Equipo Lux
La temporada que se cierra ha sido la más difícil de la historia del actual Teatro Real, que hace un año por estas fechas ‘desafió’ el ‘impasse’ de otros coliseos europeos decidiendo abrir sus puertas aunque con mascarillas en platea y escenario. Lo que en principio venían a ser montajes adaptados, semiescenificados o pegados a las circunstancias, se han convertido en 2021 en producciones totalmente normalizadas, aunque con el 66% del aforo. Los ‘fuegos artificiales’ de este fin de temporada los ponen las 16 representaciones de ‘Tosca’, en una producción española de la ópera de Puccini con Liceu y Maestranza, que ahora Paco Azorín recrea y actualiza, con un triple reparto de primeras voces de la lírica donde hay muchas estrellas.
La producción se apoya en dos direcciones. La musical de Nicola Luisotti y la escénica de Azorín. Luisotti, que ha sido director musical en la Ópera de San Francisco y el San Carlo de Nápoles, es ahora residente en Madrid donde ya habla un espléndido castellano, y un experto en repertorios de autores como Puccini y vive la ópera como si la hubiera escrito: «En el primer acto se escuchan las notas de un campanario. Es el de mi pueblo Bargecchia, en la región de Toscana. Puccini conocía la comarca, tenía un amigo médico y una tienda donde encargaba flores. En 1942, cuando nazis y fascistas llegaron al pueblo intentaron descolgar las campanas para fundirlas, pero el cura se opuso y no se las llevaron. Tiempo más tarde, con los partisanos, se descubrió que se guardaban armas bajo el altar, y el cura fue fusilado».
“Tres grandes repartos para las 16 funciones de la ópera de Puccini, que el día 10 podrá ser vista desde el exterior, y el 11 en La 2”
Paco Azorín, nacido en Yecla (Murcia), formado en Barcelona, y debutante años atrás en el Real, llegó a la dirección escénica desde el diseño de escenografías. Debe ser considerado un renovador de ópera y zarzuela sin necesitar montajes de alto presupuesto: en 2018 fue capaz de dar un aire totalmente distinto a ‘Maruxa’ cuyo argumento original chirría, pero no tanto su música, trasladando la acción a la Galicia del ‘Prestige’. Ahora en ‘Tosca’ introduce una sorpresa como es un personaje femenino que simboliza desde el punto de vista teatral, la libertad como una nueva ‘Marianne’: «Se trata de una ópera perfecta –afirma–, hay otras maravillas desde el punto de vista musical pero cuyo texto es imposible. Aquí son texto y música perfectamente ensamblados, ni una sola palabra o nota ha habido que cambiar. ‘Tosca’ es una crítica contra el poder injusto y el pensamiento único. La protagonista y el pintor son personas libres, pero siempre aparece la coerción contra los artistas. Mi propuesta consiste en llevar al espectador por insospechados caminos. En el primer acto se describe un contexto personal pero también político. En el segundo está la descripción del poder, y en el tercero hay un simbolismo: mueren pero su sacrificio no queda en saco roto, y aparecen como revolucionarios que han dado la vida por la libertad, frente al poder totalitario que representa Scarpia. ‘Tosca’ es también una reflexión sobre el arte. Mi papel como director escénico es quitar el polvo de la tradición, mostrar una obra a un nuevo espectador con los ojos del observador. La suerte en esta producción está en haber contado con artistas que no sólo son brillantes en la parte vocal, sino en la escénica, porque requiere también un gran trabajo de actores».
Un gran reparto
Los tres repartos cuentan en los principales personajes con figuras de gran resonancia en el género: ‘Tosca’ (Sondra Rodnovsky, que ya hizo el papel en este montaje, María Agresta y Anna Netrebko), ‘Mario’ (Joseph Calleja, Michel Fabiano y Yusif Eyvazot), y el ‘Barón Scarpìa’, el personaje más perverso de la obra, a cargo de Carlos Álvarez, Gevors Hakobyan y Luca Sali. El malagueño Álvarez continúa en el Real donde hizo una creación singular en la reciente ‘Viva la mamma’ de Donizetti, y hoy se le puede considerar una de las primeras figuras de la lírica a nivel mundial. Cuando era niño y cantaba en el coro participó en una ‘Tosca’ en su ciudad natal: «No podía ni imaginar que lo haría muchos años después en el Real. Mi trabajo con Luisotti y Paco Azorín ha sido el de la búsqueda del interior de personaje. Es un placer hacer de ‘malo malísimo’ sin dejarte influir por ese tipo desde el punto de vista ético ni de tus ideas personales contrarias a las de Scarpia».
“Coproducción con el Liceu y Maestranza, con dirección escénica de Paco Azorín que actualiza la producción antes vista”
‘Tosca’, que cierra temporada y estará en cartel del 4 al 24 de julio, llega con sorpresas. Este “thriller’ operístico”, como lo define Paco Azorín, se podrá ver gratis el 10 de julio a las 21 horas desde las Plazas de Oriente e Isabel II en pantallas gigantes para 1.000 espectadores, en asientos numerados por las obligaciones sanitarias, que podrán pedirse a través de Internet. Con el patrocinio y colaboración de Endesa, Telefónica, Loterías, Mutua Madrileña, Correos, Fundación Rodexis y las tres administraciones: central, autonómica y local. Y el 11 de julio será emitida por La 2, además de grabada por Radio Clásica.
Con estas 16 funciones que patrocina Fundación BBVA el Real cierra su temporada más accidentada, con la esperanza de que en la próxima, dentro de unos meses los aforos puedan volver al 100%. Por el momento, los ensayos se han venido realizando en buena medida con mascarilla, que incluso el coro utiliza en el escenario en algunos momentos, como ha ocurrido en distintas producciones de esta temporada. En el Real, desde su reapertura, ‘Tosca’ ha sido un título de repertorio, con un par de montajes, como el de Nuria Espert. Y una obra ‘segura’ para el espectador, lo que explica que tenga el mayor número de representaciones de la temporada que acaba.