Mucho se han comentado, incluso ridiculizado, las respuestas del ex gurú de Pedro Sánchez a Jordi Évoleen el programa estrella de La Sexta. No me sumaré al aluvión de críticas. Utilizando una frase que bien pudiera haber pronunciado Iván Redondo en la interviú —una vez más sin venir a cuento—, “I will not make any more tree from the fallen log, because it would not let us see the forest”. En castellano, ‘no haré más árbol del leño caído, porque no nos dejaría ver el bosque’.
Centraré esta crónica en los detalles visuales de la entrevista. Para documentarlos dispongo de una grabación donde el propio Redondo decide, supuestamente con Sandra Rudy, su esposa y socia en Erre y Asociados Consultores de Comunicación, cuál ha de ser el estilismo para acudir al plató, en el contexto de una rigurosa estrategia de imagen.
“Recuérdame que meta en un bolsillo el peón y la dama. Dan mucho juego cuando no sé que responder”
Escribo ‘supuestamente’ porque, antes de aprovechar este documento, he pensado si merecía la pena contrastar su veracidad con los presuntos conversadores. Tras debatir largamente con mi conciencia ética, he preferido actuar por la vía rápida según un principio periodístico: no permitas que un desmentido arruine una buena exclusiva. Transcribo el diálogo.
—He pensado vestir la misma terna de cuando la toma de posesión, ‘darling’. Daré sensación de normalidad, como si mantuviera intacta mi influencia.
—¿El trajecito azul oscuro con la corbata fucsia y los zapatones negros? Todo lo contrario. Cielito, tienes que romper con el pasado, dar una imagen de renovación. Parecerías el primo viejuno de Évole. ¿Te has mirado al espejo? ¿Crees que esa ropa encajaría con tu nuevo peinado?
—¿Qué le pasa a mi nuevo peinado?
—Si te vistes de funcionario, no pegan nada el flequillo, las greñas hasta el cogote, las sienes plateadas en forma de alas. Además, Jordi impone una escenografía lúgubre a sus invitados. Entre la penumbra y tu nariz puntiaguda, tendrías un aire draculino. Igualito que el abuelo de la familia Monster cuando era joven.
—‘My sweetie’, Felipe González se pintó las canas en 1993, según le recomendó Julio Feo para simular madurez en los carteles, y ganó las elecciones.
—Poco le duró y los tiempos han cambiado. ¡Pasa de tu obsesión por dirigir España, como cuando tenías 12 años! Ponte en la realidad, no representas al nuevo González, sino al nuevo Feo, con perdón, caído en desgracia.
—Vale, ¿qué me recomiendas?
—Eres un hombre libre, sin las ataduras del poder. Y estás de nuevo en el mercado, abierto a cualquier encargo. Te irá de perlas un ‘look casual’, súper relajado.
—Estupenda idea. ¿Me calzo otra vez la camisola de la Real Sociedad?
—¿La que luciste para la foto en las escaleras de la Moncloa en abril?
—Sí, con la que di suerte a mis ‘txuriurdines’. Ganaron la final de Copa al Athletic.
—Encaja más bien otra camiseta donostiarra, la de Loreak Mendian con la margarita. Debes arroparla con una americana ‘fashion’. No muestres los brazos desnudos.
—Pero sin tapar el logo, ¿no? Lo mismo Loreak nos contrata.
—No has perdido el olfato, cari. Completa el toque pijo con unas pulseras ‘hippies’ de mercadillo.
—Hecho. Recuérdame que meta en un bolsillo el peón y la dama. Me sacan de apuros cuando no sé que responder. Y el Évole es muy cabrito, acorralando a según que invitados. ¿Me ayudas a hacer un guión previo?
—¿Con las tablas que tienes? Quedaría artificial. Improvisa, dispara lo primero que pase por tu cabeza. Suelta unas cuantas morcillas en inglés, queda tope ‘cool’.
—Lo que no voy a callarme es la reforma de la Constitución.
—¿Para permitir el referéndum en Cataluña?
—Ni hablar. Se trata de eliminar ese articulo 47, tan absurdo, de que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada.
—Un guiño al PP.
“Eres un hombre libre, sin las ataduras del poder. Y estás en el mercado, abierto a cualquier encargo”
—Hay que ser transversal cuando te quedas en la calle. Para mantener la iniciativa, usaré otros objetos, además de las piezas de ajedrez.
—Me das miedo. ¡No se te ocurrirá sacar los vasos de plástico y las bolitas! Lo más bonito que te van a llamar los periodistas es trilero.
—¡Que va,’little’! Mis canicas, mis chapas, la peonza…
—Que no te deformen la chaqueta. Las guardas en la mochila y la dejas debajo de la silla. Otra cosa importante, pacta con Jordi que no te hagan tomas cenitales por detrás.
—¡Si no tengo chepa, ‘pretty’!
—No, pero después de sacarte un pastizal por el trasplante, te han dejado despoblada la coronilla.