Desayunos Económicos / A.S.A. ■
Sobre la mesa de Los Desayunos de El Nuevo Lunes, los planes anticrisis aprobados por el Gobierno, el crecimiento del 5,5% con el que España cerró 2022 y que supera los pronósticos de los principales organismos económicos y del propio Ejecutivo, y la posibilidad cada vez más evidente de que al menos en el primer semestre del año escaparemos de la recesión… con permiso de la escalada de la inflación, especialmente de la subyacente, que es la que más preocupa a los expertos. De todos estos asuntos han debatido en esta ocasión Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas; María Romero, socia directora de Economía en AFI; Juan Iranzo, director de Armadata; Alicia Coronil Jónsson, economista jefe de Singular Bank; Juan Pedro Marín Arrese, economista; Miguel Ángel Bernal, socio fundador de Bernal & Sanz Bujanda, y Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM.
El Congreso daba luz verde, hace poco más de una semana, al tercer real decreto-ley para hacer frente a la crisis energética y a unos precios en máximos agravados por la invasión rusa de Ucrania, con un impacto de 10.000 millones de euros. Aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 27 de diciembre, ha sido convalidado con el respaldo de una amplia mayoría parlamentaria.
El tercer paquete de medidas prorroga buena parte de las adoptadas en marzo y en junio a través de los otros dos textos legislativos a las que se añaden otras nuevas iniciativas como, la rebaja del IVA del 4 % al 0 % en buena parte de los alimentos de primera necesidad, una nueva ayuda de 200 euros destinada a familias vulnerables, la prórroga de la reducción del 30 % del transporte público urbano e interurbano, la rebaja de los impuestos de electricidad y gas durante 6 meses más, la congelación del precio de los alquileres también otros 6 meses y el incremento del 15% del Ingreso Mínimo Vital y de las pensiones no contributivas.

Santiago Carbó: “Sería bueno saber qué impacto han tenido los fijos discontinuos, independientemente de la polémica, para que el mercado de trabajo se haya mantenido bien”
En este sentido, les hemos preguntado a los expertos que han participado en esta nueva edición de Los Desayunos Económicos de El Nuevo Lunes si los tres planes anticrisis están funcionando y, hasta qué punto son responsables, de que España puede esquivar la recesión.
“Es cierto que la excepción ibérica ha contribuido a moderar las presiones sobre los precios energéticos”, señala Alicia Coronil Jónsson, economista jefe de Singular Bank, “sin embargo la evolución de la inflación subyacente y el último repunte de la general claramente nos señalan que son medidas que no están teniendo eficacia porque no contribuyen a que las empresas, que en nuestro país son especialmente micro y pequeñas, puedan sortear estas presiones inflacionistas y evitar trasladar el repunte de los costes de producción a los consumidores finales. Sería necesario tomar medidas de oferta”
Tampoco están funcionando para Juan Iranzo, director de Armadata, para el que los planes anticrisis, “no favorecen la lucha contra la inflación y limitan el potencial de crecimiento por el incremento inadecuado de la presión fiscal”.
Sin embargo…“sí ha funcionado y contribuido a contener este componente de la cesta de la compra (IPC), el mecanismo ibérico de límite al precio del gas para determinar el de la electricidad”, opina María Romero, socia directora de Economía en AFI para la que en estos momentos, el efecto base y la moderación del precio del gas en los mercados financieros (por las mejores condiciones meteorológicas) ha contribuido a reducir las presiones inflacionistas y a hacerlo con mayor intensidad que otros países europeos (donde no se ha aplicado).
Juan Iranzo: “La mayor parte del crecimiento del PIB en 2022 se generó un año antes; por lo que se ha provocado un efecto arrastre del 2021, que tuvo un perfil de menos a más”
“La contención del precio de este insumo ha favorecido también la continuidad de la producción del tejido empresarial, especialmente, de aquel que más necesita de este insumo para mantener su actividad (industria manufacturera, eminentemente, entre la que destaca la extractiva y la química). La más reciente, que tiene que ver con la reducción del IVA a una relación de alimentos (elaborados y no, que en total representan el 10% de los bienes y servicios que consumimos habitualmente), no pensamos que vaya a moderar significativamente la inflación. Nuestra estimación es que apenas reducirá en 3 décimas la general y en 2 la subyacente en 2023, si lo comparamos con un escenario sin medida”.
Los planes no han ejercido un impacto apreciable”, asegura Juan Pedro Marín Arrese, economista y profesor del IEB (UCM, “salvo en lo que respecta a las cifras de paro por la clasificación sistemática como empleados de la creciente legión de fijos discontinuos”.
Un asunto, el de los fijos discontinuos, que Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas, destaca y para el quesería bueno saber qué impacto, independientemente de la polémica, han tenido para que el mercado de trabajo se haya mantenido bien. Respecto a las medidas y su eficacia, señala que se han adoptado sobre todo para potenciar el crecimiento “aunque la mayoría son inflacionarias”.
Carbó asegura, no obstante, que “nosotros, igual que Portugal, hemos podido amortiguar el impacto en los precios con el tope al gas”.
María Romero: “No pensamos que la reducción del IVA a una relación de alimentos, elaborados o no, vaya a moderar significativamente la inflación”
En este sentido Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, UCM, señala que, gracias a la excepción ibérica, los precios de la energía se han reducido y la inflación en España es más baja que en el resto de Europa. “Las ayudas directas a empresas más afectadas por la inflación y a las familias vulnerables han permitido estimular la demanda. Todas estas medidas han permitido esquivar la recesión en España”.
Al menos, en el primer semestre del año, según las estimaciones que manejan distintos organismos nacionales e internacionales. Sin embargo, precisa María Romero, “aunque el PIB del cuarto trimestre de 2022, haya crecido trimestralmente, esconde también detalles que son negativos, sobre todo, para anticipar la continuidad de la mejora de la actividad económica. El dato más destacable tiene que ver con el consumo de los hogares, que se redujo un 1,8%. Había indicadores adelantados del trimestre que anticipaban un comportamiento mejor del consumo privado o no tan malo, como las ventas minoristas, las ventas de grandes empresas o, incluso, la recaudación por IVA. Sin embargo, parece que la inflación y la persistente pérdida de poder adquisitivo está afectando negativamente a las decisiones de los hogares”.
“Las previsiones no contemplan un escenario de recesión”, explica Alicia Coronil, “pero no deberíamos descartar una contracción del PIB en la primera parte del año dada la negativa evolución de la inflación subyacente en nuestro país y la caída del consumo y de la inversión en nuestro país. La menor demanda interna, explicada por la pérdida de poder adquisitivo, los menores márgenes empresariales y la subida de tipos de interés, se unen a una menor demanda externa”.
Alicia Coronil: “Sobre el dato de PIB, hay que destacar la revisión al alza del INE del ritmo de crecimiento de los tres primeros trimestres y la recuperación del sector turístico y exportador”
Para Miguel Ángel Bernal, socio fundador de Bernal & Sanz Bujanda, hay muchos interrogantes e incógnitas sobre la situación.
“Existe una gran inestabilidad política, las elecciones están muy próximas y veremos que ocurre. Además, la llegada de los fondos NG está sometida a condicionalidad y ya ha habido llamadas y toques de atención a nuestro país.
La otra duda para Bernal es lo que pueda ocurrir con la deuda pública española ya que el BCE va a seguir endureciendo su política monetaria “tanto en tipos como en actuaciones menos ortodoxas con compras de activos”.
Mónica Melle señala que todo depende del comportamiento de la demanda externa, y de un eventual cambio de actitud frente al riesgo por parte de las familias y de las empresas europeas. “Ante el continuo y rápido encarecimiento de los alimentos, el consumo se retraerá en el primer semestre, y la demanda interna está abocada a la atonía”.
No obstante, argumenta que en primavera es previsible que se aprecie cierta moderación en los precios de los alimentos, gracias a la rebaja de la factura eléctrica, la reducción del precio del petróleo, la normalización de algunas materias primas y previsiblemente las mejores cosechas durante este año. “Siempre y cuando las empresas de distribución comercial moderen al propio tiempo sus márgenes empresariales”.
Juan Pedro Marín Arrese: “Si bien la inflación ‘headline’ tiende a remitir, la inflación subyacente se va a mantener bastante tiempo más en niveles incompatibles con la estabilidad de precios”
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tendrá que estar vigilante para que se cumpla lo dispuesto en el BOE sobre el traslado a los consumidores de la reducción impositiva del IVA y no a la mejora de los márgenes comerciales. Las grandes cadenas de distribución, que consolidan más del 40% del consumo doméstico, “tienen una gran responsabilidad en ello, la CNMC en el control de la correcta aplicación de la rebaja del IVA también, y el Gobierno en su competencia sancionadora y fiscal si fuese necesario aplicarla”.
Respecto a la propuesta de topar los precios de una cesta de alimentos, “las grandes empresas de distribución podrían de forma voluntaria por responsabilidad social y mejora de su reputación, fijar precios reducidos para una cesta de productos básicos”.
Considera Marín Arrese, en este sentido, que el control de precios es incompatible con los principios de economía de mercado que rigen en la Unión Europea. “Sólo una competencia abierta permite vaciar los mercados al precio más bajo. Algo a lo que contribuyen los supermercados y grandes superficies para beneficio de los consumidores. El ala morada del Gobierno prefiere ignorarlo y abrazar la demagogia como banderín de enganche”.
Añade Alicia Coronil Jónsson que, en esta coyuntura, “es importante medidas que apoyen al tejido industrial y a la cadena de distribución a mejorar su capacidad de hacer frente al repunte de los costes de las materias primas, al mismo tiempo que analizar una rebaja de los impuestos directos para compensar la pérdida de capacidad de comprar y la erosión de los márgenes empresariales.
La inflación que más preocupa
La aceleración de la inflación subyacente es la que más preocupa, efectivamente, porque, según los expertos, es la más complicada de moderar. “Hasta ahora”, opina María Romero, “los salarios no han presionado la estructura de costes empresariales como podría haber ocurrido a juzgar por las presiones inflacionistas. La pérdida de las cláusulas de garantía salarial en muchos convenios colectivos y el anclaje de expectativas de los agentes explican, entre otros, esta moderación. Sin embargo, sería necesario alcanzar el ansiado acuerdo o pacto de rentas, pues, sin duda, será el elemento que marque la evolución de la inflación.
Miguel Ángel Bernal: “La ratio de crecimiento es buena. Sin embargo, deja un sabor agridulce ya que, cuando se escarba y se analiza detalladamente, la visión no es muy positiva”
En Afi, esperamos que la remuneración de asalariados se eleve un 4% anual este año, a diferencia del año anterior, que se mantuvo por debajo del 3%. Un crecimiento también modesto si se tiene en cuenta la referencia de la inflación, pero claramente superior al observado hasta ahora. La inflación pasará, por tanto, de tener un componente importado bastante importante a tener un corte más doméstico este año”.
Santiago Carbó aprecia, en el dato de inflación, los efectos de segunda ronda por el impacto de los salarios. “Es más necesario que nunca llegar a acuerdos trasversales, no solo en el SMI, sino también sobre la evolución salarial en los próximos años. Debe haber garantías de que no se pierde poder adquisitivo, pero también que no se generen efectos no deseados o explosivos de segunda ronda. En este sentido, hemos perdido la oportunidad de sacar adelante un pacto de rentas”.
“Si bien la inflación ‘headline’ tiende a remitir por el retorno de los precios energéticos a la casilla de salida, tras la brusca subida alimentada por la especulación”, señala Juan Pedro Marín Arrese, “la subyacente se mantendrá bastante tiempo en niveles incompatibles con la estabilidad de precios. Esto refleja, en buena medida, dos factores confluyentes: en primer lugar, el intento de todos los sectores más perjudicados por la crisis en recuperar las pérdidas incurridas; en segundo lugar, el hecho incuestionable de que las alzas de precios no disuaden todavía a los consumidores de vaciar la oferta, gastando sin duda el ahorro forzoso acumulado en la pandemia”.
En este escenario, “poco se puede hacer para frenar la inflación. Ni la política monetaria sirve de freno a una inflación de oferta ni cabe arbitrar medidas intervencionistas en mercados tan abiertos y variados como el de la alimentación. La inflación se irá como vino, por su propio pie”.
Crecimiento del 5,5% en 2022
Habrá que esperar una corrección de los precios en los próximos meses en un contexto de crecimiento positivo para España que creció un crece un 5,5% en 2022 y supera los pronósticos de los principales organismos económicos y del propio Gobierno. ¿Cómo lo interpretamos?
“La economía española ha resistido bastante bien” opina Santiago Carbó. Y aunque quedan muchos retos…”ha sorprendido el crecimiento del 5,5%, que nadie esperaba, aunque el consumo parece perder fuerza”.
Mónica Melle: “Ante el rápido y continuo encarecimiento de los alimentos, el consumo se retraerá en el primer semestre, y la demanda interna está abocada a la atonía”
“Efectivamente, se baten pronósticos”, dice María Romero, “y la lectura es positiva, ya que, si retrocedemos al pasado verano, las perspectivas para el cierre de año (4T22) eran negativas. Finalmente, según la estimación del INE, España ha logrado esquivar la caída trimestral del PIB, al crecer un 0,2% trimestral. Hay que destacar también dos aspectos que están detrás de la tasa anual: la mayor parte de ese crecimiento anual venía del empuje (efecto arrastre) del 2021, de hecho, teníamos ya garantizados 3pp de crecimiento este año solo por eso el perfil trimestral distingue claramente el 2T como el que explica el grueso del crecimiento de este año, el 1T fue flojo, como también lo han sido el 3T y 4T.
Una visión que comparte Juan Iranzo quien asegura que la mayor parte del crecimiento del PIB, se generó un año antes por lo que se ha provocado un efecto “arrastre” del 2021, que tuvo un “perfil de menos a más”.
Alicia Coronil destaca que entre los factores que han contribuido está la revisión al alza del INE del ritmo de crecimiento de los tres primeros trimestres, la positiva recuperación del sector turístico y exportador en su conjunto y el hecho de que no se haya producido un agravamiento de la crisis energética este invierno. “En este sentido, debemos interpretarlo bajo el contexto de la reapertura económica, el tono expansivo de la política fiscal y el impacto `positivo del mercado laboral y de la resiliencia de la actividad en el conjunto de la Eurozona”.
No son buenas, para Miguel Ángel Bernal, la lectura y evolución de los diferentes sectores, ya sea por demanda, oferta o renta. “Se percibe una ralentización en todas las partidas, especialmente en la demanda privada que es la que más suma al crecimiento. La formación bruta de capital, indicador adelantado, no es nada buena más bien mala. La principal aportación viene por el sector exterior donde a pesar de un menor crecimiento, este freno se debe en buna parte al incremento de los precios de carburantes y gas a la que nos hemos visto sometidos. El dato deja un regusto agridulce la ratio de crecimiento es buena, sin embargo, cuando se “escarba” y se analiza detalladamente la visión no es muy positiva”.
Mónica Melle atribuye este fuerte crecimiento de 2022 “en parte a factores como el tirón de las exportaciones por la competitividad de la economía española y por las inversiones derivadas de los fondos europeos. También se explica por el rebote del consumo, que se ha basado en el ahorro acumulado durante la pandemia, y que en el último trimestre muestra agotamiento. Si bien parece que toma el relevo el consumo público, por el aumento del gasto público al poner en marcha las medidas anti-inflación”.
Talón de Aquiles: Debilidad del consumo privado y unos fondos europeos que no terminan de despegar
2023 se acaba de estrenar. Doce meses por delante marcados por las incertidumbres económicas y geopolíticas, por la necesidad de escapar a la recesión y de encontrar la senda de la recuperación. Todo ello aderezado con las citas electorales que España tiene por delante.
El crecimiento económico con el que se ha cerrado 2022 ha sido mejor de lo esperado, el mercado laboral parece que de momento mantiene su fortaleza, la inflación sigue alta pero alejada de los dos dígitos (aunque como ya han asegurado los expertos preocupa la subyacente) y habrá que estar atentos al efecto de las rebajas de IVA en la alimentación además del impacto que puedan tener unos presupuestos ultraexpansivos.
Sin embargo, el talón de Aquiles de nuestra economía hay que buscarlo en “la debilidad del consumo privado (por la persistencia de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo) y malas perspectivas para la inversión (de hecho, encadena dos trimestres con caidas trimestrales y esperamos que haya más), en un contexto de incertidumbre y endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación. Los fondos europeos NGEU pueden impulsar este segundo componente del PIB, pero su aportación al crecimiento se antoja, de momento, modesta, por el retardo que a día de hoy se acumula en la implementación, ejecución e impacto efectivo en la actividad económica. Este año, además, sucede que es el último para poder solicitar y aprobar fondos, aun cuando el plazo para ejecutar los proyectos pueda extenderse, según el proyecto, hasta 2026”, señala María Romero.
Para Juan Iranzo, y desde el punto de vista de la oferta, “es el sector industrial, el que está mostrando, más problemas; sin embargo, los servicios están en una mejor situación. Insiste Iranzo en que, desde la perspectiva de los desequilibrios, “la inflación es nuestra principal incertidumbre”.
Alcial Coronil señala que el talón de Aquiles se aprecia en la mayor moderación de la demanda interna en un contexto de persistencia de las tensiones inflacionistas y un marco de políticas económicas en el que siguen sin realizarse reformas estructurales de oferta que permitan elevar la productividad y apoyar a nuestro tejido empresarial.
Reformas estructurales a las que también se refiere Migue Ángel Bernal que añade, además, “un marco jurídico de gran inseguridad que frena la llegada de inversión; una asfixiante fiscalidad que ha convertido a nuestro país en un infierno fiscal; un estructura económica que sigue anclada en sectores de bajo valor añadido; una preocupante falta de cintura para obtener los fondos Next Generation (NG); una reforma energética alocada y sin tener presente las necesidades; fragmentación del mercado interior debido a las comunidades autónomas; una fuerte crisis a nivel internacional y sobre todo de nuestro principales socios; un incremento de los precios de la energía a lo que hay que añadir que entramos en fase electoral”.