Crónica económica / José García Abad
Proliferan las profecías catastrofistas que nos anuncian depresión. Ante este panorama resultan reconfortantes las palabras pronunciadas el 14 de septiembre por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ante el Parlamento Europeo en su discurso sobre el Estado de la Unión.
La presidenta se ha expresado con firmeza y optimismo señalando lo realizado y expresando la necesidad de reformas en política industrial, medioambiental y comercial y especialmente en el terreno energético, donde Von der Leyen asegura que el sistema vigente es injusto e inapropiado, que “no hace justicia a los consumidores”, lo que se agrava con la invasión rusa de Ucrania. Son propuestas para garantizar nuestra seguridad de suministro y, al mismo tiempo, asegurar nuestra competitividad global.
“Von der Leyen asegura que el sistema vigente es injusto e inapropiado, que “no hace justicia a los consumidores”, y se agrava con la invasión rusa de Ucrania”
Recuerda Von der Leyen que los Estados miembros de la UE ya han invertido miles de millones de euros para ayudar a los hogares vulnerables. Pero –añade– “sabemos que esto no será suficiente” por lo que propone un tope a los ingresos de las empresas que producen electricidad a bajo costo.
“Estas empresas –denunció– están obteniendo ingresos que nunca contabilizaron, ni siquiera soñaron. En nuestra economía social de mercado, las ganancias son buenas. Pero en estos tiempos está mal recibir beneficios récord extraordinarios beneficiándose de la guerra y a costa de los consumidores. En estos tiempos, las ganancias deben ser repartidas y canalizadas a quienes más lo necesitan”.
Se pretende recaudar más de 140.000 millones de euros para que los Estados miembros amortigüen el golpe directamente.
También hay que actuar sobre las energías fósiles
En su opinión estamos en una crisis de combustibles fósiles, por lo que la industria de combustibles fósiles también tiene un deber especial.
Las principales empresas de petróleo, gas y carbón también obtienen enormes beneficios. Entonces tienen que pagar una parte justa, tienen que dar una contribución de crisis. Hay que bajar el precio de la gasolina.
Señala que nuestro mercado de gas ha cambiado drásticamente: de gas de tubería principalmente a cantidades cada vez mayores de GNL. Pero el punto de referencia utilizado en el mercado del gas, el TTF, no se ha adaptado. Por este motivo, la Comisión trabajará para establecer un punto de referencia más representativo.
Sostiene Ursula von der Leyen que no nos deshicimos de nuestra dependencia del petróleo. Y lo que es peor, los combustibles fósiles fueron incluso subsidiados masivamente.
“Las principales empresas de petróleo, gas y carbón también obtienen enormes beneficios. Entonces tienen que pagar una parte justa, tienen que dar una contribución de crisis. Hay que bajar el precio de la gasolina”
“Esto estuvo mal –concluye– no sólo por el clima, sino también por nuestras finanzas públicas y nuestra independencia. Y todavía estamos pagando por esto hoy”. Sólo unos pocos visionarios entendieron que el verdadero problema eran los combustibles fósiles en sí mismos, no sólo su precio.
Desvincular el gas del precio de la electricidad
Reconoce que las empresas energéticas se enfrentan a graves problemas de liquidez en los mercados de futuros de electricidad, poniendo en riesgo el funcionamiento de nuestro sistema energético por lo que dialogará con los reguladores del mercado para aliviar estos problemas modificando las normas sobre garantías y tomando medidas para limitar la volatilidad de los precios intradía.
Promete modificar el marco de ayuda estatal en octubre para permitir la provisión de garantías estatales, preservando al mismo tiempo la igualdad de condiciones.
En definitiva: se desvinculará la influencia dominante del gas en el precio de la electricidad. “Por eso –aseguró– haremos una reforma profunda e integral del mercado eléctrico”.