Equipo Lux
Desde el punto de vista simbólico estrenar una nueva producción en la situación de crisis sanitaria es un decidido paso adelante. Desde el 12 al 27 el escenario del Real acoge ‘Rusalka’, una ópera de Dvorak, antes de su paso por la Saschsische Staasoper de Dresde, el Teatro Comunale de Bolonia, el Liceu de Barcelona y el Palau de les Arts de Valencia, que la coproducen. Varios de esos coliseos se caracterizan por su visión renovadora de los montajes, con la mirada puesta en la vanguardia. Además esta ‘Rusalka’ añade una expectación: ver de nuevo en el Real al director teatral Christof Loy. Este alemán de Essen es en la actualidad una de las estrellas de la regiduría escénica operística. Hace un par de temporadas deslumbró con ‘Capriccio’ de Richard Straus con un montaje aparentemente minimalista y una excepcional dirección de actores, bajo una lectura argumental que daba profundidad y densidad a la historia. Loy, que ha dirigido en los mejores escenarios de Europa, además de ‘Capriccio’ ha sido responsable escénico en el Real de ‘Ariadne auf Naxos’ en 2006 de y ‘Lulu’ en 2009. Todas con un mismo código de estilo: renuncia a la aparatosidad y máxima expresión de sentimientos con menos gesto y aparato escénico. ‘Capriccio’ ha sido reconocida semanas atrás y de manera muy justa como una de los mejores producciones teatrales de los últimos tiempos. Sin que ello suponga grandilocuencia o impostación. Con menos carpintería escénica no se puede hacer más, y Loy es un maestro en sacar agua de la piedra. Cuando además cuenta con una majestuosa partitura sus posibilidades son mayores.
“El Real pone en escena ‘Rusalka’ en su primer estreno absoluto tras la reapertura”
Ahora se enfrenta a una ‘Rusalka’ a la que da la vuelta como a un guante. Esta ópera del compositor checo se inspira en el mito de ‘La sirenita’: de la leyenda nórdica pasó a Hans Christian Andersen. Un tema que ha servido para ballets, relatos infantiles y filmes de animación: sin ir más lejos a finales de este mes se espera el estreno en cines españoles de la película alemana ‘Ondina’, donde se recrea el mito de manera realista. Por su parte, Loy traslada la historia al mundo de las bambalinas teatrales. Las contradicciones del personaje de ‘La Sirenita’, mitad diosa, mitad humana, estallan en esta puesta en escena. Sin lagos, cisnes o encantamientos, el escenario del teatro sirve como metáfora de la vida. Rusalka sufre una minusvalía física y no puede bailar de puntas. Nada que ver con el personaje romántico ni la idealización del mito. Ella quiere ser una mujer no un fantasma, pero ‘él’, es decir, el ‘príncipe’, tiene los ojos puestos en una chica sexy, totalmente carnal. De esta manera, Loy lleva la historia a otro terreno, el de la dificultad para integrarse y convivir entre distintos, marcando diversos contrastes entre el medio tierra y el acuático, el de lo real y el de la fantasía, el amor idealizado y el carnal, la vida y la muerte… Ondina, la protagonista, aparece como superviviente un mundo en contradicción. Con otro sutil choque entre el presente y el del pasado.
Vuelven orquesta y coros
A lo largo de las diez funciones, la producción contará con dos repartos y con otro motivo de celebración: el retorno de la orquesta y coro del Real. Aunque con las necesarias precauciones en tiempos de pandemia. De este estreno se podría decir que es el primero que se aproxima a la normalidad, aunque corregido y adecuado a la situación. Producción que por vez primera se ve en Madrid antes de su recorrido por otras capitales europeas.
“En diez funciones hasta el 27 de noviembre y con un director escénico, Christof Loy, estrella europea”
La dirección de ‘Rusalka’ corre a cargo del británico Ivor Bolton, actual responsable del Real en la parte musical. Bolton es un comunicativo y animoso personaje, además de un destacado clavecinista, especializado en el Barroco; en estos momentos ya habla castellano con soltura. El cierre del teatro obligó a suspender el estreno de ‘Achile in Sciro’ de Francesco Corselli previsto el pasado 17 de marzo y que Bolton estaba ensayando. Era una de las producciones más esperadas de la temporada pasada, que deberá ser rescatada en un próximo futuro, por cuanto la producción parecía practicamente ‘cocinada’. Ahora se hace con la dirección de la partitura de Dvorak. Una de las curiosidades de esta producción es el vestuario alejado de la época romántica. Con voces, como la soprano Asmik Grigorian, al frente de uno de los repartos, en calidad de protagonista; el bajo Maxim Kuzman Karavaez en ‘Vodnik’, el espíritu de las aguas, o Eric Cutler como ‘Príncipe’. Ninguno aparece vestido con la estética ‘tradicional’ del cuento o de la leyenda. La magia también puede permanecer bajo ropajes y sensibilidades de hoy. El enfoque de este tratamiento parece tentador por la desenvoltura de Loy, director escénico, en las concepciones casi minimalistas.