Crónica Mundana / Manuel Espín
El nuevo informe del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) abre otra ‘caja de Pandora’ tras poner a investigar a 600 profesionales, consultar 1,9 millones de documentos y pedir información a despachos de abogados para hacer pública finalmente una lista de personajes públicos, algunos en el poder, artistas, famosos de todo pelaje, incluso testas reales, o futbolistas, que presuntamente han utilizado testaferros, empresas opacas al Fisco, pabellones de conveniencia, sociedades pantalla y paraísos fiscales para evitar el pago a Hacienda. La lista de quienes están en los nuevos ‘papeles de Panamá’ es dilatada, sus nombres son bien conocidos; buena parte de ellos asociados al ‘papel cuché’ y con aparente prestigio social.
“Larga lista de personajes del mundo de la política, tanto en activo como en el dique seco, cantantes y faranduleros, a los que se acusa de recurrir a la ingeniería financiera para evadir impuestos, camuflándose en sociedades opacas”
Como en los precedentes anteriores, los interesados, a través de los gabinetes jurídicos que los representan, recurren a estos argumentos para salir del paso: a) Son falsos o están falsificados. b) Se trata de situaciones que pertenecen al pasado y sobre las que no se les puede imputar por haber prescrito o estar ya solucionadas con las administraciones fiscales. c) La responsabilidad última corresponde a sus asesores jurídicos, que se han extralimitado sin contar con ellos, y a los que ahora revocarán. Sobre estas tres líneas gravitan las excusas de la larga lista del nuevo ‘destape’ del ICIJ.
Tener dinero en el extranjero si se desarrolla una actividad en el ámbito internacional no tiene por qué ser delito si se declara a las administraciones fiscales y las cantidades están dentro de la legalidad. Algo muy distinto a recurrir a sociedades testaferro para operaciones millonarias en mercados exteriores sin que aparezca el nombre del verdadero titular al que pertenece la fortuna o la sociedad. En muy mala situación queda la imagen de Abdalá de Jordania comprando mansiones en Malibú a través de sociedades instrumentales, el presidente chileno Sebastián Piñera manejando presuntamente empresas familiares en el exterior a cargo de ‘manos invisibles’, el de Ecuador y ex-banquero, Guillermo Lasso, mientras sus agentes se mueven por paraísos fiscales de Panamá y Dakota del Sur, o el primer ministro checo Andrej Babisadquiriendo de forma opaca un castillo en la Costa Azul.
El amplio reparto de ‘estrellas’ se nutre hasta reventar: de Julio Iglesias, de quien se descubren supuestamente 19 empresas ‘en la sombra’, a Pep Guardiola, Miguel Bosé, Claudia Schiffer, Shakira,Ringo Starr, Tony Blair, Corinna Larsen, Elton John, Strauss-Khan y muchos más del goteo que seguirá en próximos días.
El consorcio internacional de periodistas con sede en Washington –no en Venezuela, Cuba, Afganistán, Irán o México– da luz a sus investigaciones. Lo que no quiere decir que sus acusaciones sean suficiente para abrir una causa, pero al menos ponen a prueba a las respectivas administraciones tributarias de los países donde residen los implicados. Sin dilación deben abrir expedientes informativos y en su caso exigir responsabilidades. Cuando se trata de mandatarios en el poder, como República Checa, Ecuador o Chileson sus Parlamentos los que en primera instancia deben reclamar a sus responsables públicos, y si los datos se confirman iniciar procesos de destitución.
“Una investigación periodística no es suficiente para sentar ante un tribunal, pero de forma inexcusable administraciones fiscales y Parlamentos deben abrir investigaciones y en su caso depurar responsabilidades”
Lo inasumible, y aquí hay que hablar en términos generales, sin focalizar en nombres concretos, es que personajes que desde las esferas públicas o sociales hacen ondear banderas de orgullo patriótico o nacional recurran a picaresca de guante blanco para no pagar impuestos. En último extremo la nueva oleada del ICIJ acusa indirectamente a gobiernos que permiten o toleran paraísos fiscales con sociedades pantalla, y en el listado aparecen reseñadas las Islas Vírgenes Británicas, Dakota del Sur o Panamá, pero la relación podría ser más extensa.
Esa falta de transparencia es la que permite prácticas como las ‘titularidades no detectables’ a través de sociedades opacas, donde se ignora quién es el verdadero dueño detrás de una sigla. Es necesario exigir, sin demagogia, responsabilidad por parte de ciudadanos y empresas que cumplen con sus obligaciones fiscales aunque su pago representa un esfuerzo. Frente a las turbiedades de ‘vips’, incluidos personajes reales a quienes se les ha consentido todo ‘por ser vos quien sois’ y el miedo a ‘abrir melones’ o crisis que les h permitido hacer de su capa un sayo. ¡Cada cual que aguante su vela, sin privilegios!