Con Derecho a Réplica / Antonio Padilla. Expresidente de la Empresa Nacional de Autopistas (ENA). Socio jubilado de Garrigues
Este artículo de Antonio Padilla se inscribe en una serie en la que obtenemos la opinión de personas de alta cualificación y mente abierta sobre Pedro Sánchez, un personaje polémico y de gran complejidad que despierta fuertes pasiones, grandes elogios y fuertes descalificaciones.
Vaya por delante que no le conozco personalmente, si siquiera tengo información directa de personas cercanas. Pero la tenacidad de Pepe García Abad es grande, así que me atrevo.
Empecemos por datos que para seleccionar a un alto dirigente de empresa, se exigirían. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Deportista (jugador de baloncesto del Estudiantes). Habla correctamente inglés y francés. Lo de dominar el inglés, que debería ser un requisito imprescindible para ser presidente del Gobierno en un mundo global, es curioso. Es el primer presidente de Gobierno que se desenvuelve en este idioma. Ha trabajado en misiones internacionales y como profesor de Economía. Casado y con dos hijas.
Pese a todas las investigaciones, hasta del inevitable Villarejo, sobre su vida privada no se ha encontrado nada reprochable, lo que supone un buen activo. En cuanto a su trayectoria pública como líder de PSOE y presidente del Gobierno, destacaría:
Gran tenacidad para hacerse con el control del PSOE y ya como presidente del Gobierno para abordar los grandes retos del Covid.
Parece capaz de formar equipos de personas con buen curriculum, especialmente mujeres. Los ministros más quemados o son de Podemos o fontaneros del PSOE.
Incapacidad para formar la gran coalición PSOE-Ciudadanos que nos hubiera permitido dormir tranquilos a los españoles unos cuantos años. Los ciudadanos, al votar, le adjudicaron mucha más culpa a Albert Rivera de este fracaso.
La alianza con el Podemos de Pablo Iglesias provocó los insomnios ya presentidos aunque gestionó bien la soberbia/vanidad de su adversario hasta alejarlo de la vida pública.
Cuando parecía que el terreno a su izquierda estaba despejado ha aparecido la sindicalista-comunista y dialogante Yolanda Díaz que al menos aporta mucho al Gobierno.
No sé cuando se convocarán elecciones y el futuro electoral de Pedro Sánchez. Las circunstancias en Madrid y Andalucía se lo ponen difícil pero es tenaz y trabajador. Quizá le falte elocuencia parlamentaria y sentido del humor, cualidades innatas en Rajoy que, en una sociedad mediática, dan votos.
Su alianza inevitable con independentistas y nacionalistas, inflada hasta el infinito por PP y Vox, también pueden pasarle factura.
No obstante, ha hecho muchas cosas y sus adversarios no parecen mejores.