Crónica Económica / N.D.
Repsol ha alcanzado un acuerdo con Gazprom Neft para la venta de su participación en dos activos en Rusia, con lo que el grupo energético español completará su salida del país. En concreto, la compañía presidida por Antonio Brufau venderá a la rusa su participación las empresas de ‘upstream’ Evrotek-Yugra y ASB GEO, pasando así a controlar Gazprom Neft al 100% ambas sociedades. Está previsto que la transacción se cierre en el primer trimestre de este año. Esta operación está alineada con el plan estratégico de la compañía presentado en 2020 para optimizar y enfocar su cartera de exploración y producción. El cierre de esta operación supondrá para la multienergética dirigida por Josu Jon Imaz la salida definitiva de Rusia, un mercado donde desde el año 2010 ha tenido presencia en la actividad de ‘upstream’ y lubricantes. En mayo del año pasado, Repsol ya alcanzó un acuerdo para la venta a Alliance Oil de su participación del 49% en Arog, la ‘joint venture’ creada como plataforma de exploración y producción para crecer en Rusia. El plan estratégico de Repsol pasa por racionalizar su actividad en el área de exploración y producción y concentrar su presencia en 14 países, con proyectos clave centrados en la cuenca productora, priorizando el valor sobre el volumen.
«Repsol ha alcanzado un acuerdo con Gazprom Neft para la venta de su participación en dos activos en Rusia, con lo que el grupo energético español completará su salida del país»
La energética se encuentra inmersa en una profunda transformación que tiene como ejes principales el crecimiento de su negocio de renovables, la descarbonización de sus procesos y el suministro de la más amplia variedad de productos energéticos sostenibles para la movilidad y el hogar, entre los que destacan los biocombustibles, los combustibles sintéticos, así como el hidrógeno renovable y otros productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono.
l año pasado, Repsol ya procedió a la venta de activos de exploración y producción, además de en Rusia, en Malasia y Vietnam. Además, cesó las actividades de producción de petróleo en España. Asimismo, en abril de 2021 acordó también la venta de su negocio de carburantes en Italia a Tamoil, operación que incluía el traspaso de la red de estaciones de servicio, compuesta por un total de 275 instalaciones, y el negocio de ventas directas de combustibles de Repsol en el país. En 2020 ya redujo en cuatro países su presencia en actividades de exploración y producción de hidrocarburos en el mundo, con su salida de este negocio en Australia, Irak, Irlanda y Marruecos.
La historia de Repsol en Rusia tiene un poco de todo. Hay que recordar que en 2008 la compañía rusa Lukoil intento un ataque sobre su capital que finalmente no salió bien, pero que tenia el apoyo del Kremlin. Por aquellos días, el ministro de Energía ruso, Sergei Shmatko, prometía a Lukoil el apoyo político de su gobierno para facilitarle la entrada en la entonces Repsol YPF. «Sería interesante para nosotros, desde el punto de vista de Lukoil, entrar en el mercado europeo», dijo Shmatko para justificar el interés del Kremlin en la operación. «Si Lukoil muestra interés en ese proyecto, tendrá el correspondiente respaldo político», explicó el ministro a un grupo de periodistas en la sede del gobierno ruso.
Lukoil había negociado con las entonces Sacyr Vallehermoso , La Caixa (con Criteria Caixacorp) y Caixa Cataluña la adquisición de una participación del 20% en la compañía española, aunque su primera intención había sido alcanzar el 29,9%, límite para no tener que lanzar una OPA forzosa.
«Se encuentra inmersa en una transformación que tiene como ejes el crecimiento de renovables, la descarbonización y el suministro de productos sostenibles para la movilidad y el hogar»
Ante la posibilidad de una hipotética OPA rusa, Antonio Brufau, se enfadó mucho y aseguró que abandonaría su cargo si la compañía «no estuviese bajo las reglas del mercado» y no cumpliese tres principios: ser independiente, española y privada.
Olvidada la aventura rusa, Repsol tiene otros planes. Hace apenas dos meses, en el marco del Low Carbon Day, Repsol ya aceleró sus objetivos de generación renovable y de reducción de emisiones y aumentó sus ambiciones inversoras en soluciones bajas en carbono para acelerar su transformación hasta el año 2030. Así, la compañía presidida por Antonio Brufau incrementará en 1.000 millones de euros las inversiones previstas en proyectos bajos en carbono para el periodo 2021-2025, hasta un total de 6.500 millones de euros, frente a los 5.500 millones de euros establecidos en su Plan Estratégico. Con estas metas, la inversión destinada a iniciativas de bajas emisiones se situará en el 35% del total de las inversiones del grupo en el periodo 2021-2025 y el capital empleado para estos fines será del 45% en 2030. La generación de energía eléctrica renovable pasa por ser uno de pilares en el modelo de descarbonización de Repsol, con una ‘hoja de ruta’ que marca un aumento del 60% de la capacidad instalada de generación renovable.