Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
Lucille Ball (1911-1989) y Desy Arnaz (1917-1986) se conocieron en 1940. Ella una actriz de comedia, él un cantante cubano y ocasional actor que trabajó con Xavier Cugat. Al final de los 40 la televisión americana empezaba a emitir en cadena y se hacían programas de ficción rodados como si una sola cámara se instalara en un escenario teatral. El voluminoso vídeo no permitía cortes, era necesario grabar de un tirón y la calidad de imagen dejaba mucho que desear. Ball, que trabajaba en la radio, y Arnaz propusieron a la cadena CBS una serie, ‘I love Lucy’ (en España ‘Te quiero Lucy’ y en Latinoamérica ‘Yo amo a Lucy’), sobre una disparatada ama de casa que quiere ser estrella, casada con un músico cubano, con una vecina, Ethel (Vivian Vance) exartista que frena a su amiga, esposa de Fred (William Frawley), viejo caballero que ha vivido su pasado. Ball y Arnaz crearon la productora Desilu. CBS se opuso a que Arnaz apareciera como un cubano casado con una americana típica, pero Lucille Ball consiguió imponer al personaje y a su marido, pese a que todavía no hablaba un perfecto inglés.
“Lucille Ball y Desy Arnaz fundaron en 1950 la que llegó a ser la productora más potente de la televisión norteamericana, impulsora de éxitos como ‘Misión imposible’, ‘Los intocables’ o ‘Star Trek”
El matrimonio tuvo una idea que hizo época: en lugar de una sola cámara de vídeo, tres pero de cine, como si fuera una película, lo que permitía una imagen de gran calidad. Para resolver que los campos de luz fueran iguales en las tres cámaras, ficharon al alemán Karl Freund, que había trabajado con Fritz Lang y Murnau. Su mayor jugada fue la económica: cobraron una cantidad simbólica por su trabajo, reservándose los derechos de la serie una vez que fuera emitida. Esta parte del contrato les hizo millonarios: una vez que se estrenaba en la pequeña pantalla ‘I love Lucy’ pasaba a pertenecer a Desilu. Las sucesivas ventas y reposiciones les hicieron ricos. La serie ‘inventaba’ la ‘sitcom’ o comedia de situación, convirtiéndose en el programa más visto de toda la televisión americana a lo largo de cuatro años. Entre 1951 y 1957 se hicieron 181 episodios de 25 minutos, más 13 especiales de 1957 a 1960. La serie llegó a TVE en 1958 cuando ya había dejado de emitirse en Estados Unidos y se mantuvo a lo largo de los 60.
En plena popularidad, en 1953, el Tribunal McCarthy citó a Lucille Ball por militar en el Partido Comunistaen 1936. Ella se defendió diciendo que su afiliación lo fue para contentar a su abuelo socialista. En un episodio de la serie, Arnaz mencionaba al abuelo para soltar la frase: «Lo único que Lucy tiene de rojo es su cabello y éste no es real».
Con gran sentido comercial, Ball y Arnaz pasaron de alquilar estudios a comprar en 1957 por 6 millones de dólares los de RKO, disponiendo de más platós que Metro y Fox, creando una poderosa industria que llevó a hacer series como ‘Los intocables (de Elliot Ness)’, ‘Misión imposible’ o ‘Star Trek’. Hasta constituirse en la principal productora del mercado de la televisión. Tan sólo fracasaron en una película, ‘The long, long trail’ (‘Un remolque larguísimo’) (1954) hecha en color para Metro que no funcionó en taquilla, de la que se resarció en 1968 con ‘Tuyos, míos, vuestros’ donde Lucille Ball era una madre de familia casada con otro viudo con hijos (Henry Fonda).
Pese a ese éxito artístico y financiero, Ball se hartó de las constantes infidelidades de su marido cubano, divorciándose en 1960. Poco después, Desilu se disolvía en una nueva compañía de la que ella se hizo cargo, tras comprar la parte de su ‘ex’. Ball dirigió la compañía hasta su venta en 1968 a Viacom CBS, que ha comercializado ‘Te quiero Lucy’ hasta nuestros días, tanto en DVD como en televisión.

“En diciembre se estrena la comedia sobre una semana de rodaje de ‘I love Lucy”
Ahora Aaron Sorkin escribe y dirige ‘Being the Ricardos’, un largo sobre una semana en la vida de la pareja mientras se rueda su serie, que interpretan Nicole Kidman y Javier Bardem. Saldrá en cines la primera semana de diciembre para pasar a finales de mes a Amazon. En los primeros 50 ‘Te quiero Lucy’ fue número 1 en la televisión con una audiencia que oscureció la toma de posesión de Eisenhower. Ball y Arnaz explotaron la marca con gran talento comercial hasta que su separación les obligó a impulsar otra nueva empresa. A finales de los 60, Lucille Ball era una de las mujeres más ricas del audiovisual, donde trabajó hasta su muerte, interpretando a extravagantes millonarias (‘Mame’/’Ante todo mujer’, 1973) o mendigas callejeras (‘Stone pillow’, 1985).
En 1986, la cadena ABC comenzó a emitir la nueva serie ‘Life with Lucy’, pero su fracaso de audiencia fue tan notable que desapareció pocas semanas después, con gran disgusto de la actriz. La comedia de situación la inventó ‘Lucy’, y el modelo de historia de personajes en un solo decorado se ha mantenido hasta épocas recientes.