Crónica económica / José García Abad
Manuel Menéndez Menéndez (Salas, Asturias, diciembre 1959) demuestra que un catedrático de Administración de Empresas puede ser un buen gestor, un potente bancario que se juega estos días su brillante trayectoria empresarial al descender del norte al sur de España, de las montañas de Asturias a tierra andaluza.
“Manuel Menéndez demostró su capacidad de resistencia al conseguir la presidencia de Cajastur y permanecer en ella contra viento y marea. Se manejó con energía dentro de las pugnas internas del PSOE asturiano, que enfrentaba al gobierno del Principado con el grupo parlamentario socialista”
Menéndez demostró su capacidad de resistencia al conseguir la presidencia de Cajastur y permanecer en ella contra viento y marea. Se manejó con energía dentro de las pugnas internas del PSOE asturiano que enfrentaba al gobierno del Principado con el grupo parlamentario.
La gestión de Menéndez en una caja en la que no faltaban los problemas le ganó el reconocimiento del empresariado asturiano, de los colegas de otras cajas de ahorros y del propio Banco de España, un apoyo que ahora recibe del Banco Central Europeo. Su prestigio le valió también la presidencia de la compañía energética Hidrocantábrico, hoy integrada en el Grupo EDP.
El asturiano se manejó hábilmente en el proceloso culebrón de fusiones de las cajas de ahorros encabezando la que tomó el nombre de Liberbank, que agrupó a Banco CCM, Caja de Extremadura y Caja Cantabria bajo el liderazgo de Cajastur.
La fusión con Unicaja, el gran desafío
El gran desafío para Menéndez surgió cuando Liberbank se fusionó con Unicaja, que mantuvo este nombre al fusionarse con las Cajas de Ahorros de Ronda, Cádiz, Almería, Málaga y Antequera, a las que se sumó la Caja de Jaén en agosto de 2010.
El problema para Menéndez era de la desigualdad de la potencia entre la andaluza Unicaja (60%) y el grupo integrado por Liberbank (40%), una desigualdad que el asturiano intentó compensar con el apoyo de Braulio Medel, que presidia la Fundación Unicaja, primera accionista de la caja a quien acusaban de traición, de entregar el tesoro andaluz al asturiano, al pez pequeño.
Sin embargo, al ser desalojado Braulio de la Fundación Unicaja, que tras la dimisión de algunos adictos liderados por Petra Mateos está dominada por sus adversarios, que juegan la carta patriótica del andalucismo frente la supuesta invasión asturiana, se compromete el futuro de Menéndez, que siendo ahora CEO de la entidad rompe el esquema anterior que preveía que el actual presidente ejecutivo, Manuel Azuaga, dejaría de serlo en un par de años que se cumplen ahora, manteniendo la gestión efectiva de la caja en manos de Menéndez.
“Al ser desalojado Braulio de la Fundación Unicaja, que tras la dimisión de algunos adictos liderados por Petra Mateos está dominada por sus adversarios, que juegan la carta patriótica del andalucismo frente la supuesta invasión asturiana, se compromete el futuro de Menéndez”
Manuel Azuaga Moreno (Málaga, 1947), licenciado en Filosofía y Letras, su adversario más beligerante, fue desde que se fusionaron las cinco entidades que dieron lugar a Unicaja, el hombre de confianza de Braulio Medel, quien le fue ascendiendo primero a subdirector, y a continuación a secretario general, una carrera que Azuaga interrumpió cuando pidió la excedencia al ser nombrado por la ministra Magdalena Álvarez presidente de AENA. Cuando Azuaga volvió a Málaga, Medel le encargó, en 2010, coordinar el proceso inicial de fusión que encabezó CajaSur. Cuando fracasó la operación, Medel le designó como su número dos.
El actual presidente de la Fundación, José Manuel Domínguez, es un hombre aceptado por todos. Fue durante muchos años director general de la Secretaría General Técnica de Unicaja Banco, hasta su cese voluntario para dedicarse a su actividad como docente. Es doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Málaga.