Crónica Económica / N. Díaz
José María Álvarez-Pallete cumple cinco años al frente de Telefónica, un lustro en el que se han sentado las bases de una compañía muy diferente a la que heredó de César Alierta. Una nueva Telefónica en la que lo digital se ha comido casi todo el pastel. Durante su intervención en el XIX Congreso de Directivos CEDE, el ejecutivo incidía en que la pandemia del Covid-19 ha venido, además, a acelerar el proceso de digitalización «entre tres y cinco años» y ha demostrado que no existen dos vidas, una analógica y otra digital, sino únicamente una. Con eta visión ya en 2019 aprobó un plan estratégico en el que se creaba Telefónica Tech y Telefónica Infra, se definían como mercados estratégicos a Alemania, Brasil, España y Reino Unido y se agrupaba el resto de los activos en Latinoamérica (excepto Brasil) en Hispam.
“Álvarez-Pallete cumple cinco años al frente de Telefónica, un lustro en el que se han sentado las bases de una compañía muy diferente a la que heredó de César Alierta. Una nueva Telefónica en la que lo digital se ha comido casi todo el pastel”
Telefónica ha afianzado su liderazgo en redes. Cuenta con un cobertura 4G de más del 90% de la población en los cuatro principales países en los que opera (España, Alemania, Reino Unido y Brasil), ha progresado en el despliegue de fibra no sólo en áreas urbanas, sino también en zonas rurales, y ha expandido sus redes de 5G en sus grandes mercados; en el caso de España ya están a disposición del 80% de la población. Con el impulso de Telefónica, España se encuentra a la vanguardia de la conectividad, con más fibra que la suma de Alemania, Francia. Reino Unido e Italia.
A lo largo de estos últimos tiempos y de acuerdo con esta reordenación de sus intereses se ha ido procediendo a la venta de sus activos latinoamericanos considerados no estratégicos y que se han traducido en la salida de Telefónica de Centroamérica y la unión del resto de negocios en la región -excepto Brasil- en Telefónica Hispam. Gracias a la generación de caja impulsada por estas operaciones, la compañía ha reducido 17.000 millones de euros de deuda desde mediados de 2016, un tercio del pasivo total heredado por Álvarez-Pallete. Actualmente, Telefónica cuenta con 35.228 millones de euros de deuda, 2,6 veces su Oibda situado en 13.498 millones de euros al cierre de 2020. La deuda ha sido y sigue siendo uno de sus principales quebraderos de cabeza, y en gran manera ha condicionado su estrategia, pero todos los analistas coinciden en que ha hecho un esfuerzo ímprobo, y con buenos resultados.
Menos resultados le ha dado su pelea con la Bolsa. Cuando el ejecutivo tomó posesión del cargo, el precio por acción de la empresa era de algo más de nueve euros y actualmente cotiza por debajo de los cuatro euros. Es decir, una caída de casi el 60%. Telefónica, al igual que otras compañías de telecomunicaciones, ha sido muy castigada por los inversores por su abultada deuda y los problemas de rentabilidad para su negocio tradicional. La acción llegó a su nivel más bajo el pasado otoño, al haber llegado a cotizar en mínimos desde 1997. Desde entonces, eso sí, el grupo ha logrado recuperar el 38% de su valor.
“La deuda ha sido y sigue siendo uno de sus principales quebraderos de cabeza, y en gran manera ha condicionado su estrategia, pero todos los analistas coinciden en que ha hecho un esfuerzo ímprobo, y con buenos resultados”
El camino ha sido largo, complicado, pero los expertos creen que fructífero. El 12 de mayo de 2016, Álvarez-Pallete se ponía por primera vez, dos meses después de su nombramiento oficial, delante de los accionistas como presidente ejecutivo de Telefónica. Lo hacía sólo un día después de que la Comisión Europea arrojara un enorme jarro de agua fría, con la prohibición de la venta del negocio en Reino Unido (O2) a la hongkonesa Hutchison por casi 13.000 millones de euros para así reducir la abultada deuda financiera. Empezó fuerte.
Y con el previsible aval de la junta de accionistas, el próximo 21 de abril, Álvarez-Pallete renovará su mandato al frente de la compañía con el objetivo de poner definitivamente en pie su visión de la ‘Nueva Telefónica’. Queda por hacer. En los primeros meses se espera que las autoridades de competencia den su aprobación a varias operaciones, como la venta de parte de la red de fibra óptica en Chile a KKR, la constitución de un operador de fibra mayorista en Brasil con Caisse de dépôt et placement du Québec (CDPQ) y la fusión entre O2 y Virgin. Además, el Gobierno español también deberá pronunciarse sobre la adquisición de las torres de Telxius por parte de American Tower y celebrar la subasta de espectro 5G, a la que se prevé que Telefónica acuda para impulsar su despliegue en España.
Además, y como no hay descanso, Movistar acaba de dar una vuelta de tuerca a su oferta y ha anunciado que ofrecerá a partir del 11 de abril un nuevo y completo porfolio de Fusión que incluye un smartphone, una práctica en desuso que sacan de nuevo del cajón.
“Con el previsible aval de la Junta de Accionistas, el próximo 21 de abril, Álvarez-Pallete renovará su mandato al frente de la compañía con el objetivo de poner definitivamente en pie su visión de la ‘Nueva Telefónica”
En cualquier caso, Álvarez-Pallete podrá presumir de haber sido el primero en varias cosas. La primera: Telefónica es pionera en la financiación sostenible dentro de su sector. En 2019 fue la primera telco del mundo en emitir un bono verde (1.000 millones de euros). En 2020 emitió igualmente el primer bono verde híbrido del sector (500 millones). Y en 2021 lo ha vuelto a hacer con el primer bono híbrido sostenible del sector (1.000 millones de euros).
Además, en 2020, la compañía ha logrado que el 88% del consumo de electricidad provenga ya de fuentes renovables, proporción que llega al 100% en sus principales mercados (España, Alemania, UK y Brasil) y ha adelantado al año 2025 su meta de cero emisiones netas.