N. D.
Las aerolíneas llevan un año de travesía en el desierto. Los cierres perimetrales, los confinamientos, la caída del turismo … la mayor parte de las compañías se han visto abocadas a una profunda crisis que, a lo mejor, tiene ahora una salida: la distribución de las vacunas del Covid-19. Algunas, ya han comenzado. Delta, con grandes almacenes e instalaciones de refrigeración en Atlanta, Detroit, Los Ángeles, Nueva York-JFK y Seattle y una red de 49 aeropuertos certificados en Pharma en todo el mundo, o United Airlines que ya habría iniciado vuelos charter con vacunas de la farmacéutica Pfizer, según informó The Wall Street Journal.
Emirates ha anunciado, por su parte, «la creación en Dubái del mayor centro de operaciones aéreas del mundo dedicado a la vacuna para la Covid-19», que, además de ser una infraestructura «de primera clase» y adecuada para su almacenamiento, podría ofrecer servicios como su reenvasado y redistribución. Son muchas las aerolíneas, como la española Iberia, que habían optado por reconvertir aviones de pasajeros en cargueros a la espera de que vuelva el turismo.
“Para IATA el transporte aéreo jugará un papel fundamental en esta misión, como lo ha sido y lo sigue siendo para el transporte de mascarillas y demás material de protección desde las fábricas hasta los usuarios, ya sea personal médico, militar, policial o simples ciudadanos”
El director comercial de IAG Cargo, John Cheetham, explicaba a Efe hace poco que, como muchas otras aerolíneas, el grupo hispano-británico ofrece sus servicios de carga principalmente a través de los vuelos de pasajeros, en la bodega del avión. Cheetham ha recordado que IAG tiene una gran experiencia en el transporte de productos farmacéuticos y ya jugó «un papel vital» en la distribución de vacunas en tiempos normales, a través de su servicio especializado en mantener la cadena de frío «Constant Climate».
Pero lo que suena fenomenal sobre el papel, es complicado en la práctica y pese a las esperanzas que suscita, inquieta a las propias compañías. Todavía no sabemos cuándo se podrá empezar a vacunar de forma masiva a la población contra el COVID-19, pero IATA, la asociación de aerolíneas ya está urgiendo a los gobiernos para que empiecen a coordinarse con la industria para que todo esté listo cuando haya que empezar a repartir los viales con las vacunas por todo el planeta.
Para IATA el transporte aéreo jugará un papel fundamental en esta misión, como lo ha sido y los sigue siendo para el transporte de mascarillas y demás material de protección desde las fábricas hasta los usuarios, ya sea personal médico, militar, policial o simples ciudadanos.
Alexandre de Juniac, director general y consejero delegado de IATA ha manifestado: “La entrega segura de las vacunas COVID-19 será la misión del siglo para la industria global de la carga aérea. Pero no sucederá sin una cuidadosa planificación previa. Y el momento para eso es ahora. Instamos a los gobiernos a tomar la iniciativa para facilitar la cooperación a lo largo de la cadena logística para que las instalaciones, los arreglos de seguridad y los procesos fronterizos estén listos para la gigantesca y compleja tarea que se avecina”.
Pero, señalan, este plan debe incluir procesos para dar prioridad a los vuelos que transporten las vacunas, tanto en el sobrevuelo de un país como en las llegadas a los aeropuertos para evitar retrasos que puedan poner en peligro la viabilidad de las vacunas si no se puede garantizar el mantenerlas a las temperaturas adecuadas todo el tiempo. Esto incluye asegurar los derechos de vuelo temporales adecuados para poder transportar las vacunas, aunque existan restricciones a los vuelos en algún territorio. Excluir a las tripulaciones de estos vuelos de las medidas de cuarentena para asegurar que la cadena de vuelos se mantiene; abrir los aeropuertos 24 horas al día para este tipo de vuelos; y considerar la posibilidad de eliminar las tasas y demás pagos que deben realizar los vuelos tanto a aeropuertos como a los centros de control aéreo.
“Según los cálculos de IATA, suministrar una sola dosis de vacuna a cada uno de los 7.800 millones de seres humanos existentes supondría llenar 8.000 Boeing 747 de carga”
Por otra parte, desde IATA recuerdan el hecho de los miles de aviones que las aerolíneas ha tenido que retirar de servicio, temporal o definitivamente, por las restricciones al transporte aéreo, y como, sin dar la cita global, se han cerrado muchas de las 24.000 rutas aéreas que se operaban en todo el mundo antes de la pandemia: “La OMS, UNICEF y Gavi ya han informado de graves dificultades para mantener sus programas de vacunas planificados durante la crisis de COVID-19 debido, en parte, a la limitada conectividad aérea”.
Según los cálculos de IATA, suministrar una sola dosis de vacuna a cada uno de los 7.800 millones de seres humanos existentes supondría llenar 8.000 Boeing 747de carga. “El transporte terrestre ayudará, especialmente en las economías desarrolladas con capacidad de fabricación local. Pero las vacunas no se pueden distribuir a nivel mundial sin el uso significativo de la carga aérea”. Remarcan, mientras que De Juniac apostilla: “Incluso si asumimos que la mitad de las vacunas necesarias se puedan transportar. Si las fronteras permanecen cerradas, los viajes se reducen, las flotas quedan en tierra y los empleados quedan libres, la capacidad de administrar vacunas que salvan vidas se verá muy comprometida”.