Con Derecho a Réplica / Ignacio Vasallo. Director de Relaciones Internacionales de la Federación Española de Escritores de Turismo Y fundador y primer Director de Turespaña ■
Se ha iniciado la tramitación parlamentaria del proyecto de presupuesto para el próximo año, durante la cual los diferentes partidos con representación en la Cámara podrán presentar las enmiendas que consideren oportunas para su tramitación y en su caso aprobación. Tras el rechazo de las enmiendas a la totalidad el camino parece abierto para su aprobación.
La partida asignada a turismo es de 1.050 millones de euros, de los cuales 291 corresponden al presupuesto ordinario y 779 a la partida de recuperación y resiliencia, procedente de los fondos Next Generation de la Unión Europea. Esta partida extraordinaria oscila durante sus tres años de vigencia en función de los programas aprobados. Este año ha sido un 40% inferior a la del año pasado por el monto de esos programas.
En el proyecto de presupuesto ordinario la partida asignada a turismo ha subido un 6% y la de Turespaña, un 27,6%.
Algunas asociaciones del sector han mostrado su descontento. Exceltur solicita más dinero para el turismo y la reasignación de los fondos Next Generation, dentro de un amplio paquete de propuestas que protejan o beneficien a sus afiliados y, según ellos, al conjunto del sector .
La Mesa del Turismo, que “no es una entidad representativa de organizaciones ni ramas sectoriales”, sino de los cerca de 100 miembros que la componen a título individual, se ha limitado a señalar, través de su presidente, que el Gobierno menosprecia al turismo al asegurar, erróneamente, que ha reducido el presupuesto un 39%.
Ambas organizaciones señalan que el turismo representa un 12,4% del PIB y un 13% del empleo. Se basan en la metodología de la cuenta satélite, que imputa a dicha actividad la parte correspondiente de las ventas de cada sector económico.
Si dicha metodología se aplicara también al presupuesto habría que incluir como asignación al turismo, la parte correspondiente en aquellas partidas que sirven directa o indirectamente a los turistas como la construcción y mantenimiento de autovías y carreteras nacionales, la totalidad de los fondos dedicados al IMSERSO, las prestaciones a los fijos discontinuos y las destinadas a los cuerpos y fuerzas de seguridad, entre otras. Sin olvidar los Ertes, que van a terminar costando unos 35.000 millones de euros. La mitad de los trabajadores acogidos a este programa proceden de actividades consideradas como turísticas.
Exceltur es, fundamentalmente, el competente ‘lobby’ de las grandes empresas hoteleras y aéreas ,entre otras. La Mesa del Turismo se presenta a sí misma como: ”Una entidad no representativa de organizaciones ni ramas sectoriales”. Los afiliados, cerca de un centenar, lo son a título individual. Se trata de personas cualificadas y reconocidas. Ni una ni otra representan o pretenden representar a los trabajadores del sector: 2,6 millones, según las cuentas señaladas. Por eso extraña que la Mesa hable en nombre del turismo en general.
Otras entidades como Horeca: hostelería, restauración y cafeterías, casi la mitad de la facturación turística global y dos tercios de los empleados; la patronal hotelera y de alojamientos turísticos Cehat o el Consejo de Turismo de la CEOE y los sindicatos, que son los que representan a los trabajadores, prefieren trabajar sin aspavientos.
Por otra parte, el turismo es competencia exclusiva de las Comunidades Autónomas, que son las que realizan la mayor parte de la inversión tanto en promoción turística como en mantenimiento de infraestructuras, que incluyen en sus propios presupuestos.
Si hay una dotación para el turismo en los presupuestos estatales, se debe al apoyo de algunos consejeros del ramo, en la fase de transferencias, como el del gobierno balear del Partido Popular, Jaume Cladera, que se opuso a la pretensión de otros como el de Convergència y Unió de repartir entre las comunidades la totalidad del presupuesto turístico. Finalmente se traspasaron las partidas para el pago del personal transferido y otras de gasto corriente, mientras la Administración Central retuvo las partidas destinadas a la inversión, entre ellas las de promoción internacional y las de mantenimiento de los edificios que albergan los paradores nacionales de turismo, cuya gestión también habían reclamado –algunas siguen reclamándola– varias comunidades autónomas
Las organizaciones podían haber presentado sus propuestas a los partidos para que éstos las hubieran convertido en enmiendas. Conoceríamos así la escala de prioridades de éstos, puesto que los incrementos habría que financiarlos con la disminución de otras partidas. Como esto no ha ocurrido, parece que el congreso aprobarálos presupuestos con la partida dedicada al turismo tal y como figura en el proyecto.