Crónica Mundana / Manuel Espín ■
Las legislativas se consideraron una ‘tercera vuelta’ de las pasadas presidenciales francesas que ya dieron un toque a Macron y a los partidos tradicionales del mapa político obligados a protegerse en amplias coaliciones que meses atrás parecían casi ‘imposibles’. Aunque la segunda vuelta de las legislativas amplía las incertidumbres y abre toda clase de posibilidades en el inmediato futuro del país vecino. El casi empate entre Ensemble (Macron) y Nupes (Mélenchon) ganado levemente por este último plantea un escenario incierto. El juego se disputa en 577 circunscripciones en las que van a competir los dos candidatos más votados, a excepción de aquellos distritos en los que las mayorías absolutas dieron un corto número de elegidos en la primera vuelta; tan sólo cinco, de los que cuatro pertenecen a Nupes y uno a la coalición de Macron. Ahora las listas de este último podrán recibir votos de Los Republicanos, la derecha conservadora-liberal que, aunque ha perdido el 50 % de los sufragios respecto a las anteriores legislativas, subió respecto al humillante porcentaje de las presidenciales donde apenas logró el 3%; desastre compartido con el Partido Socialista, cuyo resultado fue tan ínfimo que para salvar los muebles no ha tenido otra solución que subirse al autobús de Nupes encabezado por el líder de La Francia Insumisa.
“Dudoso panorama ante la segunda vuelta donde la coalición de gobierno no tiene garantizada la mayoría, o el Eliseo se verá obligado a hacer primer ministro al líder de Nupes que aglutina a la izquierda”
Con este panorama de incertidumbres nadie se atreve a hacer un pronóstico, ni siquiera los institutos demoscópicos tras una primera vuelta de las legislativas donde la abstención ha sido muy alta. Macron necesita conseguir 289 escaños para gobernar con mayoría absoluta. En la legislatura precedente tenía 350 asientos en la Asamblea, una holgada y cómoda cifra de escaños para gobernar sin sustos. Ahora las prospecciones electorales le dan entre 155 y 310 diputados, una horquilla demasiado amplia para saber que puede pasar dentro de pocas semanas en la política gala. El domingo 12 Ensamble (Macron) quedó en segundo lugar aunque en un porcentaje simbólico por detrás de la unión de la izquierda agrupada en torno a Mélenchon; en una coalición encabezada por la versión francesa de Podemos junto a socialistas, comunistas, ecologistas y progresistas de izquierdas bajo la sigla Nupes.
Es una incógnita lo que pueda pasar con los electores que en la primera vuelta han votado por la extrema derecha de Le Pen en su marca Agrupación Nacional que ha logrado un digno 18,68%, uno de los datos más altos en unas legislativas. Pero en aquellos distritos donde el desenlace se dilucide entre un candidato de Nupes y otro de Ensamble hay dudas sobre lo que harán finalmente los electores.
El sistema electoral francés a doble vuelta suele dar una menor representación política a la extrema derecha de lo que reciben sus votos. El rechazo a la extrema derecha como en las presidenciales hará que el partido de Macron siga recibiendo muchos votos prestados. Los Republicanos se encontrarán en la incertidumbre de tener que elegir en algunas circunscripciones entre el candidato ultra y el de la unidad de la izquierda; por eso analizarán con detalle a los candidatos de esta última plataforma, apoyando a algunos de carácter socialdemócrata o liberales de izquierda que aparecen en la coalición de Mélenchon.
La imprecisión de las encuestas y el resultado abierto con un difícil pronóstico para la segunda vuelta pone las cosas difíciles. Para Le Pen el objetivo es poder disponer de un grupo parlamentario propio en la Asamblea, lo que podría estar a su alcance con cierta facilidad. La apuesta de la izquierda de Mélenchon, el líder de La Francia Insumisa ahora en la coalición Nupes, va más allá: si logra quedar por delante de Ensamble de Macron aunque no tenga la mayoría absoluta el presidente no tendrá más remedio que nombrar primer ministro al representante de la izquierda, reeditando un modelo de cohabitación nada novedoso en la política gala ni en la de otros países europeos como Portugal, sin ir más lejos.
La política es una caja de sorpresas y el actual enfrentamiento Macron-Mélenchon, es decir entre el centro-derecha liberal y la izquierda, podría dar lugar a un poder compartido por ambos referentes entre Presidencia y Jefatura de Gobierno. Otro escenario más probable apuntado por los datos de la primera vuelta sería el de una fragmentación de la Asamblea sin una mayoría clara, que es lo que teme la Bolsa de París y por eso descendió un 2% nada más conocerse los resultados de la primera vuelta, ante el miedo a una legislatura caracterizada por la inestabilidad como las de la V República donde todavía no existía el actual sistema presidencialista en el que el Elíseo goza de un enorme poder.
“La Bolsa francesa cae ante el temor a una gran fragmentación de la futura Asamblea”
A ello hay que unir una circunstancia muy particular: tanto Nupes como Ensemble, las dos marcas mejor colocadas en la primera vuelta de las legislativas, son coaliciones en las que se integran diversas fuerzas y partidos variados muy lejos de la vieja disciplina de los partidos políticos a la antigua usanza, precisamente aquellos que en las presidenciales sufrieron un tremendo vapuleo, desde Los Republicanos de la derecha conservadora-liberal a los socialistas y comunistas, desplazados por la nueva izquierda a la que han debido acogerse para salvar los muebles bajo el miedo a quedar fuera de la Asamblea por vez primera en la historia.
Para demostrar que ahora apenas hay especificidades entre sistemas políticos de Estados periféricos y los europeos más consolidados de mayor tradición liberal-parlamentaria, partidarios de Mélenchon acusan al Ministerio del Interior de difuminar datos electorales al no incluir en la suma total de Nupes los votos de sus candidatos periféricos o adheridos. Con lo que se demuestra que la batalla psicológica está en plena efervescencia y los golpes de efecto jugarán un papel en estas próximas fechas hasta el desenlace lleno de ‘suspense’ de la segunda vuelta.