Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
Finalmente el Liceu ha podido representar ‘La traviata’ con algo más de aforo, mientras los teatros de Alemania han vuelto a cerrar y ‘Lohengrin’ en la versión escénica de Calixto Bieito ha tenido que estrenarse desde Berlín en ‘streaming’ y con público virtual. No deja de sorprender, por lo tanto, que pese al 65% de aforo, el Real ha mantenido su temporada casi como estaba previsto, aún con correcciones imprescindibles para cumplir con las normas sanitarias.
Pese a la crisis, este coliseo sigue ofreciendo uno de los programas más llamativos y tentadores de Europa contra viento y marea. ‘Don Giovanni’ de Mozart se ha visto hasta cuatro veces en este escenario desde que el ‘nuevo’ Real abrió a finales del XX. Pero, sin duda, ésta es la más original desde el punto de vista escénico: no hay palacios, ni vestuarios del XVIII, sino un denso bosque por el que pululan personajes en claroscuro.
“15 funciones ‘Don Giovanni’ patrocinadas por Endesa hasta el 10 de enero bajo el original tratamiento escénico de Claus Guth, estrenado en Salzburgo en 2008”
El alemán del sur Claus Guth estrenó esta versión escénica en 2008 en el festival de Salzburgo en el que se ha repuesto en otras ocasiones. Cuenta en Madrid su director teatral: «Don Giovanni/Don Juan’ supongamos que está mortalmente herido y le quedan las dos últimas horas posibles de su vida, es consciente de que sus horas se acaban…Y con él nos damos cuenta de los límites de la vida. Como un animal herido queda atrapado en la atmósfera de un bosque donde viven animales, y las normas sociales no se aplican, con seres extraños, generando un túnel de emociones profundas. Ellas también viven ese bosque de distinta manera: Doña Elvira identifica a esa floresta como enemiga, mientras Doña Ana descubre cosas nuevas por ser una realidad muy distinta a la suya…En tiempos de Covid hay más motivos para pensar en la fragilidad de la vida y en nuestras propias limitaciones como seres». Guth ha dirigido escénicamente otras obras en el Real: ‘Parsifal’ (2015-16), ‘Rodelinda’ (2016-17) y ‘Lucio Silla’ (2017-18) y está considerado uno de los mejores ‘regiseurs’ dentro del actual panorama de la ópera mundial.
Protocolos Covid
Desde su estreno en Salzburgo, aun con el mismo referente teatral, el diseño ha sufrido variaciones: ahora también se han matizado cosas para adecuarlas a los protocolos, y en el coro se canta con mascarillas especiales que permiten la expresión vocal sin expulsar aerosoles. También la partitura original de ‘Don Giovanni’ ha tenido distintas versiones.
Ivor Bolton al frente del foso es un experto en Mozart y la época, que ha estado en este mismo teatro como responsable musical de títulos mozartianos: ‘La flauta mágica’ (2015-2016 y 2019-2020), ‘Lucio Silla’ e ‘Idomeneo’ (2018 y 2020): «De ‘Don Giovanni’ hay dos versiones, la de Praga y la de Viena. Mozart escribía para los cantantes y modificaba las obras según aquellos de los que podía disponer. Nosotros hacemos la versión vienesa. Este título y ‘Las bodas de Fígaro’ es el único que ha permanecido en el tiempo sin dejar de representarse a lo largo de los años; lo que ha hecho que se viera muy influenciado por las corrientes de cada época y sufrido toda clase de cambios e interpretaciones. Está entre lo mejor de Mozart, pero es sumamente difícil de hacer. Hay momentos en que suenan dos o tres orquestas distintas a la vez, y es difícil armonizar tres tempos diferentes. Como todas sus obras posee una gran sensibilidad dramática», comenta.
“Ivor Bolton, experto en el Barroco y en Mozart dirige una endiablada partitura que se ha representado en otras ocasiones desde que el Real reabrió”
La valoración de un teatro de ópera de primer nivel tiene que ver con varios elementos fundamentales: tratamientos escénicos innovadores e incluso audaces, una orquesta y una dirección musical que sepa sacar todo el lucimiento de las partituras y voces de enorme peso; además de medios profesionales y técnicos adecuados para sacar adelante producciones que respondan a la confluencia de artes, géneros y oficios que definen la ópera, a la que en nuestros días hay que unir el audiovisual y las imprescindibles tecnologías escénicas.
El Real ha tratado de mantener esa identidad, pese a los vendavales e inconvenientes de una temporada sometida a una situación imprevista, en la que teatros europeos han debido cerrar o bien ofrecer conciertos, sin representar obras como tales. Esa falta de contratos para las estrellas favorece que en este ‘Don Giovanni’ aparezca un reparto de altura: barítonos, Christopher Maltman/Adrian Eröd (‘D. Giovanni’); bajo-barítonos, Erwin Schnott/Marko Mimika en ‘Leporino’; sopranos, Brenda Rac/Della Zaharia/María José Moreno (‘Doña Ana’), Anett Fritsch/Federica Lombardi (‘Doña Elvira’), y Louise Alder/Marina Monzó (‘Zerlina’); tenores, Mauro Peter/Airan Hernández (‘D. Ottavio’); bajos (Krzystof Baczyk/ Cody Quattltebaum) (‘Masetto’), y Tobias Kehrer/Goran Jurie (‘Condestable’). Joan Matabosch, director artístico del Real que alaba a todo el reparto, destaca tres nombres españoles: «María José Moreno y Marina Monzó, son voces espléndidas, y Airan Hdez: salió del coro del Liceu y ha saltado a la escena internacional como una nueva gran figura de la que se va a oír a hablar muy pronto como estrella». Hay que tomar nota en esta producción del trabajo del iluminador Olaf Winter: crear ambientes escénicos no es fácil cuando el espacio es sombrío y temáticamente sobrecogedor. Endesa patrocina el espectáculo, y en paralelo hay que destacar conciertos y actividades.