Humor Asalmonado / Mateo Estrella
Un grave inconveniente de los acontecimientos devastadores que convulsionan el mundo, ya sean pandemias, guerras o crisis económico/sociales, es que no se ven venir con suficiente antelación. Peor que eso, los gobernantes, sus oráculos y los tertulianos minimizan los primeros síntomas. La falta de previsión provoca que, cuando llega la ola destructiva, las autoridades hayan de adoptar medidas precipitadas que nunca son del gusto de todos.
El problema es más sensible para quienes ejercemos, desde diversas atalayas, la función de observadores y notarios de la actualidad, valga la petulancia. Lo reconozco sin más meandros: la guerra de Ucrania me ha pillado en gayumbos. No porque fuera imprevisible, que también, sino porque me ha obligado a documentarme, deprisa y corriendo, para pergeñar estas líneas sin hacer el ridículo.
“El presidente ruso combina lo mejor del hitlerismo, el estalinismo y el trumpismo, con un toque zarista deliciosamente ‘vintage«
Para empezar he tenido que situar al país en el mapa, y confirmar en la Wikipedia, como aprendí en el cole, que el país invadido es el granero de Europa –antes de que lo corrobore el precio del pan–. La enormidad del asunto me ha hecho perder el sueño. A punto he estado de destruir el archivo ‘Datos básicos ucranios o ucranianos’ y optar por un asunto menos complejo, tipo ‘Los zascas más tremendos de Arturo Pérez Reverte en la Real Akademia de Twitter’.
Pero uno se debe a sus lectores, ya sean cinco o veinticinco. Si en otros retos informativos he tenido que revestirme de epidemiólogo, vulcanólogo, o diazayusólogo, ¿que más me da masterizarme en kremlinólogo, concepto separado de criminólogo por una línea invisible? Mi opción definitiva ha sido especializarme como putinólogo, siguiendo la corriente opinativa que triunfa estos días.
Reduciré mis investigaciones a cinco puntos, con el convencimiento de que lo bueno, si breve, dos veces breve.
1. ¿Qué ideología profesa Vladimir Putin?
El debate está muy abierto. Rafael Hernando (Partido Popular) opina que ‘Putin es comunista y Podemos e IU también’, Pablo Echenique (Podemos), le contradice: ‘El partido de Putin en España es Vox y su emisario en España es Abascal’.
Mi conclusión es ecléctica. El presidente ruso combina lo mejor del hitlerismo, el estalinismo y el trumpismo, con un toque zarista deliciosamente ‘vintage’. He leído por ahí que cualquier magnate eslavo en Marbella, con el Rolls Royce a la puerta de su mansión, pudiera confundirse con un alto mando del Servicio de Seguridad de Rusia, o con un ‘capo’ del crimen organizado. Cuando en realidad es las tres cosas: capitalista, espía y mafioso.
2. ¿Es machista y homófobo?
Hace un año, Fernando Sánchez Dragó, putinista sin complejos, declaró: ‘Los gobernantes hoy día se dedican a pastelear; por contra, Putin no es un maricomplejines (…) se dedica a gobernar’. Recordemos que el cariñoso epíteto ‘maricomplejines’ fue inventado por Federico Jiménez Losantos para referirse a Mariano Rajoy.
Subrayando su línea de gestión ‘macho alfa’, en 2020 el líder ruso fue tajante sobre su visión de la familia: “En Rusia no habrá progenitor 1 y progenitor 2. Mientras yo sea presidente habrá papá y mamá”.
3. ¿Practica el ateísmo?
Para nada. Es un fiel seguidor de su iglesia ortodoxa, que ha potenciado permitiendo construir miles de templos. En el recomendable documental ‘El orgullo de Putin: cosacos, lucha e iglesia’, que refleja la recuperación de la identidad imperial, se ve al líder en bañador santiguándose a la –rusa de derecha a izquierda– y luego sumergiéndose en agua helada según un rito bautismal.
«El líder ruso ha sido tajante sobre su visión de la familia: ‘En Rusia no habrá progenitor 1 y progenitor 2. Mientras yo sea presidente habrá papá y mamá»
Apenas hay diferencias entre la iglesia vaticana y la ortodoxa. Minucias como que el Espíritu Santo procede sólo del Padre Dios, mientras que para los católicos viene del Padre y del Hijo simultáneamente.
4. ¿Cómo es el lado humano de Putin?
Poco puedo aportar. Reproduzco sus palabras en una entrevista con la agencia oficial Tass. “No me gustaría perder ninguna cualidad humana. Pero cuando uno ocupa esta posición, a veces siente como que deja de ser humano y no ser más que un mero cargo”. Cargo en cuya permanencia, si no le quitan de en medio, superará a Joseph Stalin en 2024.
5. ¿Qué pretende al invadir Ucrania?
Demostrar al mundo que hace lo que le sale de los яйца (pegar la última palabra en Google).
Buscar una excusa razonable para provocar la III Guerra Mundial.
Poner una vez más a prueba la proverbial resistencia del pueblo ruso al sufrimiento.
Ganar una apuesta que ha hecho con su círculo más íntimo y duro, presumiendo de liderazgo.
(Márquese la opción u opciones preferidas).
Post data: Si algún día se supiera que estoy en una Unidad de Cuidados Intensivos, tras haber ingerido en el desayuno un café con leche y polonio radiactivo, que nadie lo dude. Putin sabe dónde vivo.