Crónica Económica / A. S. A.
Espadas en alto por la guerra fiscal. Los dos principales contrincantes son Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias. La irrupción en la política madrileña de Pablo Iglesias supone una polarización del voto entre la izquierda y la derecha que amenaza la actual política económica liberal del PP y pone en jaque las rebajas de impuestos de la que presume Ayuso. Se contraponen un modelo de izquierdas agresivo que apuesta por subir los impuestos a las rentas más altas frente al famoso reclamo electoral de la todavía presidenta: “Voy a acometer la mayor rebaja tributaria de la historia”.
“Pablo Iglesias, en varias ocasiones, se ha referido al presunto ‘dumping’ fiscal madrileño por sus bonificaciones y exenciones en tributos como los de Patrimonio o Sucesiones y Donaciones que defiende Ayuso”
Un reclamo que ha vuelto a repetir en los últimos días. Ante los empresarios madrileños renovó su compromiso de mantener la fiscalidad más baja de España que pasa por reafirmarse en su programa liberal de rebaja de impuestos y mayores bonificaciones, deducciones a jóvenes y familias y, facilidades para atraer empresas e inversión.
De hecho, no se prevén grandes cambios en su ideario tributario, si bien el equipo de Isabel Díaz Ayuso sí quiere hacer realidad la reducción del IRPF en todos los tramos de la tarifa en medio punto. Esto significa una rebaja de la tarifa autonómica de 2,5 puntos, lo que se estima que podría llegar a beneficiar a todos los contribuyentes del Impuesto de la Renta.
Así que, la política económica, en todas sus vertientes, se va a apoderar de la campaña electoral hasta el 4 de mayo con la contraposición de un modelo de izquierdas, liderado por Iglesias, que apuesta por subir los impuestos a las rentas más altas, sobre todo mediante la recuperación del Impuesto del Patrimonio y la eliminación de las bonificaciones en Sucesiones y Donaciones, frente a un modelo liberal, como el actual, que es más flexible con esos altos patrimonios, sin que eso haya supuesto hasta el momento una pérdida de recaudación, según la Hacienda madrileña.
Las manifestaciones de Pablo Iglesias al respecto de los impuestos en Madrid van en dirección contraria a las políticas aplicadas. En varias ocasiones se ha referido al presunto ‘dumping’ fiscal madrileño por sus bonificaciones y exenciones en tributos como los de Patrimonio o Sucesiones y Donaciones.
Incluso, ha planteado un nuevo gravamen que sustituya al actual Impuesto sobre el Patrimonio y que no sería susceptible de bonificación por las comunidades autónomas, que ahora pueden hacerlo hasta el cien por cien, como es el caso de Madrid.
En el tablero de la guerra fiscal, aunque en un segundo plano, está el PSOE. El candidato socialista, Ángel Gabilondo, arrancó la precampaña comprometiéndose en este sentido a no subir impuestos y a no tocar la política fiscal que rige la Comunidad de Madrid. No obstante, hace apenas un mes de hacer esta manifestación, Gabilondo registró en la Asamblea de Madrid 18 enmiendas destinadas a cambiar las deducciones fiscales de Díaz Ayuso. Y entra ellas, y con un impacto de 1.200 millones de euros para el bolsillo de los contribuyentes madrileños, está aumentar el pago por IRPF, la modificación del mínimo exento en el Impuesto de Patrimonio o, rebajar las bonificaciones de Sucesiones, Donaciones o Transmisiones Patrimoniales, entre otros impuestos.
A propósito de este cambio de opinión de lo registrado el pasado mes de febrero, el último posicionamiento, bien visto por Moncloa, pasaba la firme convicción de que de que si Gabilondo se hace con la presidencia madrileña no va a facilitar que haya ese «dumping fiscal» y tendrá una actitud distinta a la que han demostrado los presidentes del PP.
“Se contraponen un modelo de izquierdas agresivo que apuesta por subir los impuestos a las rentas más altas frente al famoso reclamo electoral de la todavía presidenta: “Voy a acometer la mayor rebaja tributaria de la historia”
Sin embargo, de momento porque finalmente tendrá que poner sus cartas sobre la mesa, Pablo Iglesias todavía no ha despejado su programa fiscal. Pero su todavía compañero en el Gobierno, Alberto Garzón, ha anticipado que si Gabilondo gana y necesita los votos de Unidas Podemos, que vaya pensando en subir impuestos.
Garzón piensa que este cambio de criterio por parte de Gabilondo es «una táctica para ganarse los votos de los electores de Ciudadanos». En cualquier caso, si Iglesias no retoca mucho su programa de 2019, las guías de su política fiscal pasan por subir los impuestos cedidos a las CCAA, la creación de una banca pública, eliminar bonificaciones, crear un impuesto ecológico, otro turístico, uno sobre el patrimonio inmobiliario y gravar las viviendas vacías.