Los Desayunos de El Nuevo Lunes / A. S. A. ■
Será en verano cuando el BCE suba los tipos de interés. Su presidenta, Christine Largarde, ha sido más clara tras la pasada reunión del Consejo de Gobierno del BCE, y se ha decantado más abiertamente por el principio del verano. “La tarea del Banco Central Europeo es la estabilidad de precios”, explicaba. Y es que la escalda de vértigo de la inflación ha devuelto el poder a los halcones y, lo que hace unos meses parecía imposible que sucediera este año, finalmente va ocurrir. Se trata de la normalización monetaria, sobre la que han hablado los economistas que han participado en Los Desayunos de El Nuevo Lunes. “El mandato del Banco Central Europeo le exige volver a una cierta normalización monetaria. Por eso tiene que actuar”, aseguran, “y no lo debería posponer mucho para que no le sobrepasen los acontecimientos”. La guerra de Ucrania ha acelerado “esta normalización” al incrementar las tensiones inflacionistas vinculadas al precio de la energía y otras materias fundamentales, tanto industriales como alimenticias. Opinan los expertos que los bancos centrales transitan claramente muy por detrás de la inflación “y, en concreto, el Banco Central Europeo, no ha tenido necesidad de luchar en el pasado contra aumentos importantes de precios”
La implacable subida de la inflación ha devuelto el timón a los ‘halcones’ tras muchos años de dominio de las ‘palomas’ en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo.
Así que, lo que hace unos meses parecía teóricamente imposible va a ocurrir finalmente este mismo año. Es decir, que Christine Lagarde podría anunciar una subida de tipos en verano, quizá en el mes de julio, y dar un acelerón al proceso que se ha dado en llamar “normalización monetaria”, y que consiste en dejar atrás la era de los tipos negativos.
“El mandato del Banco Central Europeo le exige volver a una cierta normalización monetaria. Tiene que actuar y no lo debería posponer mucho para que no le sobrepasen los acontecimientos. Es la única manera de parar esta inflación con todas las herramientas que tiene la economía…en el ámbito fiscal, en el ámbito de rentas y, por supuesto, en el ámbito monetario”, señala Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas para añadir que, previsiblemente, la subida se realizará en verano, en julio “aunque se desconoce el ritmo y la intensidad”.

Santiago Carbó: “El mandato del BCE le exige volver a una cierta normalización monetaria. Tiene que actuar y no lo debería posponer mucho para que no le sobrepasen los acontecimientos”
“Se puede notar una subida de las primas de riesgo. Para eso habrá que crear otro esquema por el que los países se tendrán que comprometer a un horizonte de ajuste fiscal, o algo similar”
Es una fecha que también baraja María Romero, socia directora de Economía de AFI. “En Afi esperamos que la primera subida de la facilidad de depósito se produzca en el consejo de gobierno del BCE de julio, hemos revisado nuestras previsiones (anticipo de primera subida), como consecuencia de la deriva reciente de la inflación en el área euro y las últimas declaraciones de algunos miembros del consejo de gobierno”.
“El BCE, por boca de Guindos, ya ha anunciado que no es descartable una subida de tipos para el verano… si bien las previsiones nos hablan también del otoño”, explica Miguel Ángel Bernal, profesor de la Fundación Estudios Financieros. “En todo caso dependerá de la evolución de la inflación, un tema que está muy unido la guerra. Aun así, creo que hasta que no finalice la compra de activos no subirá tipos, no parece tener mucho sentido”.
Para Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank, los tipos comenzarán su escalada al alza a partir del mes de julio, “de forma cohesionada y con la vista puesta en cómo evoluciona la coyuntura económica, especialmente una vez finalizado el tercer trimestre y ante los retos e incertidumbres sobre la situación de la energía en Europa de cara al próximo invierno”.
Y es que, el conflicto de Ucrania, opina la experta, ha acelerado la normalización de la política monetaria al incrementar las tensiones inflacionistas vinculadas con el precio de la energía y otras materias clave tanto industriales como alimenticias.
Juan E. Iranzo, director de ArmadatA considera que los bancos centrales transitan claramente muy por detrás de la inflación.
“La última vez que el IPC norteamericano superó el 7,6% los tipos de la Reserva Federal se situaron en el 15%, mientras que actualmente, con una inflación similar, están en el 0,5%, y aunque seguirán elevándose a lo largo ya de este año, es difícil que superen el 3% al finalizar el presente año”.
Iranzo argumenta en este sentido que, el Banco Central Europeo, no ha tenido necesidad de luchar en el pasado contra los aumentos importantes de precios desde su constitución, “sin embargo, a pesar de que su estatuto establece claramente que su único objetivo es el de garantizar la estabilidad de precios, en los últimos años ha aplicado una política monetaria ultra expansiva, que ha situado los tipos en el 0, que sigue manteniendo, a pesar de que el IPC medio de la UEM ha subido hasta el 7,5% en marzo, en términos interanuales”.
María Romero: “Hemos revisado nuestras previsiones, como consecuencia de la deriva reciente de la inflación en el área euro, y esperamos que la primera subida de la facilidad de depósito se produzca en julio”
“La guerra y sus consecuencias han provocado una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico en el área euro, de la que España no ha quedado ajena o al margen”
Además, “los miembros más ortodoxos del Consejo de Gobierno argumentan que es necesario elevar inmediatamente los tipos de interés que posiblemente sitúen en el 1%, al finalizar el presente año, lo que resulta muy insuficiente, y poner fin a las compras netas de bonos”.
Fin a la compra de papel
“Así que, que el primer paso hacia la normalización consistirá en poner fin a la compra de papel y que el tipo de descuento a las imposiciones en el BCE, dejen de ser negativos”
“La gran preocupación es precisamente esta”, añade Santiago Carbó, es decir, “lo que va a pasar con las compras de deuda soberana porque se están retirando lo estímulos en un contexto inflacionario y de subida de tipos. Se puede llegar a notar un cierto encarecimiento de la deuda soberana o una subida importante de las primas de riesgo. Para eso habrá que crear otro esquema, otro mecanismo por el que los países se tendrán que comprometer a un horizonte de ajuste fiscal, o algo similar”.
En este escenario de aceleración acusada del nivel de precios, impulsada por el significativo encarecimiento de la energía y de los alimentos, en el que se observa también un progresivo aumento de la inflación subyacente, más acusado en el caso de España, “los principales bancos centrales”, señala Alicia Coronil, “van a acelerar la normalización de sus políticas monetarias para anclar las expectativas y evitar efectos de segunda ronda”.
“En el caso de la Eurozona, el BCE podría finalizar su programa de compras de activos a finales de este trimestre, y a partir de ahí iniciar hasta dos subidas de tipos. No obstante, éstas estarán condicionadas no sólo a la evolución de la inflación, sino también a la evolución de la economía real”.
“Las condiciones financieras han comenzado a endurecerse”, precisa Coronil, “lo que unido al deterioro de los elevados niveles de inflación sobre la renta disponible y los márgenes empresariales, ha supuesto una ralentización del consumo, que a corto plazo se apoyará en el ahorro embalsado durante la pandemia, y en la inversión y el ritmo de generación de empleo. Será clave que se produzca una moderación de los precios en los próximos meses para evitar un mayor impacto sobre la economía real y la competitividad de la economía española, que muestra una inflación general y subyacente mayor que las tasas de otras importantes economías de la Eurozona como Francia e Italia”.

Miguel Ángel Bernal: “España encabeza el índice de miseria, aquel que tiene en cuenta la inflación y el desempleo. En este índice en 2021 ya éramos el primer país de la OCDE, el problema es que se ha ampliado”
“Inflación y mayor carga fiscal restan capacidad de compra y pérdida de poder adquisitivo. Hasta el momento la recuperación se centraba en la demanda interna pero, ¿qué va a ocurrir ahora?”
Impacto en la economía real que se refleja “muy bien”, explica Miguel Ángel Bernal, este dato: España encabeza el índice de miseria, aquel que tiene en cuenta la inflación y el desempleo. “En este índice en 2021 ya éramos el primer país de la OCDE, el problema es que ahora se ha ampliado”. “No solo es la inflación, ¡tremenda!, sino también la fiscalidad”.
¿Cuál es la razón para no deflactar los tramos del IRPF cuando se está recaudando más? “La unión de inflación y mayor carga fiscal resta capacidad de compra, una tremenda pérdida de poder adquisitivo. Hasta el momento la recuperación se había centrado en la demanda interna, ¿qué va a ocurrir a partir de ahora?, en mi opinión una fuerte ralentización del consumo, por previsión de las familias”.
“Además”, añade Bernal, “se va a estrechar el acceso al crédito y se va a encarecer. Los datos de la Formación Bruta de Capital del PIB –indicador adelantado- son preocupantes”.
María Romero opina, en este sentido, que la guerra y sus consecuencias han provocado una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico en el área euro, de la que España no ha quedado ajena o al margen. “A pesar de ello, seguiremos creciendo por encima de nuestro potencial, según las previsiones del consenso (superior al 4% anual en 2022, cuando nuestro potencial es inferior al 2%). La subida de tipos de interés prevista contendrá más la inversión de las empresas / hogares (inmobiliaria) y, también, el consumo privado, como consecuencia de la mayor cuota que tengan que afrontar aquellos hogares que estén hipotecados. Esto se traducirá también en una mayor contención de la demanda doméstica”.
Alicia Coronil: “El BCE podría finalizar su programa de compras de activos a finales de este trimestre e iniciar hasta dos subidas de tipos que estarán condicionadas la inflación y a la evolución de la economía real”
“Junto las perspectivas de elevada inflación, sobre el sentimiento económico está pesando la elevada incertidumbre económica y geopolítica que lastran el consumo y la inversión”
Efectos de segunda ronda
Además de no perder vista los niveles de inflación, que se encuentra en máximos de toda la historia en la Eurozona, triplica con creces el objetivo del BCE y acumula nueve meses consecutivos rebasando el 2% que tiene como meta el banco central, Lagarde está muy pendiente de los efectos de segunda ronda aunque, ha comentado recientemente, que no ve demasiado problema en esta sentido, al menos, aquí en Europa porque se trata de una economía no recalentada como la americana, sobre todo en lo que respecta a su mercado laboral.
El director de Estudios Financieros de Funcas coincide con la presidenta del BCE en que, los efectos de segunda ronda “que ya han llegado”, se dejan notar sobre todo en Estados Unidos, país que tiene un mercado de trabajo “a pleno empleo”. “De lo que habrá que estar pendiente, aquí en España, es de la subida de los salarios que contemplarán los convenios para el año que viene”.
Por su parte, el profesor de la Fundación Estudios Financieros, considera que hay una lógica en la preocupación por una “segunda ronda” en cuanto a la elevación de salarios y pensiones –en España las pensiones están indexadas a la inflación-, lo que tendrían un efecto indeseable, aumentaría aún más la presión sobre los precios”.
“La inflación subyacente y los efectos de segunda ronda”, explica María Romero, “están más controlados en área euro que en EEUU. Allí la inflación no es solo de oferta, sino de demanda. Eso justifica una más temprana reacción de la Fed que del BCE. Eso no significa que no sea necesario actuar en área euro para anclar las expectativas de inflación a medio y largo plazo”.
“Es vital que las autoridades monetarias anclen las expectativas de inflación”, dice la economista jefe de Singular Bank, “y eviten efectos de segunda ronda para esquivar una espiral inflacionista que pueda condicionar las perspectivas de crecimiento a largo plazo y generar un endurecimiento mayor de las condiciones financieras ante los elevados niveles de endeudamiento que presentan los Estados y el sector privado tras el impacto inicial de la pandemia”.
Y es que, estamos asistiendo a un grave deterioro de la confianza de empresas y consumidores por el alza de los precios. “Una drástica reducción de la confianza empresarial y de los consumidores que puede terminar por trasladarse en una contención de los indicadores de actividad que vayamos conociendo del segundo trimestre de este año, momento en el que esperamos que se concentre el impacto negativo de la guerra de Ucrania”, opina la socia directora de Economía de Afi.

Juan Iranzo: “Los miembros más ortodoxos del Consejo de Gobierno consideran necesario elevar inmediatamente los tipos de interés que posiblemente sitúen en el 1%, al finalizar 2022, lo que resulta insuficiente”
“El primer paso hacia la normalización consistirá en poner fin a la compra de papel y que el tipo de descuento a las imposiciones en el Banco Central Europeo, deje de ser negativo”
“Así lo está plasmando los indicadores de sentimiento económico de empresas y hogares”, añade Alicia Coronil, “junto las perspectivas de elevada inflación, sobre el sentimiento económico está pesando la elevada incertidumbre económica y geopolítica que lastran el consumo y la inversión”.
Porque, la combinación de reducción de confianza, alza de precios, además de encarecimiento de la financiación es un coctel que no gusta a ningún economista”, apunta Miguel Ángel Bernal.
Respecto a las distancias que mantiene el BCE sobre la Reserva Federal en cuanto a la vuelta a la normalidad monetaria, este experto hace hincapié, y vuelve a recordar además, en que el BCE sabe que tiene un problema con las primas de riesgo. “Solo hay que ver lo que pasó en el 2011 y la crisis de deuda de los periféricos, creo que probablemente ese es el problema que les atenaza”.
Señala, la economista jefe de Singular Bank, que se debe recordar que la Eurozona muestra una recuperación retrasada respecto a EEUU, que justificaba una normalización retrasada de la política monetaria europea. “Del mismo modo que el impacto de la guerra sobre las perspectivas del PIB son mayores para Europa dada su exposición energética y comercial a Rusia, al mismo tiempo que en EEUU se están observando mayores presiones salariales frente a la zona monetaria europea. Además, sobre la coyuntura global existen otros riesgos como el hecho de que se produzca una mayor desaceleración económica de China que podría reducir las actuales tensiones sobre el precio de las commodities, y suavizar las actuales tensiones inflacionistas”.
Lo importante, para Santiago Carbó, es que al BCE no le superen los acontecimientos, que el mercado no vaya por delante y que no pierda la credibilidad.
Rusia, gasolinera europea, filón de minerales y un cuartel de bombas nucleares
La Comisión Europa trabaja en el embargo de las importaciones de petróleo ruso como parte del sexto paquete de sanciones contra Rusia.
El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, ha apuntado que podría estar listo en el mes de mayo y que, ahora, se están realizando las consultas políticas a los Estados miembros, de los que se requiere consenso.
“El problema es que Europa, concretamente Alemania, debido a una política energética mal planificada y que se ha hipotecado con el gas ruso, no tienen poder de respuesta”
Dombrovskis ha detallado que la próxima ronda de sanciones incluirá “alguna forma” de embargo al petróleo ruso como parte del objetivo de la UE de reducir la dependencia de los hidrocarburos de Moscú, que también afectará al gas, y que ya contempla al carbón como parte del quinto paquete de sanciones anunciado a principios de este mes.
El control de las exportaciones es otro de los puntos que baraja la Comisión en su próxima ronda para degradar la “capacidad militar” rusa, un punto en el que la UE prepara en coordinación con EEUU y que afectará a tecnologías innovadoras y las tecnologías relacionadas con el sector energético.
Todo parece indicar que el nuevo paquete se aprobará en el Consejo Europeo de finales de mayo.
Y en este contexto, y a la pregunta a los expertos que han participado en Los Desayunos de El Nuevo Lunes de hasta qué punto están teniendo efecto las sanciones del UE contra Rusia?, ¿Se necesitaría ir un paso más allá?, María Romero, socia directora de Economía de AFI explica que Rusia sigue financiando el conflicto con sus exportaciones de materias primas energéticas, especialmente, a la UE. “En las últimas semanas se habla sobre el embargo energético, pero quizás no se haya implementado todavía por las consecuencias negativas que acarrearía sobre la actividad económica (a la baja) y la inflación (al alza), especialmente, de aquellos países más dependientes de estos flujos comerciales (Europa central, en general, y Alemania, en particular)”.
Para Miguel Ángel Bernal, profesor de la Fundación Estudios Financieros, el problema es que Europa, concretamente Alemania, debido a una política energética mal planificada y que se ha hipotecado con el gas ruso, no tienen poder de respuesta. “No se puede cambiar la política energética en seis meses, ni siquiera en un año. Se necesitaría cortar todas las relaciones con Rusia. Hoy por hoy Rusia es una gasolinera, una mina de minerales y sobre todo un cuartel con bomba nucleares”.
“Las sanciones están teniendo algún efecto”, señala Bernal, “sin embargo, Rusia las puede esquivar aunque, hay que señalar que, el no acceso al sistema SWIFT ha tenido sus consecuencias. Y Rusia va a esquivar las sanciones al exigir el pago en rublos, rublos que probablemente transforme en oro. Por otra parte, está la gran duda de qué postura tomará China, ese país es consumidor de materia prima que puede comprar ahora a Rusia”.
Hay que recordar que Rusia ha cumplido su amenaza de cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por su negativa a pagar en rublos. La empresa estatal rusa Gazprom ha interrumpido totalmente sus exportaciones con destino a ambos países, según anunció el gigante energético en un comunicado y confirmaron posteriormente los Ejecutivos de los dos Estados europeos. Polonia y Bulgaria son los primeros países a los que Moscú, que representa para ambos su principal proveedor de gas, corta ese suministro, en lo que constituye la respuesta más dura del Kremlin a las sanciones impuestas por Occidente por la guerra en Ucrania.
“En las últimas semanas se ha hablado de embargo energético, pero quizás no se haya implementado todavía por las consecuencias negativas sobre la actividad económica”
La presidenta de la Comisión Euroea, Ursula von der Leyen, calificaba de “chantaje inaceptable” la decisión de Rusia. “El anuncio de Gazprom de que unilateralmente cesa el envío de gas a sus clientes en Europa es otro intento de Rusia de usar el gas como instrumento de chantaje. Es injustificado e inaceptable”.
Von der Leyen comunicaba además que las empresas energéticas europeas que tengan contratos en euros o dólares “no deben acceder a las demandas rusas” porque “sería un incumplimiento de las sanciones y un alto riesgo para las empresas”.