiene un grave problema con el déficit público de algunos países, como España con un déficit estructural del 4%,
“La normalización del balance de la Fed puede complicar la situación de las monedas de países emergentes”
En relación a si España está conteniendo mejor que otros países los efectos económicos de la guerra, considera que no es que los esté controlando mejor sino que nos impactan menos, “porque estamos más lejos y porque en temas de gas o en temas más críticos no eran nuestros proveedores. Los efectos de la guerra si se notan, en los suministros de energía en general en todo el mundo, también la política cero Covid de China que con cierta frecuencia genera confinamientos y se para la producción industrial, son situaciones complicadas”.
Alicia Coronil considera que en estos momentos de “elevada incertidumbre y en el que la reducción del déficit y los niveles de deuda se explican por el efecto de la recuperación económica y de la inflación en máximos históricos, el repunte de la recaudación no es de carácter estructural, y deberíamos comenzar a diseñar una senda de consolidación fiscal ante la debilidad que representa para nuestra economía los elevados niveles de endeudamiento público y de déficit estructural, especialmente si se produce un escenario de fragmentación financiera en Europa. Debemos abordar no sólo una reforma fiscal diseñada para ampliar las bases imponibles y la competitividad de la economía española, sino también adoptar medidas de eficiencia del gasto público, con un mayor grado de unidad de mercado entre los diferentes niveles de la Administración y reformas de calado en el sistema de pensiones.
Indica que España “afronta un repunte de la inflación que continúa superando a la media de la Eurozona, mostrando también una aceleración de las tasas de inflación subyacente respecto a otras importantes economías como Italia y Francia. Todo ello unido al significativo aumento de los precios industriales, que ponen de manifiesto los riesgos crecientes sobre la competitividad de España y el dinamismo de nuestro sector exterior, que fue clave para afianzar la recuperación tras la crisis financiera global y de deuda soberana”.
Luciana Taft señala que “Europa recientemente ha pospuesto el ajuste fiscal pendiente, por lo menos hasta 2024, en el marco del anuncio de RePowerEU, que pretende acelerar el desenganche de la energía rusa hacia 2027, lo que supone la utilización de recursos públicos adicionales. Así, nuestras estimaciones apuntan a que la deuda pública española continúe subiendo tanto en 2023 como en 2024.
Juan Iranzo: “España también está sufriendo con intensidad la crisis con lo que el crecimiento del PIB este año difícilmente superara el 3,5% y la inflación media superará el 7%”.
“Es la primera vez en la historia que la curva de tipos de los bancos centrales está absolutamente desfasada de la inflación”
Dado que una parte significativa del déficit público recae en las pensiones, la situación actual no garantiza la sostenibilidad de la deuda pública, que requerirá de reformas estructurales de mayor calado”.
Considera que en materia de inflación, “España no parece estar en mejor posición que sus socios del área euro. Y recientemente empieza a preocupar una inflación subyacente con más tensiones de las que anticipábamos (riesgo de efectos de segunda ronda y desanclaje de expectativas)”.
Para Miguel Ángel Bernal, “se necesitan fuertes reformas y estabilizar las cuentas públicas de algunos países, así como un plan de saneamiento de las finanzas públicas de Italia y España. El nivel de déficit y el peso de la deuda pública de ambos países son difíciles de solucionar en un breve plazo, ahora bien hay que hacerlo con la vista puesta en el medio plazo. No se trata, principalmente de recortar, si de buscar mecanismos para que el gasto público se realice con eficiencia.
Aquí en España la fragmentación del mercado por comunidades autónomas, alzas de impuestos de forma directa o indirecta, una reforma del mercado laboral que no se más que una actuación para enmascarar la situación del mismo, sostenibilidad de las finanzas públicas y financiación de CC AA, pensiones y esquema definitivo de su viabilidad fuera de posturas partidistas, diseño energético, replantearse la desfocalización de insumos básicos, educación ligada a la empleabilidad son algunas de las reformas.
Considera que España se está enfrentando a los efectos económicos de la guerra peor que otros países, “la prueba está en pérdida de productividad, el desempleo, el déficit público, un crecimiento económico que se revisa constantemente a la baja, una inflación desbocada y muy preocupante, una demolición de la clase media, un futuro muy incierto para nuestro jóvenes”.
Para Juan Iranzo, “resulta fundamental reducir el gasto público, establecer limitaciones al déficit y elaborar Los Presupuestos en base 0”.
En cuanto a una posible recesión, Santiago Carbó cree que no se puede descartar, aunque “al día de hoy no parece que vaya a ocurrir en el corto plazo, pero evidentemente va a depender mucho de hasta donde lleguen los tipos de interés, si eso afecta a muchas empresas muy endeudadas, que serían las que lo pasarían peor, y a partir de ahí se podría ir viendo. En EEUU todo el mundo habla de recesión pero está por ver que pueda producirse, que vaya a ocurrir, hay algunos países que es posible que puedan entrar en recesión porque están siendo más afectados por todo lo que está ocurriendo con la guerra en Ucrania pero no está confirmado, aún se prevé un crecimiento este año”.
Para Alicia Coronil, “el riesgo de una recesión tanto en Europa como en EEUU es creciente, especialmente a partir de comienzos de 2023. La coyuntura económica está sujeta a grandes incertidumbres globales no sólo asociada a las implicaciones de la guerra de Ucrania sobre el precio de las commodities, la crisis energética y la crisis alimenticia, sino también por la desaceleración de China que representa un 30% de la aportación al crecimiento mundial. Todo ello en un contexto en el que se está produciendo un fuerte deterioro de la confianza de los hogares y empresas ante la pérdida de capacidad de compra, erosión de los márgenes empresariales y el endurecimiento de las condiciones financieras. Sin olvidar que hemos entrado en este entorno que presenta debilidades tras la recesión provocada por la pandemia, como es el incremento del endeudamiento público y privado y, adicionalmente, en el caso de España sin haber logrado una recuperación económica completa”.
En cuanto a que escenario nos depara el segundo semestre, indica que “veremos dos comportamientos opuestos. En este sentido, en el tercer trimestre veremos un repunte de la actividad apoyada en el aumento de la demanda de servicios y un buen comportamiento del sector turístico, pero a partir del cuarto trimestre en una coyuntura marcada por elevados niveles de inflación, de desacoplamiento energético, etc se observará una significativa moderación de la actividad y podríamos estar en la antesala de una recesión económica”.
Luciana Taft, señala que no contemplan un escenario de recesión en su escenario central, “aunque el crecimiento será más moderado que el proyectado inicialmente (persistencia de cuellos de botella, desaceleración China, drenaje de inflación sobre consumo, restricciones de las condiciones financieras). Europa se encuentra en una peor posición cíclica en comparación con EE.UU. en donde el choque a la confianza no está siendo tan significativo (menor efecto directo de la guerra, ausencia de dependencia energética)”.
Indica que “en los países más dependientes de servicios, como es el caso de España, se espera que la actividad se mantenga sólida en 2T y 3T en el período estival (sector turismo con crecimiento muy robusto). Aunque los fundamentales apuntan a que, una vez pasado el verano, los factores de soporte irán mermando, ocasionando una desaceleración en el crecimiento”.
Miguel Ángel Bernal, cree que de producirse una recesión en EEUU “sería menos intensa y corta que en Europa. Aquí será más duradera y previsiblemente más larga dada la situación de debilidad de Europa frente a la primera economía mundial.
En cuanto a previsiones, indica que una inflación alta “y como mínimo un estancamiento de la actividad siempre es una situación muy compleja y de difícil solución. Esta vez ya no vale la actuación de los bancos centrales, vemos a la encrucijada que nos han llevado, hay que adoptar medidas de ajustes fiscales, reformas y transformaciones que no se llevan a cabo de un día para otro”.
Juan Iranzo considera que “EEUU puede entrar en recesión este trimestre, debido al sector exterior. España también está sufriendo con intensidad la crisis con lo que el crecimiento del PIB este año difícilmente superara el 3,5% y la inflación media superara el 7%”.
Cree que “es posible que el turismo exterior impulse el crecimiento durante el tercer trimestre, si bien la incertidumbre mantendrá al consumo privado muy debilitado”.
Independencia energética, no a corto plazo
La independencia energética no es posible en el corto plazo, coinciden los expertos, para Santiago Carbó“necesitaríamos más nuclear, y sobre todo a medio plazo las renovables pueden facilitar que seamos más independientes energéticamente, pero a corto plazo es complicado.
Alicia Coronil opina que “la independencia energética es una transición que llevará tiempo y en la que España puede jugar un papel relevante dada su posición geográfica, su potencia en energía renovables, su papel en la regasificación y distribución de gas e hidrógeno a futuro y el liderazgo de las empresas del sector. De ahí que sea clave el avanzar en la construcción y despliegue de las interconexiones, y en el éxito de los planes Next Generation UE”
Luciana Taft explica que “en términos geográficos, la dependencia española está más ligada al norte de áfrica. Aunque la UE apuesta por las renovables, el peso aún es muy reducido y la dependencia de las energías fósiles llevará tiempo”.
Para Miguel Ángel Bernal “no se puede cambiar el modelo energético de un día para otro, se necesita un tiempo para realizar la transformación energética. La Comisión Europea ha corrido demasiado sin tener presente que se necesita tiempo, además de una fuerte inversión, su empeño y decisión es loable pero está alejado de la posibilidad de realizarlo a corto plazo.
No solo es España, Alemania ha querido hacer una transición totalmente alocada en el tiempo y en la forma, ahora estamos viendo las consecuencias de aquellas apresuradas decisiones. Tampoco se puede tener un proveedor básico en el suministro de gas o petróleo, es necesario diversificación”.
Juan Iranzo indica que “es necesario mejorar el grado de autoabastecimiento energético, por lo que hay que permitir explotar nuestros recursos propios, uranio, gas y petróleo; asimismo es necesario alargar la vida útil de nuestras centrales nucleares”.