Humor Asalmonado / Mateo Estrella
En la estruendosa ruptura de Enrique de Sussex y Meghan Markle con la familia real británica, se encuentran todos los ingredientes de una superproducción made in Hollywood aspirante a los Oscar. Intrigas palaciegas, crueldad doméstica, diferencias irreconciliables entre padres, hijos y hermanos de las más altas cunas.
Se dan, además, subtramas irresistibles como el racismo, el clasismo, y casos de mujeres hermosas casadas con príncipes en línea sucesoria, siempre que lo permita la incombustible Isabel II. Todo en un tutiplén de títulos nobiliarios, pues cada monarquía posee un cofre sin fondo de linajes para repartir entre la prole, por numerosa que ésta vaya siendo, con su correspondiente asignación económica.
«La fortuna actual de Harry estaría en torno a 21 millones de euros, mientras que la de su consorte superaría unos modestos cuatro millones»
Varios de estos vicios cortesanos salieron a relucir en la entrevista que Oprah Winfrey hizo a los nobles autoexiliados. Destacó un primer plano del rostro convulso de la esposa, cuando reveló que personas no identificadas de la Great Family se inquietaron por el color de la piel que luciera su hijo Archie tras el parto. No precisamente por la posible ictericia, enfermedad que amarillea la epidermis de algunos bebés, sino porque la madre de la duquesa es de raza negra.
Finalmente, Archie Harrison Mountbatten-Windsor, que en mayo cumplirá dos años, nació entre blanco y sonrosado como sus primos carnales, con un pan de oro bajo el brazo.
En el show televisado, nada se debió a la improvisación. La actuación de Meghan fue irreprochable. Tablas no le faltan: ha sido actriz secundaria en películas y series. No se recató, hace tiempo, en descubrir sus encantos en fotos publicadas por los tabloides. Por su parte Harry se hizo famoso en su primera juventud, cuando apareció desnudo y bien acompañado en imágenes robadas de una francachela en un hotel de Las Vegas.
Con personalidades tan desinhibidas, estaba cantado que acabarían abandonando el acartonado ambiente de Buckingham Palace para instalarse en una lujosa mansión ubicada en Los Ángeles, la ciudad donde nació Meghan hace 39 años. Pueden permitírselo. Aunque Carlos de Gales, eterno sucesor al trono, haya privado a su hijo de la asignación pública, equivalente a 2,34 millones de euros anuales, los recursos económicos del matrimonio no son moco de pavo real. La fortuna actual de Harry estaría en torno a 21 millones de euros, mientras que la de su consorte superaría unos modestos 4 millones. A partir de ahora se van a enriquecer de verdad.
Tuvieron que despedir a los quince asistentes que les hacían la vida más fácil en Reino Unido, pero ya cuentan con una plétora de asesores de imagen y abogados dispuestos facilitar su tránsito a la fama y poner en bretes a los parientes británicos. Entre ellos, la ex directora de la Fundación Bill Gates, o expertos que situaron en órbita a David y Victoria Beckham.
Como cantaba Liza Minnelli en ‘Cabaret’, «dinero, dinero, el dinero hace girar el mundo». Ya lo estableció Carlos Marx, un antimonárquico de libro, siglos antes. También presagió que el triunfo del proletariado se iniciaría en Inglaterra y derrocaría por tanto a la institución. Craso error.
Los bienes de la Casa de Windsor son opacos, como suele suceder con los amasados en cualquier dinastía secular. Algunas fuentes han adjudicado a la soberana una fortuna en torno a los 412 millones de euros, y se ha estimado el conjunto del patrimonio real en unos 14.300 millones. Primer puesto en el ranking de los monarcas europeos más pudientes.
«Carlos Marx presagió que el triunfo del proletariado se iniciaría en Inglaterra y derrocaría, por tanto, a la institución. Craso error»
Cálculos aproximados, pues los ‘papeles de Panamá’ filtraron en 2016 que su graciosa majestad había colocado buenas sumas en paraísos fiscales a través de fundaciones.
Con economías tan boyantes, se explica que la cadena CBS haya pagado unos 8 millones de euros a la productora de Oprah por las confidencias televisadas. Veremos pronto si se producen otros golpes de marketing, con apariciones estelares de la pareja en forma de libros u otros soportes multitudinarios.
En los círculos londinenses y angelinos se da por hecho que Meghan y un actor pelirrojo lo más parecido a Harry protagonizarán una nueva teleserie con repercusión mundial asegurada. El título provisional sería ‘Up to The Crown’ («Hasta la coronilla»), siguiendo la estela de la exitosa ‘The Crown’, donde ya dejan por los suelos el honor y la honra de la monarquía británica. Y donde no aparecen los duques de Sussex.
Justa venganza.